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El cáncer de hígado es una enfermedad por la cual se forman células malignas o cancerosas en los tejidos del hígado. El cáncer de hígado puede o bien originarse en el hígado (cáncer hepático primario) o comenzar en otro lugar y posteriormente extenderse a este órgano (cáncer de hígado metastásico).


El cáncer de hígado es un cáncer que comienza en las células hepáticas. Según explica la doctora Elizabeth Correa Gutiérrez, médica Internista y Hepatóloga de Clínica Medellín, se pueden formar varios tipos de cáncer en el hígado. El tipo más común de cáncer de hígado es el carcinoma hepatocelular (Hepatocarcinoma), que comienza en el tipo principal de célula hepática (hepatocito). Otros tipos de cáncer de hígado, como el colangiocarcinoma intrahepático y el hepatoblastoma, son menos comunes.

Asimismo, la doctora Correa explica que el cáncer que se disemina al hígado es más común que el cáncer que comienza en las células hepáticas. El cáncer que comienza en otra área del cuerpo, como el colon, el pulmón o las mamas, y luego se disemina al hígado, se denomina cáncer metastásico en lugar de cáncer de hígado. Este tipo de cáncer lleva el nombre del órgano en el que comenzó, como el cáncer de colon metastásico, para describir el cáncer que comienza en el colon y se disemina al hígado.

La mayoría de las personas no tienen signos ni síntomas en las primeras etapas del cáncer primario de hígado. Cuando existen señales y síntomas, normalmente en las etapas avanzadas del cáncer, estos pueden incluir:
•    Pérdida de peso sin proponértelo
•    Pérdida de apetito
•    Dolor en la parte alta del abdomen
•    Náuseas y vómitos
•    Debilidad y fatiga general
•    Hinchazón abdominal
•    Decoloración amarillenta de la piel y la parte blanca de los ojos (ictericia)
•    Heces blancas o blanquecinas (acolia)

Causas

Es preciso aclarar que el cáncer de hígado ocurre cuando las células hepáticas desarrollan cambios (mutaciones) en su ADN. El ADN de una célula es el material que proporciona instrucciones para cada proceso químico en el cuerpo. Las mutaciones del ADN causan cambios en estas instrucciones. Un resultado es que las células pueden comenzar a crecer fuera de control y con el tiempo pueden formar un tumor, es decir, una masa de células cancerosas.

Algunas veces se conoce la causa del cáncer de hígado, como en el caso de las infecciones crónicas por hepatitis. Pero a veces el cáncer de hígado ocurre en personas sin enfermedades preexistentes y no está claro qué lo causa.

Factores de riesgo

Algunos de los factores que aumentan el riesgo de padecer cáncer primario de hígado son:

Infección crónica por el virus de la hepatitis B o el virus de la hepatitis C. La infección crónica por el virus de la hepatitis B o el virus de la hepatitis C aumenta el riesgo de padecer cáncer de hígado.
Cirrosis. Esta afección progresiva e irreversible hace que se forme tejido cicatricial en el hígado y aumenta las probabilidades de desarrollar cáncer de hígado.
Ciertas enfermedades hepáticas hereditarias. Algunas de las enfermedades hepáticas que pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer de hígado son la hemocromatosis y la enfermedad de Wilson.
Diabetes. Las personas con este trastorno del azúcar en sangre tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de hígado que las que no tienen diabetes.
Enfermedad del hígado graso no alcohólico. Una acumulación de grasa en el hígado aumenta el riesgo de padecer cáncer de hígado.
Exposición a aflatoxinas. Las aflatoxinas son venenos producidos por mohos que crecen en cultivos mal almacenados. Los cultivos, como los granos y las nueces, pueden contaminarse con aflatoxinas, que pueden terminar en los alimentos elaborados con estos productos.
Consumo excesivo de alcohol. Consumir diariamente y durante muchos años una cantidad de alcohol que es superior a la moderada puede llevar a un daño hepático irreversible y aumentar el riesgo de padecer cáncer de hígado.

Diagnóstico

Según detalla la doctora Correa, normalmente resulta difícil descubrir el cáncer de hígado en sus etapas iniciales debido a que los signos y síntomas no se manifiestan hasta que la enfermedad se encuentra en sus estadios más avanzados. Por otro lado, los tumores pequeños de hígado son difíciles de detectar mediante un examen físico.

El resultado es que la mayoría de los cánceres de hígado se diagnostican en sus etapas más avanzadas.

Sin embargo, las personas que tienen un alto riesgo de padecer esta enfermedad, como aquellos con hepatitis B, hepatitis C o cirrosis, pueden someterse a pruebas de forma frecuente para iniciar el tratamiento lo antes posible.

Tratamiento

Un paciente al que se le diagnostique cáncer de hígado tendrá varias opciones que dependerán del tipo y la etapa en la que se encuentre el cáncer. Lo más recomendable es contar con el criterio conjunto de médicos especialistas en distintos campos, quienes podrán ayudar al paciente a plantear su plan de tratamiento.

Según concluye nuestra médica Internista y Hepatóloga invitada de Clínica Medellín, normalmente para el tratamiento a seguir se tiene en cuenta, además de la etapa del cáncer y la salud del resto del hígado, los posibles efectos secundarios del tratamiento, el estado de salud general del paciente, los cambios de la curación de la enfermedad, la extensión de la vida o el alivio de los síntomas.

Entre las opciones disponibles se encuentran la cirugía, el trasplante, la ablación del tumor, la embolización del tumor, la radioterapia, la terapia dirigida y la quimioterapia.


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