Nuevo Noticia
Un cuidado correcto postoperatorio le permitirá al paciente preservar su calidad de vida mientras atiende las recomendaciones del personal médico.


La colostomía y la ileostomía hacen parte del grupo de estomas, aberturas artificiales hechas en el abdomen mediante cirugía en las que se exterioriza una parte del intestino para permitir el paso de las heces desde el cuerpo hacia afuera. Toman su nombre de la zona del cuerpo en que se presenta la lesión o la obstrucción: el colon y el íleo.

Diana María Bohórquez, enfermera de la Clínica Medellín, comenta que estas intervenciones suelen ser difíciles de asumir por parte de los pacientes, ya que implica un cambio en una función corporal clave ya que las heces saldrán por el abdomen y serán depositadas en una bolsa sellada.

En ocasiones se requiere de la asistencia psicológica y del apoyo familiar para este nuevo hábito que debe ser como una “oportunidad de vida” en la que hay una solución médica a un problema de salud.

Las colostomías e ileostomía pueden ser temporales, por seis meses, un año o más tiempo según el estado del paciente, o definitivas cuando la enfermedad está en estadíos muy avanzados.

Los cuidados posteriores a la cirugía

En estas intervenciones el paciente quedará con una parte del intestino por fuera de su cuerpo que requiere de unos cuidados especiales para mantener un buen aspecto y evitar infecciones u otras complicaciones.

La enfermera Bohórquez explica que el estoma debe estar rojo, brillante, húmedo y vital. Cualquier otra coloración – negra o violácea– puede ser señal de que algo no anda bien: un sangrado o una necrosis, por ejemplo.

La persona debe evitar hacer fuerzas innecesarias y levantar elementos muy pesados que le puedan provocar hernias y otras dificultades de salud, como el prolapso, que se origina cuando el intestino está más exteriorizado de lo que debería, o por el contrario una invaginación intestinal, que es el hundimiento del estoma.

Un aspecto a tener en cuenta en la recuperación es que el estoma puede moverse dado el peristaltismo intestinal natural que produce la contracción del tubo digestivo.

En cuanto al duchado, Bohórquez dice que lo recomendable es naturalizar el baño como una rutina normal de asepsia de la persona y su herida. En ese momento la bolsa puede ser retirada y hacerle la limpieza necesaria con un jabón neutro (sin olores). Si es otra persona quien se la va a realizar, se sugiere el uso de guantes para evitar infecciones. El lavado del estoma debe realizarse sin jabón, solo con agua.

¿Cómo manejar la alimentación?

Recuperar los hábitos alimenticios después de este proceso es fundamental en la calidad de vida del paciente.

Diana Bohórquez afirma que lo ideal es que la persona consuma un mismo alimento durante varios días seguidos para constatar que este no le caiga mal, y así seguir probando para ir descartando aquellas preparaciones que no es capaz de tolerar y que le generen diarreas o problemas digestivos.

No se recomienda el consumo de alimentos que puedan producir muchos gases ya que como el paciente va a tener una bolsa en su estómago, puede resultar incómodo cuando esta se infle. Tampoco aquellos con alto contenido de fibra que dificulten la digestión y la salida de las heces por el estoma.

La bolsa y el sellado

Uno de los cuidados más importantes es el de la barrera y la bolsa que son instaladas en el abdomen para permitir el paso de las heces.

Esto es clave ya que un buen sellado y una limpieza permanente de los utensilios evitarán los malos olores que se originan como consecuencia de la exposición del intestino y de la manipulación de la bolsa con las heces fecales.

Una bolsa y el sellado pueden tener una vida útil de cinco días aproximadamente, por lo cual su cuidado es vital para lograr una duración considerable en condiciones higiénicas deseadas.
Seguir con juicio estas recomendaciones le ayudarán a tener una mejor recuperación.


Artículos sugeridos

Ver más

Calificación:
Nombre:
Email:



Nuevo Mi documento
Nuevo Mi documento