La inquietud de Ana Nicholls por brindar un servicio humano y de calidad en la Clínica Medellín

Será difícil que aquella jornada se les borre de su memoria a ella, Ana María Nicholls Sánchez, y a todos los que en aquella época hacían parte de la Clínica Medellín y en particular del área de cirugías cardiovasculares, pues fue el momento en que la institución realizó su primera cirugía de cardio.

“Teníamos todos los ojos de Medellín puestos en nosotros”, rememora. “Habíamos estudiado esa cirugía con puntos y comas”. Todo les salió tan bien que uno de los cirujanos, Sergio Franco -hoy jefe del servicio de cirugía cardiovascular-, la cargaba por los aires de la felicidad que sentían. Ella incluso no se aguantó y lloró de la emoción.

Este ha sido quizás el momento más significativo en la trayectoria de Ana María en más de 25 años de servicio en la Clínica Medellín, una institución en la cual se siente como en su segundo hogar, en muchas ocasiones hasta el primero por el tiempo que transcurre en ella -”mi esposo no me echó porque es muy adorado”-, y a la cual le ha entregado toda su vocación y su calidad humana.

Su recorrido

Previo a su ingreso a la Clínica Medellín, Ana María estudió auxiliar de enfermería en Manizales, posteriormente se traslada a Medellín y culmina su profesionalización en instrumentación quirúrgica en la Universidad de Antioquia.

Se ha desempeñado como instrumentadora de cirugía cardio, Trabajó durante ochos años en la otra institución de salud de la ciudad- y hace un cuarto de siglo llegó a la Clínica Medellín, donde hoy se siente absolutamente feliz en su labor.

De su experiencia menciona que ha sido positiva, con un crecimiento constante tanto profesional como personal.

Como hecho destacado reseña el orgullo que le dio ser parte del primer equipo de cirugías cardiovasculares en la entidad, un honor en el que le permitieron ser la instrumentadora quirúrgica.

Fueron días de mucho trajín porque en la ciudad no había sino dos instituciones de salud que realizaban operaciones de corazón, por lo tanto, las intervenciones se daban “mañana, tarde y noche”.

Por algunas situaciones internas, Ana María asumió en 2010 la doble labor de ser instrumentadora quirúrgica y además la coordinadora del centro de esterilización, ambas con un notable desempeño.


Su experiencia al servicio de los demás

Los pacientes no han sido los únicos que se han beneficiado de la vocación y el compromiso de Ana María, también sus compañeros e incluso sus superiores, que se han nutrido con sus conocimientos, los cuales ella comparte con el interés de que todos reciban un poco de su experiencia.

Cuando estaba desarrollando sus estudios escribió un libro sobre técnicas quirúrgicas de cirugía cardiovascular, una publicación que, sin proponérselo en un principio, se convirtió en un pilar para muchos residentes e instrumentadores que se han querido especializar en este aspecto.

“Es un libro coquito y básico, pero sí ha servido mucho”, afirma. “Hace poco uno de los cirujanos cardiovasculares que se entrenó con nosotros me lo pidió para compartirlo con unos instrumentadores y otros cirujanos ya que él quería que ellos lo leyeran, eso me llena de satisfacción”.

Su mayor aprendizaje en la Clínica ha sido valorar la vida y al ser humano. A su cargo tiene un equipo que integran 18 personas, a quienes ella trata de orientar no solo desde lo técnico sino también lo personal, siendo una líder integral.

Su inquietud permanente es destacada por los demás, quienes reconocen en Ana María una persona detallista y estricta a la que le gusta que su trabajo quede bien hecho. “Para mí la responsabilidad y la lealtad van primero”.

Es inquieta y organizada. siempre mantiene consigo una caja de herramientas donde guarda todo lo que necesita, hasta le alcanza para asistir a sus compañeros y superiores que requieren de algún utensilio. Ella siempre les tiene la solución.

Ana María Nicholls Sánchez, ejemplo de tenacidad y compromiso.