Dicen los especialistas de la Clínica Medellín que cerca del 70% del éxito en el tratamiento y la recuperación de un cáncer corre por cuenta de los mismos pacientes al atender las recomendaciones de los equipos médicos y de enfermería, pues gran parte de las tareas se hacen en casa, cuando no hay presencia del personal médico.
Viviana Rave, Enfermera Jefe de Servicios de la
Unidad de Oncología, comenta que una vez la paciente ingresa a la unidad de oncología o de quimioterapia, posterior a la valoración con el oncólogo, recibe una educación de los signos, los síntomas y los efectos secundarios o las toxicidades que pueden presentarse después de la administración de los tratamientos.
Debe aprender a convivir con náuseas, inapetencia, alopecia o caída del cabello -que se incrementa entre 15 y 20 días después de la primera administración de la quimioterapia-, cambios en la piel, que requieren unos cuidados especiales que, en su mayoría, se deben hacer en el hogar, entre las visitas de control y seguimiento.
Para sobrellevar estas condiciones, existen algunos consejos que Rave comparte a continuación.
Recomendaciones para el cuidado
• Para el cuidado de la piel hay que hidratarse constantemente, preferiblemente con agua y jugos, y con el uso de cremas humectantes que no sean a base de alcohol, sino de emolientes, que se consiguen en tiendas dermatológicas.
• Utilizar todos los días protección solar con bloqueador de índice mayor a 50, en especial en cara, cuello y brazos, sin exponerse de forma directa a la luz solar.
• Los tratamientos pueden tener efectos secundarios en el tracto gastrointestinal, con diarrea más que estreñimiento. Por eso es clave no consumir alimentos crudos o preparados en la calle.
• Todas las frutas deben estar peladas por completo.
• Mantener una buena higiene en la cocina y el baño, y en general en toda la casa.
• No estar en lugares con multitudes y no entrar en contacto con personas que padezcan alguna enfermedad, en especial si son contagiosas.
• Si vive con alguien y este se enfermó, tratar de conservar entre uno y dos metros de distancia, utilizar tapabocas y no compartir la habitación.
• No automedicarse con algún producto que no tenga conocimiento el médico o el personal de enfermería. Los pacientes tienden a realizar terapias naturales a base de plantas, con la creencia de que así se mejorarán sus defensas o que se curarán del cáncer. El problema es que, si esto se cruza con el metabolismo que genera el medicamento aplicado en la clínica, puede aumentar la toxicidad a nivel de riñón o el hígado, o en algunos casos, suspender el tratamiento, afectando la efectividad del medicamento suministrado y la sobrevida de la enfermedad.
• No usar corta cutículas para las uñas, pues es probable que se generen focos de infección.
• Durante la primera fase de quimioterapia, al ingerir doxorrubicina, que algunos paciente suelen llamar la “quimio roja” (que no es un nombre adecuado), es posible que la coloración en la orina y las heces sea roja al estar contaminadas de este medicamento. Por eso hay que tener precaución y usar un baño individual, o que el que se use reciba un aseo inmediato.
• La alimentación debe ser balanceada; no consumir embutidos, comer carnes rojas dos veces a la semana, y el resto de los días pollo y pescado que son buenas fuentes de proteínas.
• Comer cinco o seis veces al día, en promedio cada dos horas, así no tenga apetito.
• Hacer algún tipo de actividad física, así sea caminar. Nadar es otra buena opción, pero hacerlo en una piscina que esté aseada y no sea pública.
• No compartir la habitación o la cama con las mascotas y que quien esté en el tratamiento no se encargue de su higiene.
• No hay problemas con cargar bebés.