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Hasta hace unos años el paciente podía demorar hasta quince días en salir de los cuidados hospitalarios luego de esta intervención en el colon; hoy, con los avances quirúrgicos, el promedio es de dos días.


La colectomía es una intervención quirúrgica que se realiza para extirpar el colon en su totalidad o una de sus partes, y la mayoría de las veces es requerida como consecuencia de la aparición de un cáncer en este órgano o en el recto, y también de la enfermedad inflamatoria intestinal o trastornos como la diverticulitis.

Los casos más frecuentes son las colectomías parciales, llamadas hemicolectomía cuando se reseccionan las partes derecha e izquierda del colon, y proctocolectomía en los casos que se extirpan tanto el colon como el recto a la vez.

El médico cirujano oncólogo Juan Camilo Correa, de la Clínica Medellín, explica que la colectomía hasta hace unos veinte años obligaba a los especialistas a hacer una laparotomía, que consiste en una resección del segmento del colon que esté afectado en sus funciones y después se realiza el empalme de los extremos.

Esta operación implicaba que el paciente debía estar hospitalizado en principio por hasta siete días debido a que no podía ingerir alimentos, y al menos otra semana más mientras se adaptaba de nuevo a la alimentación gradualmente.

Pero con los avances recientes en tecnología y técnicas quirúrgicas, surgió la laparoscopia, que cumplía la misma función que la laparotomía aunque con incisiones más pequeñas, reduciendo el dolor y facilitando la recuperación de paciente ya que facilita su movilización en un tiempo menor (en los casos en que esta intervención era posible, no en todos).

“Además, recibimos evidencia de que el paciente podía recibir comida y realizar ejercicio inmediatamente después de la cirugía ya que esta es mínimamente invasiva”, sostiene el médico Correa.

En la actualidad, en promedio, el paciente solo debe estar dos días hospitalizado, y si no presenta dolor, tolera la alimentación, realiza deposiciones con normalidad y no se le acumulan los gases, puede continuar con su recuperación y cicatrización en casa, haciendo sus actividades cotidianas y acudiendo a consulta en caso de que lo requiera, con una vigilancia constante por parte del personal asistencial.

¿Qué pasa en los dos días de hospitalización?

Una vez el paciente es operado, es trasladado a la sala de recuperación, donde el personal médico procura que se le instalen la menor cantidad de dispositivos de control, como sondas o canalizadores de venas. Posteriormente se le da comida y se le pide que camine al tiempo que consume chicle y café, ya que la conjugación de estas tres actividades permite que el intestino se mueva más rápido.

“Después de cualquier cirugía de intestino hay un fenómeno que es el íleo paralítico posoperatorio, que hace que este órgano se quede quieto y se estanque, por ello se necesita que este se mueva”, describe Correa.

Estar en casa no solo es beneficioso para la recuperación del paciente, sino que además el efecto en la cicatrización es la misma en el hospital que en el hogar; las condiciones externas no cambian la recuperación.

Una colectomía, explica el cirujano, siempre tendrá algunos riesgos asociados, como la posibilidad de que ocurran sangrados o infecciones, puesto que se intervienen las paredes intestinales, por más que sea mediante incisiones pequeñas. Además, la unión de los extremos del colon, conocida como anastomosis intestinal, puede fallar o no cicatrizar bien y permitir la salida de material intestinal, también nombrada como la peritonitis.

Algunas de las consecuencias temporales de una colectomía son las deposiciones más blandas cuando se interviene el colon derecho, ya que este es el que más absorbe agua; o más frecuentes si ocurre en el colon izquierdo, pues impacta algunos nervios ubicados en el recto que provoca el síndrome de resección anterior baja, ocasionando una incontinencia fecal.


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