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Ambas enfermedades afectan los genitales masculinos, sin embargo, difieren en sus características y manifestaciones. Acá se las explicamos.


Cuando se referencian las enfermedades que afectan los órganos genitales en los hombres, hay dos que suelen mencionarse con mayor frecuencia: el varicocele y el hidrocele, cuya incidencia se concentra en los testículos.

Juan Luis Jaramillo, médico uròlogo de la Clínica Medellín, explica las diferencias que existen entre ambas:

- Hidrocele: se produce cuando hay una acumulación del líquido entre los testículos y la piel del escrito que los recubre. Esta enfermedad es más frecuente en los niños, y en su mayoría se resuelve antes del primer año de vida mediante una cirugía.

Cuando se presenta en los adultos, por lo general es consecuencia de golpes, procesos inflamatorios o infecciosos. En estas etapas la cirugía solo es necesaria si hay sensación de peso, mucho dolor o se están limitando las funciones básicas como caminar o realizar sus actividades cotidianas.

El hidrocele también puede tener causas idiopáticas, es decir, que no existe información acerca de su origen, o por efectos secundarios producto de procedimientos quirúrgicos como la de varicocele. Estas intervenciones son sencillas y ofrecen resultados muy positivos a largo plazo.

- Varicocele: es la dilatación o deficiencia de las venas por las cuales se saca la sangre de los testículos –una región que también es llamada como plexo pampiniforme– y que impide que esta retorne, lo cual puede ocasionar problemas a largo plazo al presentarse una acumulación de este líquido.

En el 95 % de los casos esta situación se produce en el testículo izquierdo. Cuando ocurre en el lado contrario se debe sospechar y descartar mediante estudios que no existan otras patologías que puedan estar asociadas a esta enfermedad.

¿Cómo afecta la calidad de vida de los pacientes?

En teoría, ninguna de estas dos enfermedades impiden las funciones de orinar o de sostener relaciones sexuales con normalidad, aunque sí pueden hacerlas incómodas por el dolor que surge en los testículos, por más que sus implicaciones fisiológicas no comprometan estas actividades rutinarias.

Por lo general, cuando ambas patologías llegan a etapas muy avanzadas, los pacientes no logran permanecer de pie, ya que esto les empeora el dolor.

En cuanto al varicocele, a largo plazo, puede producir consecuencias mucho mayores, como que al acumularse sangre en el testículo izquierdo se evita que a este llegue sangre arterial y, por tanto, su tamaño se va reduciendo. Esto, además, provoca un aumento en la temperatura testicular que aumenta las probabilidades de que los espermatozoides se mueran y se desarrolle una infertilidad.

¿Qué cuidados se deben tener?

El doctor Juan Luis Jaramillo advierte que no existen desde lo médico recomendaciones para prevenir el surgimiento tanto del hidrocele como del varicocele, pero cuando el paciente ya padece de estas enfermedades, lo ideal es que se use ropa interior ajustada para disminuir el dolor.

“El varicocele suele empeorar sus síntomas cuando los testículos quedan muy colgantes, entonces es necesario soportarlos o de lo contrario ocasionará más molestias al paciente”, expresa el especialista.

El hidrocele, por su parte, son asintomáticos, y solo se manifiestan cuando están muy desarrollados, impidiéndole a la persona a caminar o hacer un esfuerzo. En estas circunstancias, no hay manera de prevenir su surgimiento.

Para los hombres: hacerse revisar es la mejor manera de detectar estas enfermedades y evitar dolores incómodos que afecten su calidad de vida.


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