El dolor de piernas es un síntoma frecuente que puede tener orígenes muy diversos en hombres y mujeres. Las enfermedades vasculares (venosas y arteriales), así como las dolencias musculares y óseas son algunas de las causas más frecuentes.
La mayoría de los dolores en las piernas se provocan como resultado del desgaste, de la sobrecarga o de lesiones en las articulaciones o los huesos, o en los músculos, los ligamentos, los tendones u otros tejidos blandos.
Algunos tipos de dolores en las piernas se pueden deber incluso a problemas en la parte baja de la columna vertebral. El dolor de piernas también se puede producir muy comúnmente por enfermedades vasculares como coágulos sanguíneos, venas varicosas o mala circulación.
Para entender un poco más sobre este tipo de dolencias, en especial las que tienen origen en enfermedades vasculares, invitamos a la doctora Carolina Salinas,
cirujana vascular de la Clínica Medellín del Grupo Quirónsalud, quien reconoce que el dolor en las piernas es muy frecuente tanto en adultos jóvenes como en adultos mayores (especialmente mujeres) y tiene origen, principalmente, en enfermedades venosas y, en menor medida, en enfermedades arteriales.
No obstante, la doctora Carolina Salinas puntualiza que: “El dolor en las piernas puede tener varias causas (diferente a las enfermedades vasculares) y puede indicar una amplia gama de afecciones, con diferentes niveles de gravedad. Por eso, es importante acudir siempre al médico si siente dolor persistente en las piernas. Él podrá diagnosticar el problema y ayudarle a obtener el tratamiento adecuado según sea el origen de su dolencia”.
Dolor causado por enfermedades venosas
Dentro de las enfermedades que pueden afectar al sistema venoso y causar dolor en las extremidades inferiores, existen dos que destacan por su frecuencia e importancia: la insuficiencia venosa crónica, con su principal manifestación: las varices, y la trombosis venosa profunda.
Siempre se debe estar alerta frente a los signos de alarma. Cuando se manifiestan signos y síntomas dolorosos, puede deberse a enfermedades venosas, estos pueden comprender lo siguiente:
• Una sensación de dolor o de pesadez en las piernas, especialmente al final del día
• Ardor, pulsación, calambres musculares e hinchazón en las extremidades inferiores
• Empeoramiento del dolor después de estar sentado o de pie durante mucho tiempo
• Picazón alrededor de una o de más venas
• Decoloración de la piel alrededor de una vena varicosa
Factores de riesgo de la enfermedad venosa:
• La edad. El riesgo de padecer venas varicosas aumenta con la edad.
• Sexo. Las mujeres tienen más probabilidades de padecer la enfermedad. Los cambios hormonales durante el embarazo, la premenstruación o la menopausia pueden ser un factor. Los tratamientos con hormonas, tales como píldoras anticonceptivas, pueden aumentar el riesgo.
• Embarazo. Durante el embarazo, aumenta el volumen de sangre en el cuerpo. Este cambio ayuda al feto en crecimiento, pero también puede producir un efecto secundario desafortunado. Los cambios hormonales durante el embarazo también pueden afectarlas.
• Antecedentes familiares. Si otros familiares tuvieron venas varicosas, existe una mayor probabilidad de que también las tengas.
• Obesidad. Tener sobrepeso ejerce presión adicional en las venas.
• Estar de pie o sentado durante períodos prolongados. La sangre no fluye tan bien si estás en la misma posición durante períodos prolongados.
Tratamiento
La insuficiencia venosa crónica tiende a empeorar con el tiempo. Sin embargo, se puede manejar si el tratamiento se inicia en las primeras etapas. Al tomar medidas de cuidados personales, usted puede aliviar la molestia y evitar que la afección empeore. Es probable que, dependiendo lo avanzado de la enfermedad, necesite procedimientos médicos para tratar la afección.
Dolor por enfermedad arterial
Como reconoce nuestra cirujana vascular invitada, la enfermedad arterial periférica, es otro de los motivos de consulta frecuente y está, en la mayoría de los casos, asociada a personas de edad avanzada, que padecen enfermedades de base y que poseen malos hábitos de vida (tabaquismo, deficiente alimentación, sedentarismo, etc.), Esta se trata de un problema circulatorio frecuente en el que las arterias se estrechan reduciendo el flujo sanguíneo a las extremidades.
Cuando se padece enfermedad arterial periférica, las extremidades, generalmente las piernas, no reciben un flujo sanguíneo suficiente para satisfacer la demanda. Esto provoca síntomas, especialmente dolor en la pierna al caminar (claudicación).
También es probable que la enfermedad arterial periférica sea un signo de una acumulación generalizada de depósitos de grasa en las arterias (ateroesclerosis). Esta afección puede reducir el flujo sanguíneo al corazón y al cerebro, así como a las piernas.
A menudo, puede tratarse la enfermedad arterial periférica con éxito si se deja el tabaco, con ejercicio y con una dieta saludable.
Otras causas frecuentes de dolor en las piernas
Existen otras causas frecuentes no originadas en enfermedades vasculares como lesiones por traumas o malas prácticas deportivas, incluso los populares calambres que también son muy habituales.
A continuación, describimos el origen de estas sintomatologías:
Lesiones
Las lesiones que causan algún tipo de dolor de piernas suelen ser fruto de la práctica deportiva o de accidentes:
• Distensión muscular por sobrecarga.
• Distensión o desgarro muscular.
• Tendinitis o inflamación de un tendón.
• Esguinces.
• Fisura o fractura ósea.
Todas ellas requieren un tratamiento específico, que puede incluir reposo, inmovilización, toma de antinflamatorios, fisioterapia, cirugía, etc. El tiempo de recuperación final dependerá de la gravedad de la lesión.
Calambres musculares
Se caracterizan por un dolor repentino e intenso que se acompaña de un espasmo muscular. El exceso de ejercicio y la sobrecarga pueden causarlos de forma puntal. Pero la causa más frecuente es el déficit de potasio, aunque también puede deberse a un proceso de deshidratación o la carencia la sangre de otros minerales, como sodio, calcio o magnesio. También pueden deberse a la toma de medicamentos, como es el caso de las estatinas, que se utilizan para reducir el colesterol, o de los diuréticos.