Este es un procedimiento quirúrgico no apto para todas las personas, que debe hacerse de manera controlada y responsable con personal calificado que los oriente en la decisión.
Algunos le llaman lipoescultura o lipoplastia. En realidad, el nombre técnico de la intervención es liposucción y corresponde a la manipulación quirúrgica del tejido adiposos o graso en áreas específicas del cuerpo para mejorar el contorno o las líneas anatómicas que por solicitud del paciente o recomendación médica se acordaron.
El objetivo de esta intervención, asegura el médico Víctor Raúl Restrepo,
Cirujano Plástico y coordinador del servicio de Cirugía Plástica de la Clínica Medellín –miembro además de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica– es mejorar la apariencia física del paciente con fines estéticos. Es un procedimiento con el que no se puede tener como objetivo lograr o buscar la reducción de peso.
Restrepo dice que los cirujanos plásticos tienen una responsabilidad ética y médica de cuidar la salud de los pacientes, comenzando por la selección adecuada de los candidatos a esta intervención.
El especialista advierte que la liposucción no es apta para todas las personas, ya que hay implícita una serie de riesgos y complicaciones que se pueden evitar antes de tomar la decisión de ir o no a cirugía.
¿En qué consiste?
La liposucción consiste en la manipulación de la grasa para dar forma o mejorar el contorno del cuerpo con un fin estético. Generalmente se realiza en el torso, aunque puede utilizarse en muslos, brazos y piernas. En estas dos últimas áreas no es muy frecuente que se realice este procedimiento, dado que son superficies estrechas con estructuras vasculares y nerviosas que se pueden afectar en la intervención; además, según el doctor Restrepo los resultados en estas zonas no son muy significativos, por tanto, en la evaluación de riesgo frente a beneficio el personal médico opta por no hacer el moldeamiento corporal allí.
¿Quiénes no son aptos para una liposucción?
• Pacientes con enfermedades como
hipertensión o
diabetes, o con hábitos de fumador se debe ser cuidadoso ya que estos factores aumentan los riesgos de complicaciones durante la intervención.
• Pacientes con sobrepeso u obesidad, cuyo índice de masa corporal –IMC– sea superior a 28 o 30 kgs/mt2. En estos casos, el cirujano plantea que es conveniente que el paciente, primero, cambie sus hábitos de vida y alimentación antes de pensar en una liposucción, pues de lo contrario es posible que luego de este procedimiento recaiga y vuelva a esos niveles de IMC y el resultado no sea el esperado.
• Pacientes que consultan después de haberse hecho previamente una liposucción, generan alarma a los especialistas con respecto a los hábitos o expectativas del paciente y que pueden ayudar a decidir darle la recomendación de no realizar ninguna otra intervención.
Las posibles e infrecuentes complicaciones
La liposucción es un procedimiento en el que el paciente suele permanecer acostado en reposo varia horas. Esto hace que su sistema venoso fluya más lento de lo habitual, y por ello se aumenten los riesgos de trombosis venosa en los miembros inferiores y/o tromboembolismo pulmonar, señala el doctor Restrepo.
Otro riesgo importante se produce cuando durante la extracción de grasa se lesionan estructuras arteriales y venosas que por un efecto de succión negativa puede atraer micropartículas de grasa al sistema arterial o venosos las cuales podrían ocasionar microembolismos grasos. Esto no es un evento frecuente, su posibilidad es remota pero no debe olvidarse.
En todas estas complicaciones son en las que pensamos los cirujanos plásticos y que tenemos en consideración al seleccionar los pacientes que son susceptibles, tienen indicación o solicitan una liposucción.