Si tienes menos de tres deposiciones a la semana, sientes dificultad para defecar o presentas ambas situaciones, se considera estreñimiento. Conoce en este artículo las posibles causas, los tratamientos y algunos aspectos para tener en cuenta sobre esta enfermedad.
Aunque el estreñimiento ocasional es muy común, algunas personas experimentan estreñimiento crónico que puede interferir en su capacidad de realizar sus tareas diarias. El estreñimiento crónico también puede provocar que las personas hagan demasiada fuerza para defecar y en general puede trastornar en gran medida la vida normal de una persona.
El doctor Santiago Sánchez Londoño, gastroenterólogo de la Clínica Medellín, destaca que lo primero que hay que decir de esta enfermedad es que un adulto humano normal debe defecar de tres a cuatro veces por semana y eso es importante porque muchas veces las personas consultan porque no van al baño todos los días, situación que es completamente normal.
“Para definir que un paciente padece de estiramiento tiene que partirse del hecho de que sus deposiciones a la semana sean inferiores a tres o cuatro ocasiones, que sientan la sensación de vaciamiento incompleto después de la defecación, que deban hacer fuerza excesiva al momento del esfuerzo para defecar, y que eso se acompañe de deposiciones que sean como bolitas, de pequeño tamaño o en forma de cinta”, aclara nuestro invitado.
Causas
El estreñimiento tiene múltiples causas. Lo importante en esta enfermedad, así como con otras patologías gastrointestinales, es definir si el estreñimiento es de origen orgánico o es de origen funcional.
La gran diferencia entre ambas es que los estreñimientos orgánicos son causados puntualmente por una enfermedad, mientras que los estreñimientos funcionales dependen más de la dieta y del estado del ánimo.
Respecto al origen, el doctor Sánchez aclara que “los exámenes no están diseñados para identificar puntualmente o con precisión la causa del estreñimiento, sino que más bien están diseñados para descartar a grandes rasgos, las posibles enfermedades que puedan estar generando el estreñimiento”.
El examen principal para diagnosticar esta enfermedad es la colonoscopia, pero no todos los pacientes deben someterse a esta prueba diagnóstica, aclara el gastroenterólogo de la Clínica Medellín.
“Solamente las personas mayores de 45 años o las personas que tengan algún factor de riesgo, por ejemplo, que estén perdiendo peso de forma anormal, que tengan sangrado a la hora de la deposición, que tengan anemia o aquellas personas en quienes ya se ensayó un primer tratamiento y ese tratamiento fracasó se deben someter a una colonoscopia, pero en personas que sean menores de 45 años y no tengan factores de riesgo el diagnóstico por lo regular es clínico, es decir, atendiendo los síntomas que describe el paciente”, puntualiza nuestro invitado.
Tratamiento
El doctor Sánchez Londoño aclara que el tratamiento también depende de si es un estreñimiento de origen orgánico o un estreñimiento de origen funcional.
En el caso de un estreñimiento orgánico, el tratamiento va encaminado no tanto al estreñimiento, sino a la enfermedad que está causándolo y hay múltiples enfermedades que pueden generar estreñimiento.
“Lo más importante que como médico se hace en el estreñimiento orgánico es descartar, por ejemplo, el cáncer, porque un tumor en el recto o un tumor en el colon puede generar un efecto obstructivo e impide el paso de la materia fecal. Pero no solo el cáncer también otro tipo de enfermedades como las de origen neurológico o enfermedades de tejido conectivo u otras causas que generen estreñimiento, y en todos los casos habría que controlar primero dicha enfermedad y después sí darle manejo al estreñimiento”, subraya.
Ente tanto, hay un punto muy importante que destaca nuestro invitado y es que cuando no hay enfermedades grandes que estén causando el estreñimiento, el estreñimiento puede deberse como tal a la alimentación y el estado de ánimo o puede haber algunas alteraciones en la coordinación del ano y del recto.
“Es pertinente hacer esa diferenciación porque ninguno se configura como una enfermedad. Se tratan de manera muy distinta, las enfermedades del ano y el recto se tratan con terapia, llamada Biofeedback, y las enfermedades que corresponden a cuestiones de la alimentación, particularmente el bajo consumo de fibra soluble o al estado de ánimo se tratan con medicamentos que la gente comúnmente llama para el colon irritable”, detalla el especialista.
Recomendaciones
Respecto a las recomendaciones que pueden ser muy útiles para la enfermedad, el doctor Sánchez indica que es vital entender que el consumo de agua en grandes cantidades no es tan benéfico, “porque la gente piensa que cuando tiene mucho estreñimiento debe consumir muchísima agua y eso es un mito, porque la inmensa mayoría del agua se reabsorbe en el organismo antes de llegar a colon, entonces no incide sobre absolutamente nada en el estreñimiento”.
Pero hay otras cosas que sí son recomendadas, por ejemplo, la actividad física, mientras más se mueva la persona, más se mueve el intestino. “Es por eso que los pacientes que están hospitalizados encamados durante largos períodos tienen también largos períodos de tiempo sin lograr defecar, así que tener una rutina saludable de actividad física puede ayudar a regular un poco los movimientos intestinales”.
Otro aspecto importante es la alimentación, “las frutas, las verduras y los cereales, pero lógicamente algunas frutas que tienen una mayor utilidad, sobre todo las fibrosas como la naranja, la mandarina, las ciruelas, la pitahaya, porque las frutas que son más magras como el banano o la guayaba a veces generan un efecto contrario empeorar el estreñimiento. Las grasas particularmente que la materia fecal sea más dura y dificultar la defecación. Entonces también hay que recordar que no se deben consumir alimentos fritos, que las carnes rojas, que son bastante grasosas, deben consumirse máximo tres veces por semana”, puntualiza el doctor Sánchez.
Por último, el gastroenterólogo de la Clínica Medellín insiste en la importancia de entender que las personas no tienen que hacer deposiciones todos los días, porque una de las cosas que más daño nos pueden hacer es ir al baño a sentarnos sin ganas, solo por rutina. Y eso no solamente empeora el estreñimiento, sino que empeoran la enfermedad de las hemorroides y también hace que la persona se sienta más ansiosa por no lograr las defecaciones.
“Es muy común que las personas cuando viajan, cuando están fuera de casa o cuando hay visita, no sean capaces de defecar, pero eso, debo insistir, obedece más a cuestiones de ansiedad y del estado del ánimo. Debemos entender que ir a defecar no tiene ningún misterio. Y que, si pasan uno, dos o tres días de forma infrecuente sin ir al baño esto no es un problema, siempre y cuando al momento de defecar no se tenga ninguna dificultad, incomodidad o dolor”, concluye nuestro invitado.