La dermatitis alérgica de contacto es una de las consecuencias que puede ocasionar este elemento de protección si se mantiene puesto durante gran parte del día.
Las autoridades de salud insisten en que
el uso permanente del tapabocas es una de las barreras más útil, cómoda y accesible para prevenir la propagación del contagio por COVID-19. Sin embargo, llevarlo puesto por tiempos prolongados podría ocasionar unos efectos secundarios para la piel del rostro que conviene tener en cuenta.
El
médico dermatólogo Alejandro Acosta, de la Clínica Medellín, señala que los tapabocas fabricados en materiales sintéticos, aún sin ser un material tóxico, pueden generar una dermatitis alérgica de contacto, una reacción o inflamación en la primera capa de la piel, en especial en aquellas personas cuyo organismo no los tolera.
La dermatitis alérgica por contacto se manifiesta con enrojecimiento de la piel, descamación o agrietamiento, asociada a rasquiña o prurito, en las zonas cubiertas por la máscara facial o las que están en contacto con las tiras o el resorte.
Llevar la cara tapada: los factores de riesgos
El uso prolongado del tapabocas atrae problemas derivados de llevar la cara tapada con frecuencia, también conocida como oclusión. “Esto altera el microambiente de la piel, aumentan la humedad y la temperatura, y se concentra el gas respiratorio”, advierte el doctor Acosta.
Lo anterior ocasiona la aparición de otras enfermedades de base como la dermatitis seborreica o del área centrofacial, o que se incremente el acné, en especial en las mujeres. Se debe, según el especialista, a que ellas son más propensas por los cambios hormonales, pero también por el uso del maquillaje, que aumenta la oclusión en la piel y el taponamiento de poros, generando el denominado acné oclusivo, término usado en dermatología.
¿Y los tapabocas de tela?
La tela, asegura el doctor Acosta, es un material que la piel ha aprendido a reconocer, y por tanto no ocasiona problemas, pero todo depende de cada organismo, ya que “ningún material está exento de generar una dermatitis de contacto”.
Como método de prevención, el dermatólogo recomienda el uso frecuente de bloqueador solar y de cremas hidratantes especiales para el rostro, que no producen acné y sean hipoalergénicas, es decir que no ocasionen dermatitis.
El bloqueador debe usarse aún en lugares cerrados, pues las luces artificiales contienen una luz azul, que posee una radiación electromagnética que produce manchas y envejecimiento de la piel.
Si la persona está en algún tratamiento dermatológico, por ejemplo, para el acné, puede continuar con los medicamentos que esté usando, teniendo presente que estos generan resecamiento, y por eso se hace necesario incrementar el uso de la crema hidratante, al menos dos veces al día.
¿Qué pasa con las manos?
Las manos son la parte del cuerpo más afectada con las medidas de higiene adoptadas para prevenir el coronavirus, debido al lavado frecuente que debemos hacer.
El médico Acosta afirma que la piel posee una capa de grasa que se produce de forma natural como protección contra agentes externos –manto hidrolipídico–, que al lavarse las manos se puede afectar, produciendo una resequedad asociada a la dermatitis.
Lo ideal, en este caso, es recurrir de nuevo a la crema humectante, pero varias veces al día para devolverles esa capa de grasa que se va diluyendo con el enjuague y el jabón.
“El gel solo se debe usar en caso de no tener acceso al agua y al jabón, que son el método más efectivo de eliminar el virus y las bacterias por el efecto mecánico de la fricción al lavar las manos”, advierte el doctor Acosta, quien sugiere que el gel se use en cantidades justas. Además, puntualiza que una si una persona es alérgica al jabón, debe usar los denominados jabones sintéticos o syndet o, en su defecto, usar guantes.