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El éxito de esta intervención está correlacionado con la adherencia que el paciente tenga a un plan de actividad física antes y después de la operación. Recomendaciones para modificar hábitos y comportamientos.


Un paciente sometido a una cirugía bariátrica que quiera olvidarse por completo de la obesidad sin que deba volver a consultas dos o cuatro años después de la intervención porque su peso volvió a niveles iguales o superiores, debe dejar atrás las excusas y modificar su estilo de vida y sus hábitos alimenticios y de actividad física, o de lo contrario se perderán los avances obtenidos.

La cirugía bariátrica, explica la doctora Marcela Echavarría, médica especialista en Actividad Física y Deporte de la Clínica Medellín, no puede ser vista como una solución exclusiva y definitiva contra esta enfermedad, si no se la acompaña de un plan de ejercicio que debe comenzar antes de la intervención y continuar durante un tiempo posterior a esta.

La pérdida de peso se logra con alguno de los cuatro procedimientos que se ejecutan con esta intervención quirúrgica (banda gástrica, bypass gástrico, manga gástrica y derivación biliopancreática). Mediante esta se pueden instalar mecanismos para que el estómago funcione mejor o retirar porciones completas o totales del mismo.

Sin embargo, en el procedimiento también hay una disminución considerable de la masa muscular que debe ser recuperada para el correcto funcionamiento del organismo.

La actividad física hace parte de un cuarteto de hábitos de vida saludable que el paciente debe tener presentes antes y después de la intervención. Los otros son la higiene del sueño, el control del estrés y la alimentación. Todos aportan a que el peso corporal se mantenga en el estado ideal o, por el contrario, suba a niveles no deseados.

¿Cómo diseñar el plan indicado?

Dice la doctora Echavarría que por lo general una persona sedentaria, que es uno de los hábitos que más generan la obesidad, siempre tiene una excusa para no hacer ejercicio: que se cansa mucho, que no tiene tiempo, que suda bastante o que le da miedo. Por eso una de las fórmulas para contrarrestar esas sensaciones es buscar una motivación para establecer el cambio.

Al comienzo del plan se debe comenzar con una intensidad baja teniendo en cuenta el estado físico de la persona. Si esta es sedentaria no se puede comenzar con un alto trajín, al contrario, lo ideal es que se inicie con una etapa muy suave e ir subiendo de nivel a medida que pasa el tiempo y se acerca el momento de la cirugía.

De este modo, dice la doctora, el paciente irá adhiriéndose a una rutina, a ser más constante, a disfrutar del proceso y le será más fácil seguir el plan que se le recomiende.

Otra de las motivaciones debe ser que el ejercicio evitará que a largo plazo haya un aumento de peso y que mediante los buenos hábitos saludables se disminuyan los riesgos de sufrir enfermedades mortales.

Echavarría advierte que no es posible diseñar un plan similar para todos los pacientes. Cada uno tiene sus propias particularidades y lleva sus rutinas de acuerdo con sus posibilidades.

Habrá algunos que les guste hacer ejercicio en las mañanas, otros en las tardes y unos más en las noches. A unos no les gustará correr, pero sí nadar o bailar, o quizás, al contrario.

Cuando se hayan definido estos gustos específicos se podrá introducir una rutina con una duración determinada siguiendo esos parámetros, pero en todos los casos hay que seguir una misma línea: calentamiento, ejercicio físico, estiramiento y reposo; trabajos cardiovasculares, de equilibrio y flexibilidad.

Los especialistas deben garantizar que los pacientes se adhieran a este plan antes de la cirugía para que lleguen a esta con los hábitos ya instalados en su proceso. Una vez son sometidos a la intervención, el acompañamiento puede durar de seis meses a dos años de acuerdo con el caso. En ese periodo se va analizando qué tanta capacidad tiene la persona de automonitorear su actividad, de seguir una rutina ya establecida y de medir la intensidad con la cual la realiza, hasta que lo pueda hacer por sus propios medios.

Un compromiso con su salud y su bienestar.


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