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El chequeo médico, también conocido como el chequeo ejecutivo, es un procedimiento que permite identificar en los pacientes riesgos de enfermedades cardiovasculares, oncológicas o crónicas con frecuencia asintomáticas, explica el doctor Rodrigo Botero, médico internista.

Fue tradición, hasta hace algunos años, que la medicina se enfocara en lo curativo; el paciente acudía donde el médico cuando estaba enfermo, a que este lo curara. Hoy, dice el doctor Botero, la medicina moderna ha virado hacia un complemento con educación en salud y prevención.
El objetivo es “enseñarle a la población cómo prevenir para que no se enfermen o para que detecten desde temprano algunas patologías para que puedan ser tratadas a tiempo”, explica.

El chequeo médico está dirigido, especialmente, a personas que superen los 30 años, rango en el que más se inician las enfermedades. Haciendo uso de una metáfora, “es cuando comienza a acabarse la garantía”, en palabras del doctor. Este procedimiento puede detectar riesgos cardiovasculares, como el infarto, la hipertensión, la diabetes, el colesterol, enfermedades silenciosas cuyas consecuencias pueden ser fatales cuando no son detectadas a tiempo y se dejan avanzar hasta estados irreversibles.


¿En qué consiste?

El chequeo médico consiste en una serie de exámenes clínicos y la toma de imágenes como radiografías, ecografías, que permiten identificar si el paciente tiene riesgo de contraer o ya padece alguna de las enfermedades mencionadas antes, o un cáncer incipiente cuyo tratamiento será más efectivo si es detectado a tiempo.

Además, durante las pruebas se brinda una educación médica en la que el especialista le explica a la persona cuáles son sus riesgos, de acuerdo con la información que estas entreguen, y en qué tiene que cuidarse.


¿Qué señales nos entrega?

Las enfermedades vasculares, explica el doctor Botero, no surgen de la nada. “No es que esté de malas quien a sus 45 años tiene un infarto, es que esa persona fue construyendo ese infarto con una dieta inadecuada, mucha vitamina ‘Ch’, comida chatarra, no hace ejercicio, tiene la presión alta y no le puso atención. Ese tipo de personas, que en apariencia son sanas, pero tienen sobrepeso, son sedentarias, fuman y no comen saludable, son más propensas a sufrirlas”, advierte el doctor Rodrigo Botero.
Con el chequeo médico, a ese paciente se le podrá predecir qué tan cerca está de sufrir un infarto, y también si está a tiempo de prevenirlo, educarse para minimizarlo.

También hay riesgos genéticos, que no se pueden modificar; son los que se heredan de algún familiar. El chequeo médico permitirá definir cuál es la escala de riesgo. En Colombia no hay un índice propio de medición, y se adoptan algunos de Estados Unidos o Europa, que ayudan a sumar los riesgos, otorgando un puntaje para asumir si el riesgo es mínimo, moderado o alto.

En cuanto a asuntos oncológicos, el chequeo es clave para detectar si el paciente puede heredar un cáncer de mama, próstata o pulmón. “Hay algunos marcadores que las pruebas nos registran que permiten identificarlos”, señala el doctor.

Una vez hecho el chequeo, el doctor y el paciente diseñarán un plan de trabajo con el cual se combatirán los riesgos. El especialista le ordenará, dependiendo de la historia, exámenes como una colonoscopia, una mamografía, una gastroscopia, que analizará en detalle qué es lo que le pasa al paciente y descartará o confirmará las sospechas que las pruebas puedan generar.

Se recomienda, en pacientes sanos, hacerse el chequeo cada dos años, y en aquellos que se lo hayan hecho con un registro negativo, una vez por año para hacer seguimiento y control.


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