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Yolanda Villegas Betancur, jefe de admisiones y autorizaciones de la Clínica Medellín, tras casi 24 años de servicio a la institución, ve con sentimiento de nostalgia y alegría la llegada de su pensión.


La primera experiencia de Yolanda en la Clínica Medellín fue como auxiliar administrativa en 1999, luego pasó a la Sede El Poblado con funciones de coordinadora de facturación, para después, en esta misma sede, asumir el cargo de asistente administrativa. Tras un periodo de diez años en esta labor, fue promovida a jefe de facturación gracias a su experiencia, desempeño y a la confianza que depositaron en ella las directivas de la Clínica en la época, al frente de esa responsabilidad permaneció ocho años hasta llegar, hace poco más de cinco años, a su cargo actual como jefe de admisiones y autorizaciones.

Con formación como tecnóloga en costos y auditoria, según relata Yolanda, en la historia de la Clínica ha sido una de las pocas personas que sin ser profesional llega al cargo de Jefe, lo que la llena de satisfacción y orgullo, y, además, le alienta a motivar a las personas que están a su cargo para nunca dejar de luchar por sus objetivos y proyectarse en cada una de sus responsabilidades de cara al futuro.

Hoy tiene cerca de 60 empleados a cargo y en cada uno de ellos ve reflejada su historia y la posibilidad de destacarse y proyectarse también.

Yolanda Villegas Betancur considera que una de sus principales virtudes es motivar a las personas y a los grupos de trabajo que están bajo su tutela, además, se considera a sí misma fruto de esa misma motivación, pues pese a que llegó a la Clínica Medellín como auxiliar administrativa hace casi 24 años, hoy, muy cerca de su retiro, ve como su proceso de superación y crecimiento dio frutos.

Su retiro de la institución llega gracias a alcanzar las semanas suficientes de cotización para su pensión.

Ahora, su ilusión está puesta en el futuro, en sus planes al lado de su familia y sus horas al servicio del voluntariado de los menos favorecidos, claro está sin dejar, hasta el momento mismo en el que diga adiós, de trabajar con igual entrega y compromiso que con el que llegó el primer día a una institución a la que le agradece muchas cosas, entre ella, cada aprendizaje y, por su puesto, el darle la confianza para destacar y ser quien es en el presente.

Yolanda resalta la buena relación que tiene con todas las personas en la clínica, al punto de que la fecha de su cumpleaños es una de las más esperadas y celebras cada año, pues ve retribuida, según ella, su personalidad entregada, afable y preocupada por los demás.

Más que una jefe, Yolanda se considera una amiga, una compañera de trabajo dispuesta a ayudar, aportar e incluso aconsejar a cada persona.

Los años en la institución le han entregado muchas cosas, una de ellas, la vocación de servicio la cual ha ido cultivando a través del tiempo, hasta el punto en el que buena parte de su tiempo libre lo dedica a realizar obras sociales.

Otro pedazo de su vida, lo destina a su familia, en especial a su esposo, sus hijas y su nieta, precisamente esta última le ha entregado muchas alegrías y le ha mostrado el camino para ver con otra mirada la vida, a agradecer cada instante y a aprovechar cada minuto para dar un poquito más de sí, para su felicidad y para la de los demás.

Esta es Yolanda, la profesional, jefe, voluntaria, benefactora, amiga, esposa, madre y abuela.


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