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La doctora María Isabel de Bedout Quiroga, médica y cirujana egresada de la Universidad de Antioquia, acumula ya 26 años al servicio de la Clínica Medellín. Hoy les contaremos algo de su inspiradora historia.



Agosto de 1997 fue el mes y el año exacto en el que la doctora María Isabel de Bedout Quiroga recuerda se vinculó a la Clínica Medellín, es decir, han pasado ya 26 años desde ese hito que para ella ha marcado su vida, no solo profesional sino personal.

La doctora de Bedout Quiroga sin duda tiene una vocación innata por servir y ayudar, y la mejor manera que encontró para hacerlo fue a través de la medicina. Ella se graduó como médica y cirujana de la Universidad de Antioquia en 1991, y luego pasó cerca de seis años trabajando en los servicios de urgencias en instituciones de salud en la Subregión de Urabá, y los municipios de Frontino y Amagá.

Luego de ese periplo, la doctora María Isabel aterrizó en Clínica Medellín para unirse al equipo del Servicio de Urgencias de la institución. “Recuerdo que en ese entonces llegué a trabajar en la Sede del Centro, pero poco tiempo después se habilitó la Sede El poblado, entonces hacíamos turnos en las dos instituciones, Centro y El Poblado. Ahora estoy en la Sede Occidente, aquí ya llevo por lo menos diez años”, comenta nuestra profesional destacada.

En su larga trayectoria dentro de la institución la doctora María Isabel recuerda muchas anécdotas, algunas positivas y otras no tanto, pero siempre tratando de aprender de cada una de ellas. De Clínica Medellín nuestra invitada destaca la cultura, la unión y la vocación por servir, valores con los que ella siempre se ha identificado.

“Me han tocado varios procesos desde mi llegada a la Clínica, he vivido muchas etapas, entre crisis y evoluciones buenas y no buenas. Lo cierto es que buena parte de ese espíritu y esa unión familiar entre colegas aún se conserva, y muchos de los que llevamos más tiempo tratamos de dejar el legado a las nuevas generaciones”, puntualiza nuestra invitada.

La doctora María Isabel de Bedout Quiroga suma cerca de 32 años de trayectoria profesional, en todos ellos ha tenido siempre como prioridad trabajar en la atención de pacientes.

“Toda la vida me ha encantado trabajar en el Servicio de Urgencias, para mí ha sido muy apasionante y emocionante estar aquí. Prácticamente Urgencias ha sido mi casa, más porque uno no va sino a dormir a la casa, creo que he pasado más tiempo aquí que en mi casa”, comenta entre risas la doctora.

No obstante, la doctora María Isabel también es consciente que su larga trayectoria y experiencia también puede aportar desde otro ámbito a la institución, por eso desde hace poco más de un año viene alternando su labor en el Servicio de Urgencias con el trabajando en el área administrativa, específicamente apoyando procesos de Auditoría.

En el ámbito familiar, la doctora María Isabel nos cuenta que su familia estaba constituida por cinco personas, su padre, su madre y dos hermanos. “Mi papá y mi mamá fallecieron hace dos años, con una diferencia de una semana el uno del otro. Eso es una experiencia que puede ser dura, pero fue muy bonita, eran personas muy adultas, pero con una historia de vida y amor maravillosa”, puntualiza nuestra invitada, quien además resalta que siempre ha sido una persona muy familiar y que el legado de unión de sus padres aún lo continúa junto con sus hermanos.

Nuestra invitada subraya también que por muchos años fue una apasionada por la práctica deportiva, especialmente por el ciclismo y el voleibol. Igualmente nos relata que además disfruta desconectarse del trajín de la ciudad, y esto lo hace refugiándose en el campo, donde actualmente tiene una casa en la que se desconecta y recarga. “En este espacio se vive de manera muy distinta, todo pasa más lento, es un sitio con unos paisajes muy lindos, donde uno respira tranquilidad y paz”, señala nuestra invitada.

En cuanto a su retiro, un aspecto en el que la doctora María Isabel de Bedout Quiroga trata de no darle mucha relevancia por el momento, nos comenta que es consciente de que el relevo generacional es necesario, pero resalta que mientras tenga pasión por servir intentará dedicar sus esfuerzos a seguir ayudando a los demás a través de la práctica de la medicina, quizá en unos años no en el Servicio de Urgencias, pero sí donde pueda aportar a través de su voluntad y vocación a las personas.


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