“Una enfermera con la pasión por servir”

A Marleny le faltó poco para ser una tecnóloga en deportes, carrera que escogió como una salida temporal ante las dificultades para ser admitida en el examen de admisión del programa de Enfermería en la Universidad de Antioquia. No eran muchos los cupos que se ofertaban en esta institución en esa época, a mediados de los años ochenta y el amanecer de los noventa, y mientras lo intentaba, alcanzó a avanzar varios semestres por ese camino.

Y aunque finalmente se graduó como tecnóloga en deportes, su destino estaba claro: “ayudar al prójimo” era lo que más movía sus pasiones, y la enfermería le tenía reservado un lugar para desempeñarse en esa profesión y desde hace cerca de tres décadas es feliz por haber seguido ese recorrido.

Ingresó a la Clínica Medellín el 21 de enero de 1997 como enfermera asistencial, tras pasar su año rural en el municipio de Betania y dictar después clases de natación. Desde el principio, Marleny fue seleccionada para hacer parte del personal que atendía en la sede de El Poblado, los cuatro primeros años en hospitalización y los veinte restantes en cirugía como enfermera de servicio. Hoy lidera un equipo integrado por treinta personas, a las cuales inspira con su vocación de “servir con el encanto de una atención al detalle”.

Sus valores

Marleny valora de su trabajo la calidez que les brindan en su asistencia a los pacientes, a quienes acogen de forma que se sientan como si estuvieran en su propio hogar.

“El talento humano de la sede, que hace del servicio un hogar, ha sido su gran fortaleza; el tiempo, la estabilidad laboral y el poder de la unión, la solidaridad, la disciplina y la voluntad los ha consolidado en una familia con el mismo sueño: dar siempre lo mejor, como si fuera el primer día de sus vidas y así hasta el final de un viaje cercano, en una entrega total por el servicio de cirugía, su gran pasión”, señala.

Marleny egresó como enfermera de la U. de A., luego se especializó en Auditoría en Salud de la Universidad CES, y cuenta con la doble titulación como tecnóloga en deportes del Politécnico Jaime Isaza Cadavid.

La disciplina ha sido una de las virtudes que más la ha identificado; tanto que reconoce que en ocasiones ha habido personas que quizás no lo reciban de la mejor forma, pero al final le valoran su capacidad para enseñar a través del ejemplo y que, si tiene que exigirles a sus colaboradores, ella debe ser la primera que demuestre que las cosas con pasión y amor por el oficio generalmente suelen salir bien.

“Trato de que al mismo tiempo que les exijo y les enseño, exista un sentido de pertenencia, una armonía laboral, de ponerme en los zapatos del otro y de hacer siempre mi trabajo con felicidad”, apunta.

“Sueño con irme tranquila”

Pese a su juventud –tiene 54 años–, Marleny está a poco más de dos para terminar su etapa laboral y disfrutar de su jubilación, una etapa para la cual ya se está preparando pues le gustaría irse con la felicidad y la tranquilidad de que brindó lo mejor de su profesión al servicio de las demás personas.

“Mi sueño es irme a pasear y a conocer. Le pido a Dios que me permita disfrutar a mis papás, mi hijo Federico, mi familia, mis sobrinos y mis gatos Julio y Salomé hasta donde pueda y todo el descanso y el tiempo libre se lo dedicó a ellos”, afirma Marleny.

Son, señala, su motor de vida y quienes le dan la fuerza, la sabiduría y la alegría para encarar cada jornada con esa vocación de servicio que la ha destacado en su carrera en la Clínica Medellín.