¿Tu mayor miedo es quedarte sin teléfono? Atención a las señales de un cerebro adicto a este dispositivo y las implicaciones.
¿Odias quedarte sin wifi o sin batería en el teléfono móvil? ¿Te sientes perdido si no lo llevas en la mano? ¿Quieres revisarlo a menudo? Lo cierto es que este dispositivo se ha vuelto indispensable para el día a día, no solo para mantener el contacto con familia y amigos, sino también por las aplicaciones que ofrece.
Sin embargo, muchas de estas aplicaciones se consideran potencialmente adictivas. De hecho, existe una delgada línea entre tener el móvil para facilitarnos ciertas tareas y tener la necesidad de usarlo continuamente. Esto último se conoce como la nomofobia, un trastorno mental que provoca miedo irracional a estar sin móvil. Conoce las señales de alerta de esta adicción.
Nomofobia, el nuevo miedo a estar sin el móvil
Este término proviene de ‘nomophobia’ o ‘no-mobile-phone-phobia’, que fue utilizado en 2009 en Reino Unido para referirse a la fobia a no tener el teléfono móvil. El doctor Joan Francesc Serra i Pla, psicólogo clínico adjunto del Hospital Quirónsalud Digital, añade que "la dependencia del dispositivo genera una infundada sensación de incomunicación y un elevado malestar emocional en la persona cuando esta no puede disponer de él".
Eso sí, no es lo mismo la dependencia al móvil que la adicción. De hecho, una persona puede ser dependiente a este dispositivo, pero no adicta. "En realidad, cuando hablamos de nomofobia, nos referimos a la adicción a las aplicaciones, pues unas tienen mayor potencial adictivo que otras", matiza el doctor, quien añade que, en general, esta adicción se produce hacia redes sociales o mensajería instantánea, y no tanto a aplicaciones de transporte, salud o tiempo.
Qué provoca la adicción al móvil
El desarrollo de la nomofobia puede estar motivado porque, además de estar más expuestos a las pantallas, existen otros factores personales que pueden propiciarlo. El doctor nos indica que "el escenario de sobreexposición a las pantallas, y el hecho de que los adolescentes hayan nacido en plena era digital, es una de las principales causas de la dependencia inicial al móvil".
En la actualidad, se dedica al móvil una media de tres horas al día según un reciente estudio de We are social, y se comienza a usar entre los 10 y los 14 años. Frente a esta situación, el doctor apunta que "una adecuada educación y modelaje familiar son imprescindibles y actúan como factores protectores de cara a una futura adicción".
A esto hay que sumar otros factores que pueden originar la adicción al móvil, tal como señala el psicólogo: "También se han encontrado como potenciales causas de la nomofobia la falta de aceptación personal, los problemas de autoestima o la poca tolerancia a la frustración. En ocasiones, puede suponer un refugio o una vía de escape de la realidad del que, paradójicamente, cuesta escapar después".
¿Sospechas que sufres nomofobia?
Entre las señales que alertan de la adicción al teléfono se destacan:
• Sientes miedo o ansiedad excesiva e irracional si no puedes utilizar el móvil.
• Reconoces que esta angustia es exagerada.
• Sientes que repercute en hábitos o relaciones con otras personas.
10 señales de adicción al móvil en la adolescencia
Actualmente se abren continuos debates acerca del uso del móvil por parte de los menores. En el caso de los adolescentes debemos prestar atención a los siguientes indicios de nomofobia:
1. Que revisan el móvil con actitud compulsiva para comprobar las notificaciones.
2. Que se muestran muy irritados cuando no tienen wifi o si se limita el tiempo de uso del smartphone.
3. Que duermen con el móvil muy próximo o dentro de la cama, o incluso debajo de la almohada.
4. Que sienten malestar si no pueden revisar el móvil de manera constante.
5. Que se ponen nerviosos cuando no obtienen respuesta a un mensaje del móvil.
6. Que siempre llevan cargadores portátiles por temor a que se agote la batería.
7. Que tienen insomnio debido a la ansiedad por tener que comprobar el móvil continuamente.
8. Que disminuyen el rendimiento en el colegio.
9. Que son incapaces de disfrutar de los ratos de ocio sin el teléfono en la mano.
10. Que no saben socializar con otras personas.
Cómo influye la adicción al móvil en el cerebro
La multitud de datos continuos y rápidos que ofrecen las pantallas o aplicaciones potencialmente adictivas provocan una sobreestimulación dopaminérgica constante en el cerebro, que se habitúa a ello y le hace ver el mundo natural como algo aburrido con pocos estímulos.
Otra consecuencia a nivel emocional es que el cerebro entiende que, al mirar el móvil, nos sentimos menos aburridos, por lo que después es más complicado tolerar el malestar, la rutina o la negativa.
En el caso de la infancia, el doctor añade que "los niños sobreexpuestos a pantallas tienen más irritabilidad, menos paciencia y toleran menos la espera, porque los procesos atencionales y del aprendizaje han quedado afectados".
Por otro lado, al igual que en otras adicciones, con el paso del tiempo la dosis de siempre no estimula como lo hacía, ya que se vuelven más tolerantes. "Los estímulos que estimulaban en un principio dejan de hacerlo después, necesitando mayores dosis para sentir los mismos efectos placenteros", afirma el experto en Psicología.
En definitiva, se establece una forma de vivir y percibir el mundo muy perjudicial al crear este ‘cerebro adicto’. Por un lado, necesitará grandes dosis de estimulación continua, y, por otro, sentirá aburrimiento con las situaciones normales, "Es fácil, por lo tanto, que actúe como factor predisponente a sufrir ansiedad o problemas emocionales en un futuro, así como problemas de relación o de autoestima", advierte el especialista.
Ante la sospecha de esta adicción, lo más adecuado es tratarla cuanto antes. Además, existen tratamientos psicológicos para la nomofobia, que además se pueden realizar online y que ayudan a prevenir consecuencias más graves.