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Las articulaciones en esta parte del cuerpo padecen la exigencia de los movimientos en deportes como el tenis, la natación o el béisbol, y con menos intensidad en cualquier otra actividad física. Le explicamos los tipos de dolencias, sus tratamientos y sus recuperaciones.



En la actividad deportiva, el hombro y la clavícula cumplen una función clave ya que juntos soportan una gran cantidad de movimientos articulares claves en las mecánicas físicas de todas las modalidades, pero en especial aquellas como el tenis, la natación, el béisbol, que implican una alta exigencia para esta zona.

El doctor Carlos Andrés Rodríguez, ortopedista y traumatólogo de la Clínica Medellín, asegura que las dolencias en esta zona, cuando son por situaciones cotidianas de la vida diaria, suelen ser sobrecargas derivadas de malos hábitos y falta de ejercicio – “la quietud también genera lesiones, al atrofiarse músculos y tendones”–, pero al ejercer una actividad física lo más común es detectar lesiones ligamentarias o rupturas por movimientos específicos de la modalidad que se esté practicando.
 

Las lesiones más comunes en hombro

Las dolencias más frecuentes en hombros y clavícula son por rupturas, inflamaciones o tendinopatías y los esguinces de grado uno al tres, dados los movimientos repetitivos. En el hombro, específicamente, se registran rupturas totales o parciales e inflamaciones.

De acuerdo con el ortopedista, el manejo que se les da a estas lesiones depende de cada caso en particular, pero, por ejemplo, en deportistas jóvenes y activos, lo más seguro es que se intente reparar la ruptura, ya que de no hacerse rápido “esta se contrae y dificultará volver a poner la articulación en su puesto”. Las personas sedentarias con lesiones menores del 40% son susceptibles de manejo conservador, para las lesiones superiores a este porcentaje se debe dar manejo quirúrgico.

Los tendones suelen cicatrizar de 4 a 6 semanas, por tanto, lo prudente al principio es dar reposo al paciente, y después sí pasar a la rehabilitación.

En personas mayores, la perspectiva cambia, ya que, según el doctor Rodríguez, el tendón de la articulación del hombro muchas veces se rompe de forma espontánea, y al intentar unirlo, es probable que este se “deshilache”, por tanto, habrá que considerar unos grados de severidad en la intervención para cumplir con la misión.

En cuanto a la tendinitis, el médico plantea una recuperación más fácil, que implica la rehabilitación del tendón, desinflamarlo con un ciclo corto por cinco días de antiinflamatorios no esteroideos como ibuprofeno, naproxeno o meloxicam. Si no hay contraindicación, es posible complementarlo con un corticoide intramuscular, y necesariamente se requerirá de terapia física como estiramiento y fortalecimiento muscular.

En esta clase de lesiones puede haber secuelas complejas como lesiones óseas cuando se afecta el cartílago, pero estas son situaciones extremas y no comunes, ya que por lo general en deportistas jóvenes el retorno a la actividad se da con prontitud.

Lesiones en la clavícula

En esta zona, las lesiones más comunes son las luxaciones en la articulación acromio clavicular, que es la parte más distal de la clavícula, la cual es susceptible de sufrir fracturas.

Para decidir si hay o no que intervenir quirúrgicamente, hay algunos criterios como cuál es la actividad del paciente y qué tan rápido necesita hacer su rehabilitación.

Si hay dos o más fragmentos del hueso fracturado, es necesario operar para darle más estabilidad a la zona.

“Antes, la mayoría de las fracturas en la clavícula no iban a cirugía, sino que se intervenía con un vendaje, pero con esto la cicatrización perdía fuerza y longitud, y los fragmentos no pegaban entre sí. Hoy hay criterios mucho más claros para operar, con imágenes de radiografía y según las expectativas del paciente de acuerdo con su actividad”, explica el doctor Rodríguez.

Siguiendo con las luxaciones, hay varios grados de complejidad de la lesión, hasta cinco o seis grados. Una opción es la cirugía, pero si no se acude a esta alternativa, es probable que quede una prominencia en la zona, con consecuencias más estéticas.

Si se opta por la intervención quirúrgica, el ortopedista Rodríguez señala que hay un problema que nace en el espacio tan pequeño que hay en la zona para hacer la operación, y generalmente el material utilizado para colocar la luxación en su lugar se debe retirar y por ello el riesgo de que ocurra una nueva luxación es alto, lo cual no da garantías.

Para finalizar, el doctor Rodríguez sugiere que la rehabilitación en estos casos sea guiada por un profesional en terapia física, que ayudará a hacer la recuperación de manera adecuada.


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Simon Pedro Gaona Forero
Genial, para los que tenemos una vida activa en el ejercicio y mas en le gimansio que a veces nos suceden estas lesiones.

Milgracias por la información.
9 Sep 20
4 años 2 meses 25 días 13 horas 26 minutos

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