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El uso de vapeadores o cigarrillos electrónicos es cada vez más habitual, y, en ocasiones, se percibe erróneamente como más saludable o que incluso puede ayudar a dejar de fumar.


Creer que los vapeadores electrónicos son más saludables que los cigarrillos tradicionales es una falsa creencia. Se trata de dispositivos con una batería que calienta un líquido que suele estar compuesto por una mezcla de glicerina vegetal, propilenglicol, nicotina y saborizantes.

A su vez, el líquido es conducido desde un depósito a la bobina, donde se transforma en vapor por una mecha hecha de algodón, sílice o cerámica. La doctora María Carmen Hernández García, especialista en el servicio de Neumología y directora médica del Hospital Quirónsalud Vitoria, en España, nos aclara que "es cierto que los vapeadores contienen menos nicotina que un cigarrillo convencional, pero utilizan otros compuestos en su funcionamiento que son tóxicos a nivel del aparato respiratorio".

En Estados Unidos, en 2019 se evidenciaron casos de personas que ingresaban por cuadros de infiltrados pulmonares, con inflamación de ambos pulmones. En total se registraron 2.668 casos, y de ellos 57 fallecieron. "Todos ellos tenían en común el vapear y, al hacer los estudios, se concluyó que la causa de dicha inflamación eran los productos que se utilizaban para producir el vapeo, viéndose depósito de acetato de vitamina E en los pulmones de estos pacientes", matiza la doctora Hernández.

A partir de entonces, se han descrito distintos cuadros de reacción inflamatoria pulmonar, como neumonitis por hipersensibilidad, neumonía eosinófilo, neumonía organizada o neumonía lipoidea. A esto se suma otro riesgo de vapear que nos indica la experta: "El uso de saborizantes añade otro componente patológico, ya que al calentarse suelen producir diacetilo, producto tóxico que puede dar lugar a cuadros de bronquiolitis constrictiva asociada a veces a enfermedad intersticial".

En definitiva, aunque es cierto que los cigarros electrónicos contienen menos nicotina que el tabaco convencional, el uso de otros compuestos en estos dispositivos electrónicos resulta tóxico a nivel respiratorio. Otro detalle para tener en cuenta es que "se desconoce si las altas temperaturas que origina el vapeo a nivel de las vías respiratorias puede potenciar aún más el daño pulmonar", añade la experta.

Los efectos nocivos del tabaco en los pulmones

Como todos sabemos, con el hábito de fumar los pulmones son los más perjudicados de nuestro organismo, de forma directa o indirecta. El tabaco es un tóxico para el aparato respiratorio, pudiendo producir múltiples enfermedades.

De las consecuencias más graves, la doctora Hernández nos recuerda que "el tabaco es la primera causa de cáncer de pulmón, que se caracteriza por dar pocos síntomas de forma precoz, y los que aparecen, como tos, tienden a ser infravalorados por los fumadores". Esto lleva generalmente a diagnosticarlo en fases avanzadas.

Otra enfermedad que el tabaco puede causar en el pulmón es la EPOC o Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, una patología irreversible que provoca el estrechamiento de las vías aéreas. Como consecuencia de ello, se disminuye la capacidad de que el aire entre en los pulmones. "Los pacientes van teniendo sensación progresiva de falta de aire, llegando muchos de ellos a necesitar tener oxígeno en sus domicilios", apunta la doctora. Si se continúa con el hábito tabáquico, esta enfermedad puede continuar avanzando de forma imparable.

Hay que tener en cuenta que las primeras señales de la EPOC son tos, flemas por las mañanas y sensación de pitos en el pecho. Sobre esto, la neumóloga nos explica que "en un primer momento, se produce una inflamación en las paredes de los bronquios que, si no trata y se deja de fumar, progresará a obstrucción y desarrollo del EPOC". Por otro lado, tanto esta enfermedad como el cáncer de pulmón tienen una cierta predisposición genética, por lo que, si existen antecedentes en la familia, el riesgo de desarrollarlas es mayor.

Por último, nuestra experta invitada añade que "el tabaco también aumenta el riesgo de infecciones respiratorias y neumonías al ir disminuyendo progresivamente las defensas del aparato respiratorio".



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