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Los síntomas de ambas enfermedades son muy similares, por lo cual para las personas es difícil distinguirlos, aunque hay algunas señales que le pueden ayudar.



El aumento de la disnea –o la dificultad para respirar–, de la tos y del moco –o esputo– son los síntomas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica –EPOC–, pero también del coronavirus COVID-19. Diferenciarlos resulta complejo para un paciente corriente, pero según el doctor Juan Felipe Betancur Pulgarín, médico internista de Urgencias y Hospitalización de la Clínica Medellín, hay algunos comportamientos de ambas enfermedades que los distinguen.

La EPOC, explica el doctor, es una enfermedad crónica e irreversible, pero que se puede tratar. Sus principales factores de riesgo son las exposiciones al tabaco y a los humos de biomasa como la quema de leña o de combustible, que producen daño e inflamación del pulmón, hasta destruir los componentes de las vías aéreas.

Mediante los tratamientos, los síntomas se ralentizan –es decir, se retardan– para brindarle una mejor calidad de vida al paciente.


¿Cómo reconocer el EPOC?

“Esta enfermedad se reconoce porque cambia mucho en su manifestación. Es normal que registre unos periodos de exacerbación, con variaciones constantes en los síntomas, empeoran y mejoran en el mismo día o incluso entre varios días”, comenta Betancur.

Las causas más frecuentes del EPOC son las infecciones virales, principalmente la influenza y la parainfluenza, susceptibles de tener sobreinfecciones bacterianas agregadas, que generan cambios en la apariencia del moco, el cual usualmente es blanco y no tiene por qué ser amarillo o verde, que es una de las señales que lo diferencian del coronavirus COVID-19.

En estos casos con EPOC, por lo general se medica un antibiótico para su manejo, y además existen las vacunas que cada año se deben aplicar contra estas infecciones estacionales.


¿Un paciente con EPOC tiene más probabilidades de infectarse?

De acuerdo con el doctor Betancur, la tasa de infectividad de COVID-19 de un paciente con EPOC es la misma que una persona sin patologías, pero “lo que sí lo predispone, al tener una enfermedad pulmonar de base, son las manifestaciones severas de la infección, como la neumonía y el síndrome de dificultad respiratoria del adulto mayor, que es lo que puede aumentar el riesgo de mortalidad”.

El paciente con EPOC que se encuentra en edades avanzadas o tiene otras morbilidades, como antecedentes de fumador o hipertensión, lo predispone a estar entre la población con más riesgo para presentar esas manifestaciones severas, que ocurre entre el 5 % y el 10 % de las personas contagiadas.


¿Cómo diferenciarlos?

El doctor Betancur celebra que, hasta el momento, no hayan coincidido en Colombia la propagación del contagio del COVID-19 y una epidemia de influenza estacional, pues esto afectaría el servicio de salud y la detección del virus, debido a las semejanzas de los síntomas.

Para diferenciarlos, hay que revisar si se presenta una exacerbación o variación diaria de los síntomas del EPOC; fiebre; cambio en la apariencia del moco, que pase de blanco a amarillo o verde, y que el paciente se dé cuenta si las manifestaciones de sus síntomas no son normales comparados con los que venía presentando, como una asfixia o que los medicamentos no le disminuyen las sensaciones de malestar.

Por último, el doctor sugiere no automedicarse. Es posible que el paciente recurra a los broncodilatadores para disminuir los síntomas y aumentar la frecuencia de uso, pero lo indicado es que, si con las recomendaciones que le da el especialista los síntomas no mejoran, acudir a los servicios de salud.


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