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Una piedra, tal cual como las conocemos, que se instala en los riñones y la vejiga, y obstruye el tracto urinario. En eso consisten los llamados cálculos que forman la urolitiasis, el nombre médico con el que se reconoce esta enfermedad que por siglos ha afectado a los seres humanos, hombres y mujeres por igual.

Tanto es así, explica el urólogo David Ruiz, de la Clínica Medellín, que se les conoce como cálculos porque los arameos, en la antigua Mesopotamia, transaban sus negociaciones a través de las piedras que la gente expulsaba a través de la orina. Esto debido a su forma lisa, que los hace lucir “bonitos”, en palabras del especialista.

Dicho esto, la urolitiasis se puede originar de dos formas: por problemas metabólicos, cuando existe una alteración de la función del cuerpo que genera una excreción aumentada de sales que se asocian, aglomeran y producen la piedra.

O por asuntos anatómicos, cuando hay alteraciones congénitas que obstruyen el riñón, como la estenosis de la unión pieloureteral que genera una estrechez en el uréter al presentarse una hiperplasia o hinchazón de la próstata. Esto retiene la orina y provoca la formación de los cálculos. También ocurre en pacientes que han sufrido cáncer de colon, y que han debido ser intervenidos en el uréter.

 
Los tipos de piedras

Los cálculos del tracto urinario son asintomáticos, y se manifiestan con dolor agudo cuando ocurre la obstrucción. Un paciente puede llevarlos por un tiempo determinado sin que se dé cuenta.

Las piedras se forman por la acumulación de oxalato de calcio o de potasio presente en la orina, y que al obstruirse el tracto urinario no se diluyen en su totalidad. Su consistencia es blanda o dura, a veces lisas y en otras con muchas puntas, las cuales son las generan mayor dolor ya que la uretra se expone a rasgaduras y cicatrices.

Su tamaño en ocasiones es inferior a los 5 mm, en cuyo caso existe una probabilidad del 70 al 90 por ciento de que el paciente las expulse de forma espontánea, pero a medida que su grosor aumenta dicha posibilidad disminuye. Es posible que alcancen hasta el centímetro de diámetro, el mismo tamaño que en promedio tiene el canal de la uretra cuando se expande.

La urolitiasis se divide según el lugar donde se genere: si es en el tracto urinario superior o el inferior. En el primero de los casos, corresponde a los riñones y los uréteres, que son los conductos que llevan la orina desde los riñones hasta la vejiga.

En cuanto al tracto inferior, son la vejiga y la uretra, que es más larga en los hombres porque contiene la próstata.


¿Cómo se manifiesta?

Es mediante un cólico renal que las piedras manifiestan su presencia en el tracto urinario, ya sea obstruyéndolo o moviéndose por él. Al hacerlo, la orina se acumula, el riñón se distiende, se hincha y el dolor llega a ser insoportable y hasta incapacitante, dice David Ruiz. Es posible que esto genere un sangrado al momento de orinar, cuando el cálculo se concentra en el tracto superior.

Más que por el cálculo, el dolor se incrementa es por la obstrucción, señala el especialista. Este se combate con el uso de analgésicos las primeras 24 horas, pero luego la misma dolencia se autolimita hasta que el cálculo es expulsado de forma espontánea.

En el caso de los cálculos que se originan en el tracto inferior, es decir en la vejiga, la uretra y la próstata, su comportamiento es distinto ya que generan sangrado, con algo menos de dolor, pero con una irritación al orinar.

El 70 % de los cálculos, explica Ruiz, se expulsan de forma espontánea, y quien los padece tiene un 50 % más de posibilidades de que se le vuelvan a formar en cualquier instante de la vida que aquellas personas que no los han sufrido.


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alvaro toro
lenguaje simple pero muy claro para cualquier persona
12 Feb 20
4 años 2 meses 13 días 12 horas 33 minutos

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