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De los cerca de 4.500 pacientes que cada mes acuden en promedio a los servicios de urgencias disponibles en la Clínica Medellín, 1.800 son devueltos.

El doctor Paulo Zambrano, jefe de esta área en la entidad, señala que estas personas no cumplen con la clasificación que los especialistas les realizan en el ingreso y por tanto son dirigidos a las consultas en sus respectivas entidades de salud.

Uno de los problemas de salud más latentes en el sistema colombiano es el alto tráfico en las urgencias, que deterioran la calidad en la atención y son un obstáculo para quienes en realidad sí requieren ser vistos con premura por su condición médica.

“Hay gente que, tras esperar hasta doce horas, suele culpar a la clínica, a su EPS o al Estado, pero no se preguntan antes si la culpa no es suya, al no pensar si su caso realmente es una urgencia”, afirma el doctor Zambrano.


¿Qué es una urgencia?

Si bien la Organización Mundial de la Salud la describe como una aparición fortuita, un evento imprevisto e inesperado que puede ocurrir en cualquier lugar o actividad, el doctor Zambrano considera que esta definición es muy amplia pues cualquier persona, al sentir una inconformidad, tendría el aval para asistir a urgencias, independiente de su gravedad.

Por eso, el jefe prefiere el concepto de la Asociación Americana de Urgencias, que le añade a lo anterior el término “condición grave que incapacite al paciente, y ponga en riesgo su vida o una función vital”.

Esta descripción es, según el doctor Zambrano, más puntual, pues enfatiza que la decisión de acudir a urgencias no la toma el mismo paciente sino el paramédico que le presta el servicio prehospitalario, solo que en Medellín y el país estos no existen.

Por esta razón, hay que concientizar a las personas de que deben ser parte de la solución, y no del problema.


¿Qué casos no son una urgencia?

El doctor Paulo Zambrano tiene claros cuáles son las causas más comunes por las que devuelve pacientes del servicio de urgencias, ya que no clasifican como tal:

• Consultas innecesarias por trámites administrativos: sucede cuando en la EPS no les dan citas de control o seguimiento a tiempo o se les demoran en entregárselas, entonces acuden a urgencias a solicitar ayuda. También ocurre cuando se les acaba una incapacidad, tienen que ponerse una inyección o quieren que se les retire un yeso -por poner un ejemplo-. “Al atenderlos, perdemos la oportunidad de recibir verdaderas urgencias”. En casos como los anteriores, la vía correcta es ir a las instituciones prestadoras de salud.

• Pacientes con enfermedades respiratorias: salvo en casos especiales, las gripas no son motivo de consulta de urgencias.

• Las diarreas: al igual que las gripas, solo son atendidas en casos especiales, por ejemplo, si el paciente está deshidratado, tiene la lengua seca, la piel arrugada y los ojos hundidos.

Una estrategia muy útil

La Secretaría de Salud de Medellín implementó una estrategia con el fin de descongestionar los servicios de urgencias de la ciudad, y permitir que aquellas personas cuyo caso no clasifica como una urgencia, de todos modos, sean atendidos en sus respectivos centros de salud en el menor tiempo posible.

Se trata de Siga, un call center en el que interactúan representantes de las EPS, y cuando el paciente es ingresado y clasificado, se envía un correo y en minutos le informan en dónde y cuándo será atendido.

Sin embargo, el doctor Paulo Zambrano asegura que algunos pacientes optan por no acudir a esas citas y prefieren ir a otro servicio de urgencias a seguir congestionando el sistema, ignorando las recomendaciones de los especialistas.

“Si la gente usa de forma correcta los servicios de urgencias, eso mejora la oportunidad de atención, y cuando realmente tengan una situación apremiante como un infarto o un derrame cerebral, serán atendidos oportunamente”, cierra el jefe de Urgencias.



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