La colonoscopia sigue ayudando en el diagnóstico y tratamiento del cáncer

Aparte de ser pieza clave en el diagnóstico, la colonoscopia permite realizar la resección de pequeños adenomas que son lesiones precancerosas u otras lesiones más avanzadas que, de lo contrario, pueden evolucionar a cáncer de colon o que, si no son extraídas a tiempo, requerirían una intervención quirúrgica.

Partamos de lo básico, muchas veces nos hemos preguntado qué es y para qué se utiliza la colonoscopia, la respuesta es simple, es un examen diagnóstico que se utiliza para detectar cualquier anomalía en el colon y el recto, como pólipos, úlceras, inflamación, tumores o cáncer.

Este examen se realiza utilizando un endoscopio flexible, que se inserta a través del recto y se mueve hacia el colon. El endoscopio está equipado con una cámara y una luz, lo que permite al médico ver el interior del colon y tomar biopsias si es necesario.

A través del insuflando de CO2 en el colon, se distienden sus paredes y se gana espacio para ir avanzando el endoscopio. El instrumento tiene un mando con diferentes controles que permite curvar el endoscopio, de tal manera que, guiados por la cámara, es posible pasar todas las curvaturas que tiene el colon en su trayectoria dentro de nuestro cuerpo.

Precisamente para conocer con más detalle las ventajas e implicaciones terapéuticas que puede tener la colonoscopia, invitamos al doctor Juan Camilo Correa, cirujano oncólogo de la Clínica Medellín, quien nos explicó que, aparte de los invaluables hallazgos diagnósticos que puede aportar la colonoscopia, se le debe dar también gran valor a los aportes que puede entregar como mecanismo de intervención en el momento mismo del examen en el tratamiento y prevención del cáncer.

Por ejemplo, destaca nuestro invitado, “si se encuentran pólipos en la colonoscopia, se pueden extirpar en el mismo procedimiento, lo que reduce el riesgo de que se conviertan en cáncer”.

Esto en razón a que el endoscopio tiene un canal de trabajo por el que es posible introducir instrumentos como pinzas de biopsias para tomar muestras, sistemas de inyección, sistemas de sutura, grapas y otros dispositivos que permiten realizar no solo maniobras diagnósticas, sino también terapéuticas.

¿Existen otras opciones diagnósticas?

Han causado revuelo recientemente dos estudios publicados en The New England Journal of Medicine, que presentan dos técnicas: análisis de sangre y test de ADN en heces, que optimizan el hallazgo del cáncer de colon y que muchos medios de comunicación han interpretado erróneamente como una opción que permitiría dejar atrás la colonoscopia.

Este escenario, según nos explica el doctor Juan Camilo Correa, no es del todo cierto, ya que los hallazgos hechos en los estudios referenciados en The New England Journal of Medicine “sí son de significativa importancia y aportan muchísimo en la lucha contra la detección temprana del cáncer, pero es necesario darle contexto a la información que circula, pues no es que estos mecanismos de detección vayan a reemplazar la colonoscopia, sino que juegan como elementos complementarios en el diagnóstico temprano del cáncer”, pondera.

“Con estas pruebas de tamizaje (aplicación sistemática de una prueba con el fin de identificar individuos con un alto riesgo de desarrollar cáncer y que ameriten mayor investigación) se está buscando es detectar el cáncer que no ha sido sintomático. Entonces, si detectamos tempranamente el cáncer, la probabilidad de que ese paciente sea sometido a un tratamiento será alta, y significará que ese individuo tenga mejor probabilidad en la lucha contra esta enfermedad”, puntualiza nuestro invitado de Clínica Medellín.

No obstante, el doctor Correo, explica que “en pacientes sintomáticos, es decir, que tengan pérdida de peso, cambio en el hábito intestinal (cambio de consistencia, forma o frecuencia), deposiciones con sangre o dolor dominar, en ese caso, la colonoscopia sigue teniendo vigencia y siendo un mecanismo primordial para diagnosticar y tratar el cáncer colorrectal”, concluye.