La cirugía de cadera: así se desarrolla la rehabilitación tras un procedimiento quirúrgico

Las lesiones que aquejan esta región del cuerpo pueden desembocar en un procedimiento quirúrgico, desde intervenciones como la limpieza articular, el uso de clavos, platinas o tornillos, denominado osteosíntesis (en el caso de las fracturas por accidentes de alta energía o hasta caídas desde la propia altura en adultos mayores) o incluso el reemplazo completo de la articulación como ocurre en enfermedades degenerativas como la osteoartrosis, la artritis reumatoidea o la displasia congénita de la cadera, entre otras.

El común denominador es el dolor incapacitante, o por traumas ocurridos en circunstancias especiales como por ejemplo los accidentes de tránsito, que generan una fractura ósea; en estos casos, los especialistas recurren a la cirugía de cadera como medida para darle soporte y manejo a esta estructura, que requiere de un proceso de adaptación y rehabilitación, al ser vital en la biomecánica de todos los seres humanos.

Marcela Echavarría, médica deportóloga de la Clínica Medellín, señala que en esta intervención suelen usarse materiales como el metal o el titanio, que fijan el hueso y unen las partes fracturadas o deterioradas, pueden ser mediante clavos, tornillos, platinas. Dependiendo del tipo de lesión se determina la forma en la que se aborda la articulación con estos, en una técnica quirúrgica denominada osteosíntesis.

La rehabilitación

Una vez el paciente pasa por la intervención quirúrgica inicia la rehabilitación, que en palabras de Echavarría debe iniciarse tan pronto sea posible y lo permita la condición física de la persona, generalmente al día siguiente.

En principio el personal médico le pedirá que realice contracciones del músculo, en ocasiones incluso sin que se genere movimiento -las contracciones isométricas-. En esas primeras 24 horas también se le solicitará que mueva el resto de las articulaciones que estén cerca de la cadera, como las rodillas o el tobillo, para mantenerlas en buen estado y evitar que haya pérdida de su musculatura o de su funcionalidad por efecto del reposo prolongado.

La siguiente etapa, en los primeros tres días después de la operación, será efectuar la movilidad de la articulación de la cadera, en la medida que su umbral del dolor lo vaya permitiendo, y que en los primeros días de rehabilitación recupere algunas actividades rutinarias de su vida cotidiana como ducharse, ir al baño, de pasarse de la cama a la silla de ruedas, con el fin de que haya una mayor independencia en los movimientos sin apoyos.

Ya con el paciente en casa y pasadas dos semanas desde la intervención de osteosíntesis, es momento de acudir a fisioterapia, en donde el foco estará en el fortalecimiento muscular de la cadera y la ganancia de rango de movilidad corporal

El objetivo es que luego de cuatro a seis semanas, la persona camine sin ninguna ayuda o soporte.

La adherencia al proceso, un punto determinante en la recuperación

Un punto clave que puede incidir en la rápida recuperación del paciente es el seguimiento estricto y riguroso que realice de las indicaciones que le brindan los especialistas que tienen a su cargo su rehabilitación.

“Cerca del 80 % del proceso depende específicamente de lo que el paciente haga. Se puede tener al mejor personal de rehabilitación disponible, pero si la persona no es juiciosa con la asistencia a las terapias, no se va a lograr lo que se pretende y de eso depende que pueda volver a hacer su vida normal”, expresa la médica Marcela Echavarría.

La cadera, señala, es una de las pocas articulaciones del cuerpo humano que se mueve en los tres planos: hacia adelante, atrás y los lados, y encima de ello de forma circular. Además, soporta gran parte del peso corporal y al tiempo de facilitar la locomoción en movimiento.

Una rehabilitación con gran peso en la recuperación del funcionamiento de nuestra estructura ósea.