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Existen múltiples dolencias a lo largo del tracto digestivo, dentro de las patologías gastrointestinales más recurrentes están la diarrea, el colon irritable y las afecciones en el tracto superior: gastritis, esofagitis y reflujo gastroesofágico. Aprenda a hacerlas más llevaderas.  


La diarrea (deposiciones blandas, líquidas y posiblemente más frecuentes) es un problema común, según señala el doctor Paulo Zambrano, jefe de Urgencias de la Clínica Medellín, y puede presentarse sola o estar asociada a otros síntomas, como náuseas, vómitos y dolor abdominal.

Afortunadamente, en la mayoría de los casos, la diarrea se resuelve rápido y suele durar unos pocos días como máximo, suele presentarse por ingerir comidas de manera copiosa o que tienen exceso de grasa, es estos casos la diarrea, que suele estar acompañada de vomito o pirosis, normalmente se autolimita, es decir, después de algunas disposiciones (2 o 3) desaparece. Hidratarse con suero, no importa la cantidad, siempre será una buena ayuda.

Sin embargo, cuando la diarrea dura más de unos días y pasa a durar semanas, suele indicar que hay otro problema, como síndrome de colon irritable o un trastorno más grave, como infección persistente, enfermedad celíaca o enfermedad intestinal inflamatoria.

Los signos y síntomas asociados con la diarrea pueden ser diversos y pueden presentarse de forma aislada o al mismo tiempo, los más comunes son cólicos abdominales o dolor, hinchazón abdominal, náuseas, vómitos, fiebre, sangre en las heces, mucosidad en las heces y necesidad urgente de defecar.

Una pregunta recurrente es ¿cuándo se debe consultar con un médico?, según acota nuestro invitado, debe hacerse si la diarrea persiste durante más de dos días y no mejora, te deshidratas, sientes dolor intenso en la zona abdominal o rectal, presentas sangre en las heces o heces oscuras o tienes fiebre superior a 39 grados.

El doctor Paulo Zambrano puntualiza que existe un sinnúmero de enfermedades gastrointestinales que ampliaremos en futuras entregas de Contacto Vital, pero subraya que las que se presentan en el tracto superior como la gastritis, esofagitis y reflujo gastroesofágico suelen presentarse con bastante frecuencia.

La gastritis es un término general para un grupo de enfermedades con un punto en común: la inflamación del revestimiento del estómago. La inflamación de la gastritis generalmente se produce por la misma infección bacteriana que provoca la mayoría de las úlceras estomacales o por el uso habitual de ciertos analgésicos. Beber demasiado alcohol también puede contribuir a la gastritis.

Es posible que la gastritis aparezca de manera repentina (gastritis aguda) o lentamente con el tiempo (gastritis crónica). En algunos casos, la gastritis puede producir úlceras y un mayor riesgo de sufrir cáncer de estómago. Sin embargo, para la mayoría de las personas, la gastritis no es grave y mejora rápidamente con tratamiento.

Los signos y síntomas de la gastritis son malestar o dolor punzante o ardor (indigestión) en la parte superior del abdomen que puede empeorar o mejorar cuando comes, náuseas, vómitos, sensación de saciedad en la parte superior del abdomen después de haber comido.

El tratamiento contra la gastritis depende de la causa específica, y el tratamiento adecuado debe ser recomendado por su médico.

Entre tanto, la esofagitis es una afección en la cual el revestimiento del esófago se hincha, inflama o irrita. El esófago es el tubo que va de la boca hasta el estómago.

Con frecuencia, la esofagitis es causada por el reflujo de líquido del estómago hacia el esófago. El líquido contiene ácido, el cual irrita el tejido. A este problema se le llama reflujo gastroesofágico.

El síntoma más frecuente de esta afección es el ardor o pirosis ya que, en la mayoría de los casos, la causa es el reflujo.

Esta manifestación se suele describir como una sensación de quemazón que sube desde el estómago hasta la garganta. También es posible que se produzca regurgitación, es decir, el paciente tiene la sensación de que el contenido gástrico vuelve a la boca.

Por último, el jefe de Urgencias de la Clínica Medellín revela que el síndrome de colon irritable también es un trastorno frecuente que afecta al intestino grueso. Los signos y los síntomas incluyen cólicos, dolor abdominal, hinchazón abdominal, gases y diarrea o estreñimiento (o ambos). El síndrome de colon irritable es un trastorno crónico que se tiene que controlar a largo plazo.

Aclara igualmente que solo una baja cantidad de personas con síndrome de colon irritable tienen signos y síntomas graves. Algunas personas pueden controlar los síntomas con cambios en la dieta, el estilo de vida y en el nivel de estrés. Los síntomas más graves se pueden tratar con medicamentos y asesoramiento.


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