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Este síntoma precede a algunas enfermedades que se originan en los oídos o en el sistema nervioso central. Sepa cómo identificarla de otras molestias similares como mareos, desmayos y dolores de cabeza.


Para comenzar debemos aclarar que el vértigo no es una enfermedad, sino un síntoma que se presenta cuando hay una alteración en la percepción del equilibrio del paciente, ya sea porque siente que su cuerpo o los objetos que lo rodean se están moviendo aún cuando en realidad no lo están haciendo. Así lo describe el doctor Carlos Andrés Urzola, otorrinolaringólogo de la Clínica Medellín.

El vértigo se divide en dos tipos:
Vértigo central: cuando el daño se origina por una alteración del cerebro, el cerebelo o el tallo cerebral, es decir, en el sistema nervioso central.
Vértigo periférico: cuando el daño tiene la raíz en el oído interno, que es el centro del equilibrio del cuerpo.

Hay que entender esta sintomatología, como una sensación vertiginosa, de incomodidad y malestar, en la que el paciente no logra mantenerse en pie ni tener una adecuada ubicación temporal y espacial, y donde se siente mejor en reposo o si se acuesta –aunque en ocasiones incluso la situación empeora en esa posición–. Estas son algunas señales del vértigo que, en ocasiones, pueden ser confundidas con un dolor de cabeza o cefalea, cuando esta última se presenta además con mareos

¿Cuándo acudir a una consulta?

El otorrinolaringólogo Urzola afirma que todo depende de qué tan exacerbados estén los síntomas del vértigo y además de la presencia o no de síntomas de alarma.

En caso de que las molestias se manifiesten solo al mover la cabeza o que la sensación de vértigo se acompañe de pitidos en el oído (llamados tinnitus) o sentir los oídos tapados o no escuchar bien, la consulta se debe hacer ante un otorrinolaringólogo. Sin embargo, si hay presencia de síntomas de alarma como dolor de cabeza severo, alteración de la visión o visión doble, dificultad para hablar o coordinar el lenguaje, debilidad en las piernas, parálisis facial y/ corporal, síncopes o pérdida de la consciencia con desmayo, lo correcto es visitar las urgencias para ser atendido por un neurólogo.

Cerca del 90 % de los vértigos son periféricos, afirma nuestro otorrinolaringólogo invitado, y por ende su pronóstico es favorable y generalmente con el tratamiento adecuado los pacientes mejoran completamente. Los principales factores de riesgo que incrementan la probabilidad de sufrir vértigos son los antecedentes familiares por enfermedades de oído, trabajar en un lugar con alta exposición al ruido, enfermedades respiratorias como alergias, el sedentarismo y el estrés.

Además, algunos estilos de vida inadecuados, como el alto consumo de azúcar y la mala alimentación que genera obesidad, sumado a problemas nutricionales que ocasionen altos índices de colesterol y triglicéridos, incrementan las posibilidades de tener vértigos. En pacientes con edades mayores, estos síntomas, sumados a antecedentes de infartos, suscitan la necesidad de acudir periódicamente al médico para hacerle seguimiento y prevenir la aparición de esto síntomas.

¿Cómo se trata el vértigo?

El tratamiento lo determinará el origen del síntoma. Como el 90 % de los casos son vértigos periféricos, el otorrinolaringólogo es el especialista idóneo que se encargará de definir qué camino se debe seguir para prevenirlo y tratarlo.

Existen básicamente tres enfermedades asociadas al vértigo periférico: el vértigo postural paroxístico benigno, que se presenta con episodios cortos al mover la cabeza. En este caso el manejo idea es con una serie de ejercicios y maniobras (conocida como terapias vestibulares) para mejorar el equilibrio y el control espacial, sumado en ocasiones a medicamentos para controlar las crisis vertiginosas.

La otra condición que produce vértigo periférico es el llamado síndrome o enfermedad de Ménière, éste es ocasionado por un desbalance en la producción de los líquidos que normalmente están en el oído interno lo que provoca en el paciente episodios de vértigo intenso, sensación de oído tapado o sordera y tinnitus; en este caso es fundamental el uso de medicamentos ordenados por el Otorrino y el cambio de algunos malos hábitos como el tabaquismo, el alto consumo de sal y el sedentarismo

Por último, está la neuronitis vestibular, de origen periférico, un vértigo brusco e intenso, generalmente secundario a una infección respiratoria, una virosis o una otitis aguda. El tratamiento de la neuronitis es similar a los anteriores y requiere siempre de una valoración especializada.

En cuanto a los vértigos de origen central, es el neurólogo, con la participación en algunas ocasiones del otorrinolaringólogo, estudiará y enviará el manejo indicado en estos casos que pueden requerir medicamentos, intervenciones y en algunas ocasiones cirugías cerebrales (en caso de hemorragias o isquemias a este nivel).

¿Se puede prevenir?

El vértigo no se puede prevenir y difícilmente se sabrá cuándo puede presentarse, pero sí se puede disminuir la probabilidad de que ocurra mejorando los hábitos de estilo de vida saludable.

Las recomendaciones son las siguientes:
• Evitar ruidos fuertes y uso excesivo de audífonos
• No introducir a los oídos aplicadores, ganchos y evitar rascarse los mismos
• Tratar a tiempo alergias e infecciones respiratorias
• Evitar la ingesta desproporcionada de grasas, azucares procesados y sal
• Llevar un control adecuado de enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión arterial
• Evitar el consumo de licor y cigarrillo
• En caso de presentar los vértigos evitar movimientos bruscos del cuerpo y la cabeza
• No se automedique, recuerde que el vértigo puede ser la manifestación de un problema serio que puede poner en grave riesgo su salud y su vida
• Consulte oportunamente con un médico especialista cuando presente alguno de los síntomas mencionados
• Lleve una vida tranquila, practique ejercicios con regularidad y duerma bien.


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