María Alexandra es enfermera profesional egresada de la Universidad Pontificia Bolivariana hace aproximadamente 12 años, mismo tiempo que suma como parte del equipo de profesionales de la Clínica Medellín. Nuestra profesional destacada llegó a la institución prácticamente en el mismo momento en que recibió su diploma de grado universitario, desde entonces se ha desempeñado en las Unidades de Cuidados Intensivos y Cuidados Especiales, donde ha escalado hasta llegar a la coordinación de dichos servicios.
Su historia
“Mi inicio y mi construcción siempre han sido desde Clínica Medellín, soy formada desde esta Clínica, ya que recién graduada inicié mis funciones como enfermera aquí. Cuando ingresé a la institución uno de los cargos que se ofrecía era una vacante en la Unidad de Cuidados Intensivos, entre otras áreas, pero a mí siempre me ha llamado la atención el paciente en estado crítico y se me dio la oportunidad de ingresar sin tener ni siquiera experiencia, algo que me alegró mucho en ese momento, pero que al mismo tiempo fue un gran reto para mí”, relata la enfermera jefe.
Alexandra también recuerda que ingresó con muchas expectativas y con los temores propios que puede generar entrar a un área de alta complejidad hospitalaria. Sin embargo, en ella siempre estuvieron presentes el compromiso y la motivación de quien quiere aprender, ganarse un lugar a pulso propio y lograr grandes cosas.
“Tuve la fortuna de coincidir con compañeros con capacidades y competencias académicas impresionantes, unos tremendos profesionales, ellos fueron una gran guía para mí. Aprendí mucho de ellos y siempre me dieron un gran acompañamiento, pero es curioso que, al ingresar, creo que había pasado un año, cuando en su momento la coordinadora del servicio me propuso que quería entrenarme para ser la persona que la supliera en sus momentos de ausentismo o de receso. Me sorprendí muchísimo porque yo le decía y cuestionaba: ‘Acá tienes colegas que son especialistas, que llevan muchos años en el medio, son docentes con muchísima experiencia’, y no podía creer que fuera yo la persona que digamos ella había elegido para hacer esta labor”, relata con alegría la profesional destacada de este mes de Clínica Medellín.
La respuesta que Alexandra se encontró de su jefe en ese momento fue que para este tipo de cargos no solo se necesitan unas competencias académicas y del servicio, sino también capacidades concernientes con el ser, con el acercamiento al otro, con la correcta relación entre compañeros, con la imparcialidad al momento de actuar y tomar decisiones. Y, al parecer, todas estas capacidades su ex jefe las vio en la actual coordinadora de los servicios de UCI y UCE de la Clínica Medellín. Alexandra agradece enteramente a su ex jefe por las enseñanzas, la confianza y el ejemplo de disciplina que representó para ella.
“Mi jefe destacó en esa conversación, además, que era consciente del positivo liderazgo que yo venía asumiendo en el servicio. Entonces digamos que desde muy ‘chiquita’ en mi rol como profesional empecé a asumir esas labores administrativas. Es así entonces como ya van siendo alrededor de 10 años en los que vengo fluctuando entre la administración y la coordinación de las unidades de cuidado intensivo y especiales”, puntualiza María Alexandra.
UCI y UCE
De otro lado, Alexandra destaca que en las Unidades de Cuidados Intensivos y Cuidados Especiales de la institución ha aprendido mucho y pasado por muy buenos momentos, pero al mismo tiempo ha tenido que evidenciar la dureza y rigor de este servicio. “Digamos que como equipo y en la parte personal hemos pasado por muchas facetas, el proceso de la transición de la clínica, el proceso de pandemia, que a todos nosotros y nuestras familias definitivamente nos marcó y enseñó mucho”, enfatiza nuestra invitada. Igualmente, Alexandra pondera que en su proceso hasta llegar a la coordinación y desde que está al frente del servicio mismo siempre ha estado muy interesada en su formación continua, por eso permanentemente está en busca de nuevos aprendizajes que nutran su rol como enfermera.
“Obviamente estar actualizado es algo definitivamente imprescindible en la clínica y más en este servicio. Igualmente me apasiona el acercarme a los pacientes y si de algo estoy convencida es que para estar en un cargo como estos definitivamente hay que haber vivido en carne propia el contacto con el paciente”, subraya.
La familia
En cuanto a su vida fuera de la institución, Alexandra destaca la importancia de su familia y el compartir con ellos, un bálsamo que para ella representa una recarga y un respiro que la llena en todo sentido.
“Soy mamá de dos niños, el mayor, Emiliano, tiene 11 años y la menor, Elena, que tiene 3 años y nació en plena pandemia. Mi familia la complementa mi esposo, con quien llevamos alrededor de 16 años de convivencia. Tanto mi esposo como mis hijos siempre han sido personas que han considerado y entendido mi profesión. Porque sé bien que en el rol de la enfermería y en el hecho de pasar tanto tiempo fuera de casa es fundamental contar con el apoyo de una familia que entienda que si estás en servicio hay momentos donde no vas a estar presente”.
El futuro
Alexandra pese a su amplia trayectoria es una mujer muy joven y se visualiza por muchos años más al frente de la coordinación de las Unidades de Cuidados Intensivos y Cuidados especiales.
“Amo profundamente las Unidades de Cuidados Intensivos y Especiales, quiero seguir construyendo aquí cosas grandes. Me gusta mucho aventarme a generar estrategias, a buscar otras oportunidades para abrirle campo de acción a los enfermeros, que ellos sean más visibles en el medio, quiero además ayudarles a que exploten sus competencias, a proponerles cosas nuevas. Entonces procuro mucho visibilizarlos a ellos en todo lo bonito que hacen, a mostrar todas las cualidades que poseen”, enfatiza nuestra profesional destacada.
La enfermera jefe agrega, además, que entre sus retos también está que en un futuro la UCI y UCE de Clínica Medellín sigan siendo reconocidas como una unidades líder en calidad, seguridad y servicio.
“Quiero que sigamos siendo muy reconocidos en el medio, no solo por la seguridad y la calidad, sino también por la humanización, quiero abrirles las puertas a las familias y que ellos se sientan bien atendidos, que se sienta que son parte de nosotros y que pese a sus situaciones de salud o las de sus familiares, nosotros los atendemos con gusto, calidez y empatía. Entonces procuro imprimir mi sello y hacerlo extensivo a todo el personal a mi cargo a través de un servicio que le acompañe esas características”, subraya.
Para concluir, la coordinadora de los servicios de UCI y UCE destaca la importancia que ha tenido la Clínica Medellín en su vida, y hace énfasis en el rol que tienen las personas en la institución.
“Para mí la clínica es lo máximo, soy feliz viniendo todos los días a trabajar. La Clínica Medellín me permitió construirme a nivel profesional y a nivel personal me ha permitido obtener y seguir consiguiendo muchas cosas. Este es mi hogar y mis colegas y mi equipo de trabajo son mi familia. Con cada uno de ellos siempre trato de entablar una relación empática, intento tener una muy buena conexión, de mucha comprensión, en la que entendamos que aquí hay que tener una hermandad para que las cosas salgan bien y que tiene que existir confianza el uno en el otro, pues así hacemos las cosas en la Clínica Medellín”, resalta nuestra invitada.