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Tanto en mujeres como en hombre, llevar un pelo saludable y bien cuidado siempre será un motivo de admiración. La sal del mar, el cloro o las altas temperaturas pueden dañar tu cabello. Te decimos cómo evitarlo.


En nuestra cotidianidad cada vez toma más relevancia prestar mayor atención al cuidado de nuestro cabello, ya que cada vez está más expuesto a una serie de condiciones medioambientales extremas que pueden perjudicar su apariencia y su salud. El calor, la exposición prolongada al sol, el agua del mar o el cloro hacen que nuestro pelo sufra, se dañe y adquiera un aspecto desmejorado, sin brillo y poco atractivo.

¿Por qué es importante proteger el cabello?

Son muchas las mujeres, incluso hombres, que sueñan con lucir una melena bonita, densa y sana, pero conseguirlo no es tarea fácil. Al igual que cualquier otra parte de nuestro cuerpo, con los años el pelo envejece, se vuelve más fino y adquiere un aspecto más apagado. Además, el crecimiento se vuelve más lento, con lo que disminuye la cantidad.

Por ello, tener y mantener una buena melena requiere de una serie de cuidados y atenciones especiales que protejan nuestro cabello y todas las zonas implicadas en su bienestar y crecimiento.

Aunque es bueno mantener estos cuidados durante todo el año, nuestros expertos aconsejan dedicarle unos mimos extras en algunos momentos puntuales. Como explica la doctora Mercedes Morillo Andújar, dermatóloga del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón (en España), "las temperaturas extremas hacen que el aspecto de nuestro cabello sufra más. Tanto el frío como el calor son agresiones externas para el tallo piloso que hacen que el cabello se haga más quebradizo, encrespado y con un peor aspecto global".

Factores veraniegos que dañan el pelo

• Los rayos UVA. Son especialmente nocivos para la cutícula, que es la parte más externa que protege el cabello. Su radiación desgasta el pelo, lo vuelve quebradizo y le quita brillo.
• El sol y el calor. Dañan las fibras de queratina que hay en el tallo del cabello.
• El agua de las piscinas. El cloro y el sulfato de cobre presentes en el agua de las piscinas resultan nocivos para las fibras capilares y alteran su color, especialmente en melenas de colores claros.
• El agua del mar. La sal también puede modificar o alterar el color del pelo. Además, lo reseca dándole un aspecto debilitado y pobre.

Consejos para prevenir los efectos negativos en el cabello

Hoy día existen diferentes productos de cuidado específico para el cabello que pueden ayudarnos a protegerlo de los distintos factores adversos del verano. Además de usar productos de higiene e hidratación, la doctora Amalia Pérez Gil, dermatóloga del mismo centro, nos ofrece 8 reglas básicas para cuidar el pelo en verano:

1. Proteger de la radiación. Si vas a pasar un largo día en la playa o al aire libre es recomendable que te apliques un producto de cuidado que contenga un filtro UV para proteger tu pelo de los rayos solares y evitar la decoloración.
2. Productos post-solares. Aplicar este tipo de productos después de haber tomado el sol ayuda a reparar la fibra capilar.
3. No abusar de las fuentes de calor. Los secadores, las planchas y los cepillos rizadores exponen a nuestro cabello a una fuente de calor extrema que daña la estructura pilosa. Es mejor dejar que se seque de forma natural o utilizar el secador, pero a baja temperatura.
4. Cubrir la cabeza. El uso de sombreros, gorras o pañuelos, sobre todo durante las horas fuerte de sol, ayuda a proteger nuestro cabello. De esta forma también se previene el riesgo de quemaduras u otras lesiones en el cuero cabelludo.
5. Aclarar con agua fría. Después de un refrescante chapuzón en la piscina o en la playa es aconsejable enjuagar bien el cabello con agua fría que no contenga agentes dañinos. Esto mejora la circulación sanguínea, aporta brillo y permite eliminar los residuos que han quedado en nuestro pelo.
6. Lavar el cabello. Para ello es adecuado utilizar un champú suave e hidratante, y además evitar peinarlo cuando está mojado. También se recomienda utilizar un peine de púas anchas.
7. Cuidar la alimentación. Es importante hidratarse y mantener una alimentación saludable que incluya frutas, verduras y hortalizas, ricas en antioxidantes y betacarotenos, que son muy beneficiosas para la fotoprotección y para mantener el pelo sano.
8. No usar decoloraciones ni tintes agresivos. Es preferible utilizar productos sin amoniaco y aplicar únicamente en las raíces.

Precaución con la alopecia

Es fundamental cubrirse la cabeza con gorros, pañuelos o gorras al exponerse al sol no solo por su efecto en el aspecto del pelo, sino también porque puede causar un tipo de alopecia muy llamativa y repentina conocida como efluvio telógeno.

Según nos explican desde el equipo médico de Dermatología del Hospital Quirónsalud Tenerife, España, esta pérdida de cabello puede ocurrir a los dos o tres meses tras una exposición solar importante. Esto es muy frecuente en las personas con alopecia androgenética, que se caracteriza por disminuir la densidad del cabello, de modo que el cuero cabelludo se encuentra menos protegido frente a los rayos del sol y se pueden ver manchas más oscuras a causa de la exposición solar.

Otro posible efecto secundario tras exponerse a los rayos del sol es la aparición de queratosis actínicas, que son lesiones costrosas y de color amarillo, en las personas de más de 50 años diagnosticadas con ese mismo tipo de alopecia. "Son lesiones muy frecuentes por la alta incidencia de radiación ultravioleta y deben ser tratadas por un dermatólogo dado el riesgo que tienen de malignizar con el paso del tiempo", aconsejan nuestros expertos invitados.


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