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Esta especialidad es clave para detectar y atender posibles alteraciones mentales que inciden en la condición de salud de un paciente con obesidad mórbida.


La psiquiatría es una de las especialidades que forma parte del manejo interdisciplinario que se realiza antes y después de una cirugía bariátrica, y tiene mucho qué decir acerca de la condición del paciente que será sometido a esta intervención.

Existen alteraciones en la conducta mental que inciden en que una persona no lleve unos hábitos alimenticios adecuados y llegue a estados de obesidad que requieren una cirugía de este tipo para reducir el peso corporal.

Claudia Patricia Marín, psiquiatra de la Clínica Medellín, asegura que quien se postula o es candidato a una intervención quirúrgica de este tipo requiere de una evaluación psiquiátrica previa para analizar cuál es la relación que el individuo tiene con los alimentos y detectar posibles alteraciones que están perpetuando el problema.

Hay que atacar la causa, dice la especialista. Por eso, sin un manejo previo del componente emocional y de los objetivos que se plantea la persona con la cirugía, será difícil determinar si esta se adherirá a los cuidados posteriores que se requieren para mantenerse en un peso óptimo.

Patologías asociadas

Marín señala que en esa evaluación previa se analiza si hay patologías asociadas al exceso de peso. Las más frecuentes pueden ser la ansiedad y los trastornos depresivos, obsesivos compulsivos y de conducta alimentaria.

Incluso hay otras que de ser detectadas pueden desencadenar en que el paciente sea descartado como candidato para la cirugía bariátrica, como la esquizofrenia, los trastornos límites de personalidad, las conductas adictivas con el alcohol o los fármacos y la bulimia.

Existen estudios disponibles que han evidenciado la relación entre las emociones y la alimentación, y quienes tienen este tipo de patologías buscan en la comida una recompensa y una manera de calmar sus sensaciones.

De otro lado, posterior a la cirugía el acompañamiento psiquiátrico es clave ya que entran en juego otras emociones como los síntomas depresivos y de ansiedad por los resultados de la intervención y el efecto que esta tiene en la autoestima del paciente.

Algunas personas quizás no están preparadas mentalmente para aceptar los cambios físicos que su cuerpo ha sufrido o para seguir el plan de recuperación que se les sugiere, que es muy estricto en especial en la parte alimentaria.

Todos estos son factores que deben ser vigilados por especialistas en esta área, que determinan en sus evaluaciones si el paciente tiene o no la capacidad de asumirlo y de afrontarlos para facilitar su recuperación.

“Hay muchos cambios dramáticos en el estilo de vida que requieren de un acompañamiento psicológico. Se pueden presentar intolerancia a alimentos, náuseas, vómitos, diarreas, problemas intestinales, además de los aspectos físicos y las adherencias a los nuevos hábitos, entre muchos otros que afectan su estabilidad emocional”, señala Marín.

Este acompañamiento inicia en la etapa previa a la cirugía y se puede prolongar hasta los seis primeros meses posteriores, que es el periodo de mayor vulnerabilidad mental, con la posibilidad de extenderlo de ser necesario.

Recomendaciones desde la psiquiatría

1. Busque profesionales calificados para someterse a esta intervención, y revise quiénes conforman el equipo de especialistas que analizarán su caso. La presencia de nutricionistas, psiquiatras, médicos deportólogos y cirujanos brinda confianza y seguridad y pueden mejorar su pronóstico de cara al futuro posterior a la operación.
2. Pregúntele a un experto y no a un desconocido. En nuestra cultura es usual que les preguntamos a quienes ya se han operado cómo les fue y qué sintieron, pero esas preguntas es mejor dirigirlas a un psiquiatra que le ofrezca una orientación segura.
3. Sea muy racional al evaluar su relación con los alimentos, no minimice los detalles, reconozca sus dificultades o valore sus virtudes y siga los hábitos que le sean recomendados para que la cirugía le entregue los resultados que desea.
4. Entienda que la evaluación psiquiátrica es parte fundamental del manejo de la cirugía bariátrica.
5. Sea juicioso y disciplinado con los tratamientos que se le indiquen, no se niegue a ninguno de los pasos que le sean sugeridos, todo es parte del proceso y el más beneficiado será usted.


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