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Esta es una afección que compromete todas las estructuras de la boca, como son las encías, la lengua, la mucosa interna de las mejillas y los labios.


La aparición de una lesión en alguna de las estructuras que hace parte de la boca, que por lo general se manifiesta mediante una afta –también conocida como una úlcera o llaga– y que en vez de desaparecer en pocos días sigue creciendo y permanece por más de dos semanas, es una de las principales señales que pueden indicar la presencia de un cáncer de cavidad oral o cáncer oral.

La doctora Lina Giraldo, cirujana de cabeza y cuello de la Clínica Medellín, comenta que cuando esto ocurre es necesario tomar una muestra del tejido comprometido y hacer una biopsia para practicar el diagnóstico y determinar si se trata de una lesión benigna o maligna.

La especialista explica que en la boca se pueden presentar lesiones que son consideradas como premalignas, es decir, que no están relacionadas con el cáncer, pero que si no se les realiza un manejo adecuado pueden convertirse en malignas; entre ellas menciona la leucoplasia, que consiste en la aparición de parches blancos y gruesos; la eritroplasia, unas manchas rojas que en el 80 % de los casos pueden convertirse en cancerígenas; la fibrosis mucosa y el liquen plano, entre otras.

Muchas de estas enfermedades pueden ser detectadas en consulta odontológica, como primera barrera para prevenir el surgimiento de un cáncer oral. Esto sucede porque por lo general los pacientes acuden a estos especialistas cuando tienen alguna dolencia en su boca, por tanto, es más común que sean ellos los que detecten dichas lesiones.

El principal factor de riesgo de este cáncer es el consumo de cigarrillo; se estima que esta es la causa del 70 % de los casos. Le siguen el consumo excesivo de licor y el virus del papiloma humano (VPH), este último en particular en personas más jóvenes, debido a algunas prácticas en su sexualidad que conllevan a infecciones en la cavidad oral, lo cual aumenta las probabilidades de desarrollar esta enfermedad.

Así es el proceso de atención

Lo ideal, como ocurre con todos los tipos de cáncer, es que esta enfermedad sea detectada lo más temprano posible para poder iniciar el manejo correspondiente en un estadio no tan avanzado de la enfermedad y mejorar el pronóstico del paciente.

Lo más importante, dice la doctora Lina Giraldo, es que cuando las personas detecten una lesión en la boca que dure más de dos semanas y no desaparezca, consulten de inmediato para descartar un posible cáncer; la mayoría de los pacientes acude cuando el cáncer está en estadios más avanzados, dificultando así el tratamiento subsiguiente.

“El mejor manejo contra el cáncer oral es mediante cirugía, la cual dependerá del tamaño del tumor y de su ubicación”, expresa Giraldo. En ocasiones hay que retirar parte de la estructura comprometida y reconstruirla, por tanto, dependiendo de la gravedad se requerirán una o varias intervenciones más, debido a que afecta la funcionalidad de algunos órganos vitales para las personas en sus hábitos cotidianos, como comer o hablar.

Una de las cirugías más frecuentes en estos casos es la recepción de la lengua, pero en caso de que se deba retirar más de la mitad de este órgano, será necesaria una reconstrucción de sus tejidos para reemplazarlo. En otras situaciones se requiere el retiro de la mandíbula, por tanto, estas intervenciones, además de tener implicaciones en la salud, también están vinculadas con aspectos estéticos, que impactan en la salud mental.

“Mientras más avanzada esté la enfermedad, más secuelas va a tener el paciente. Este es un cáncer que no solo afecta la salud, también su capacidad para hablar, comer y socializar, por lo cual la calidad de vida mejora de forma considerable”, expresa Giraldo.

Además de la cirugía, y de acuerdo con el tamaño del tumor y qué tan agresivo sea este, el paciente podrá necesitar un complemento con radioterapia y quimioterapia, tras lo cual, en el proceso de recuperación intervienen varias especialidades, como nutrición, fonoaudiología, terapia respiratoria, entre otras, que ayudarán a mejorar algunas de las funcionalidades corporales afectadas.

Para tener en cuenta

Si bien este tipo de cáncer no está entre los más frecuentes, su letalidad lo hace de cuidado. No en vano, de acuerdo con la doctora Lina Giraldo, su mortalidad es cercana al 40 % de los casos. Por si fuera poco lo anterior, su rehabilitación posterior a los tratamientos es larga y compleja.


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