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Sobre la alimentación saludable hay en la actualidad una sobreabundancia de información, que está teniendo impacto en las decisiones de compras y hábitos de las personas, algunas de las cuales no son las más recomendables pues pueden afectar no solo su economía sino también su salud, siendo ambos casos bastante graves.

La nutricionista clínica Sabina Gaitán, de la Clínica Medellín, precisa que para eso es conveniente tener en cuenta las evidencias que existan sobre los productos que se escojan. De todos modos, lo más importante es saber que la alimentación saludable, de acuerdo con las definiciones de la Organización Mundial de la Salud y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura -FAO-, es aquella “que permite alcanzar y mantener un óptimo estado del organismo, conservando o mejorando el estado de salud para disminuir el riesgo de enfermedades, promover el crecimiento y el adecuado desarrollo en niños y adolescentes”.

La alimentación saludable cuenta con varios criterios:
• Que sea suficiente para cubrir todas las necesidades de energía del individuo, según su edad y el grupo poblacional al que pertenezca.
• Que sea completa, con todos los nutrientes que requiere el organismo.
• Que sea equilibrada, en la que estén las cantidades o las porciones adecuadas para el grupo de edad y que tenga todos los grupos de alimentos.
• Que sea armónica, con un equilibrio en el valor calórico de cada macronutriente -proteínas, grasas y carbohidratos-, con una distribución porcentual adecuada para que el plato sea saludable.
• Que sea segura, microbiológicamente apta para el consumo humano, bien manipulada, con menos carga de microbiana, libre de agentes contaminantes físicos, químicos y biológicos.
• Que se adapte a la cultura y a las condiciones sociales de cada individuo, pues los patrones no son los mismos para todas las regiones.
• Que sea asequible y económicamente viable para el consumidor, y que esté disponible siempre sin que se presente escasez local de alimentos.

Este último criterio es clave para garantizar una la alimentación saludable que se ajuste al bolsillo de cualquier consumidor. Para cumplir con este propósito, se puede recurrir a las siguientes estrategias:

1. Planifique su compra y seleccione bien los productos que necesita. Esta decisión tiene un impacto serio en su economía. Para alimentarse saludablemente no es imperativo ir por la semilla de chía o la leche de almendras -que no es una leche sino una bebida-.

2. Conozca los grupos de alimentos antes de su compra y sus diferentes variables: lácteos, carnes, cereales, verduras, frutas, grasas, azúcares y dulces, agua y fibra. Cada uno de ellos cuenta con una cantidad importante de productos que le dan alternativas económicas para alimentarse bien, con diversos precios y cantidades. Muchos se pueden mezclar en el hogar. Un ejemplo: el arroz integral con el arroz blanco.

3. Saber calcular las porciones tiene un impacto significativo que en ocasiones no tener en cuenta, y económicamente se siente en mayor medida. Al tener la cantidad adecuada en el plato según sus necesidades nutricionales, disminuye costos y se alimenta bien.

4. No merque para más de una semana, así garantiza la vida útil del alimento y evita pérdidas y descomposiciones.

5. Planifique el sitio en el que va a comprar los productos sin que se sacrifique la calidad. Compare precios y no siempre se deje llevar por las promociones, revise bien cuáles son las condiciones de la oferta, a veces los establecimientos seleccionan productos con fechas próximas al vencimiento.

6. En las carnes y proteínas, no sacrifique precio por calidad nutricional, que en definitiva también es alimentación saludable. La carne económica a veces tiene lípidos saturados que no favorecen la salud cardiovascular, que aumenta el riesgo de enfermedades, cuyos costos en la atención médica luego se transfieren al consumidor.

7. Si tiene que alimentarse con frecuencia en el trabajo, procure llevar productos preparados en casa. No solo rebaja su inversión semanal, sino que evita acudir a sitios donde la cocción se realiza en cocinas con mucha grasa y sodio. Si no tiene opción, procure elegir lugares confiables donde usted sepa que la preparación es saludable.


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