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Tan importante como la formulación de un tratamiento con medicamentos para la recuperación de un paciente es el desmontaje de ese esquema que evite efectos adversos por su uso no controlado.


Es un tema que se volvió frecuente y cotidiano pero que por lo mismo se ha normalizado sin que en ocasiones se midan los efectos en el paciente: el abuso en el suministro de los medicamentos y la falta de control para ponerle límites a su consumo.

Lo advierte el cardiólogo de la Clínica Medellín, Fernando Fortich, quien hace énfasis en dos situaciones particulares que ocurre en Colombia: la venta libre de muchas medicinas sin que se exija una prescripción médica, y la automedicación y las recomendaciones entre las personas porque a alguien cercano le funcionó un tratamiento se asume que lo mismo ocurrirá con los demás.

Más peligroso aún es que lo hacen sin tener claro por cuánto tiempo lo pueden ingerir, de hecho, a veces lo siguen haciendo por un periodo indeterminado.

“En ocasiones las personas no sienten los efectos adversos del abuso de ese fármaco, pero si les hiciéramos exámenes o rayos X los veríamos”, sostiene el doctor Fortich.

Tomar los medicamentos que en realidad se necesiten

El cardiólogo asegura que la clave para un tratamiento exitoso a base de medicinas es que haya un equilibrio entre lo que la persona necesita y lo que debe tomar, con los mínimos necesarios para que no se afecte su calidad de vida, y que en caso de que haya efectos estos le sean advertidos con información clara y precisa.

Otro tema para tener presente por parte de los profesionales de la salud en la decisión del tratamiento a seguir son las expectativas y la autonomía de los pacientes.

“Hay que respetar ese deseo para que ellos decidan si se toman o no un medicamento, tal como ocurre con los consentimientos informados en las cirugías. Eso es especialmente crítico en determinadas edades más avanzadas en las que el raciocinio y el comportamiento mental pueden ya estar deteriorados y se pierde justamente la capacidad para tomar decisiones respecto a su salud”, aclara Fortich.

El experto comparte una clave que el paciente puede tener como prevención ante un posible abuso en el suministro de los medicamentos. Son cuatro preguntas que pueden resolver sus inquietudes:
• ¿Tiene claro por qué y para qué los está tomando?
• ¿Por cuánto tiempo?

Si no tiene las respuestas a esas preguntas, quizás puede estar ingiriendo fármacos que tal vez no necesite y en su próxima consulta deberá pedirle explicaciones a su médico tratante.

Otra clave que comparte Fortich es que se sepa cuántos fármacos y en qué cantidades los está consumiendo, pues en ese caso es posible que se presente una “polifarmacia”, que es un uso excesivo de sustancias, algunas de ellas que posiblemente no se requieran ingerir más y no estén causando ningún efecto o, al contrario, una reacción contraria a la esperada.

El desmonte de medicamentos en pacientes terminales o enfermedades avanzadas

Un tema crucial para tener en cuenta es cuando la condición actual del paciente no ofrece muchas esperanzas de vida y el efecto de las medicinas no reversará su diagnóstico.

La idea en esos casos, asegura el cardiólogo, es que no lo hagan solos sino con el acompañamiento de los especialistas. Hay que revisar cuáles se le pueden ir eliminando de la prescripción de forma gradual, ya que estos no le ofrecerán ningún alivio y no vale la pena seguirlos sometiendo a tratamientos que, en su estado, resultarán ineficaces.


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