Una porción demasiado grande de la riqueza mundial está en manos de un grupo muy pequeño de personas. Esto suele derivar en discriminación financiera y social. Para que las naciones puedan prosperar, la igualdad y la prosperidad deben estar disponibles para todos, independientemente del género, la raza, las creencias religiosas o el estatus económico. si cada persona es autosuficiente, el mundo entero prospera.
Objetivo: Reducir la desigualdad en los países y entre ellos.
¿Por qué?: Las desigualdades basadas en los ingresos, el género, la edad, la discapacidad, la orientación sexual, la raza, la religión y la oportunidad siguen persistiendo en todo el mundo, dentro de los países y entre ellos. Las desigualdades amenazan el desarrollo social y económico a largo plazo, afectan a la reducción de la pobreza y destruyen el sentimiento de plenitud y valía de las personas.