Tratamientos oncológicos con mejor calidad de vida para los pacientes

Además de los avances significativos que se han originado en los últimos años en el manejo quirúrgico del cáncer, con la aparición de tecnologías asociadas a la robótica y la biomedicina, entre otras, en el campo clínico la labor investigativa ha tenido hallazgos recientes que brindan a los pacientes la posibilidad de tratar la enfermedad con impactos menores en su calidad de vida.

Explica el doctor Jorge Salinas, hematólogo y oncólogo de la Clínica Medellín, que se ha presentado un cambio en el paradigma de que el cáncer solo se trataba con agente citotóxicos que destruyen células sin medir si son dañinas o no, y cuya efectividad no es tan alta, si se comparan con los nuevos tratamientos disponibles.

Estos, afirma, han llegado de la mano de la biología molecular, que ha permitido acumular un conocimiento más profundo y escudriñado del interior de la célula del tumor. Para ello, se identifican todas sus vías de señalización, que le permite comunicarse dentro de los sistemas del cuerpo humano para ser más agresiva, crecer y multiplicarse con más células tumorales, invadir otros tejidos también los ductos de sangre. En otras palabras, ser más agresiva y dañina.

Con la biología molecular, es posible identificar a la célula tumoral, y diseñar fármacos que van a un blanco terapéutico específico para destruirlo y preservar las células sanas. Uno de los tratamientos más eficaces, comenta el doctor Salinas, es la inmunoterapia, descubierta por los ganadores del Premio Nobel 2018 -el estadounidense James Allison y el japonés Tasuku Honjo-, quienes crearon unos medicamentos que son capaces de aniquilar la invisibilidad que obtenía la célula tumoral, que le permitía evadir las defensas del paciente y no ser reconocido por el sistema inmunológico, de tal forma que pasaba de incógnita y lograba penetrar en el organismo hasta causar el cáncer.

Este descubrimiento ha renovado los tratamientos oncológicos, ganándoles terreno las terapias tóxicas que predominaron en las últimas cinco décadas, como la quimioterapia y la radioterapia, que brindan a los pacientes una expectativa de sobrevida no mayor a nueve meses. Hoy, la toxicidad es menor y esa expectativa se ha multiplicado en una mayor proporción.

La inmunoterapia ha sido aplicada en casos de cáncer de pulmón con resultados exitosos, al igual que en pacientes con melanoma, cáncer renal, de vejiga, linfomas y avanzan las investigaciones en todas las demás neoplasias, en aquellos países donde lo permiten los entes regulatorios.

Una de las grandes ventajas de estos tratamientos es que se ingieren mediante tabletas orales, es decir que el paciente ya no tendrá que presentarse a que le apliquen una quimioterapia endovenosa, sino que puede consumir su fármaco donde quiera que se encuentre, siguiendo las indicaciones del médico tratante.

Sus desventajas

Una de las barreras para que estos tratamientos se difundan con más prontitud en todo el mundo es el alto costo. Dice el doctor Salinas que la relación con las terapias convencionales puede ser tres veces mayor. Con lo que cuesta uno de los fármacos de la inmunoterapia para un único paciente, se podrían tratar a tres personas con los métodos ya existentes y antiguos.

Sin embargo, la eficacia de las terapias dirigidas redunda en un costo no tangible, que son los daños colaterales que se le dejan de trasladar al paciente, quien dejará atrás situaciones como los vómitos y las náuseas durante las quimioterapias, la alopecia, entre otras.

En la actualidad, la Clínica Medellín realiza pruebas moleculares con herramientas y plataformas de evaluación. Con ellas, los pacientes reciben una clasificación tumoral con base en la biología molecular, para identificar las debilidades de su tumor y descartar o confirmar que sea un candidato a una terapia blanco-dirigida.

Si es candidato, el paciente podrá optar por ella y en caso tal de aceptarla, recibirá el manejo de un equipo multidisciplinario compuesto por cirujanos, oncólogos, patólogos, para garantizar que las decisiones que se tomen sean las más acertadas y la terapia dirigida consiga el éxito con los menores impactos para la calidad de vida de esa persona.