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Este es un problema clínico muy común que no debe dejarse pasar por alto, pues pueden encontrarse sus causas y así prevenir los episodios de infección y mejorar la calidad de vida. Reconozca cuando consultar para acceder a consulta especializada por Urología para su manejo.


Entre las patologías que afectan el sistema urinario de las mujeres y órganos como los riñones, los uréteres, la uretra o la vejiga, las infecciones urinarias recurrentes o a repetición son consideradas como uno de los motivos de consulta más comunes en el servicio de urología femenina.

Señala Matilde Henao, médica uróloga de la Clínica Medellín, que las infecciones urinarias de este tipo son aquellas que se presentan tres o más veces en un año o al menos en dos ocasiones durante un periodo de seis meses. Las infecciones siempre deben estar confirmadas por un aislamiento de gérmenes en un urocultivo.

Estas son más frecuentes en las mujeres, debido a que su uretra es más corta y en mayor cercanía con el recto, que la de los hombres, entonces hay mayor probabilidad de que las bacterias ingresen en el sistema urinario (lo cual también puede ocurrir durante las relaciones sexuales que es un desencadenante común en muchas mujeres).

Algunos hábitos pueden favorecer la aparición de infecciones urinarias como el bajo consumo de líquidos, aguantarse la necesidad de ir a orinar y la constipación.

También existen factores anatómicos o funcionales como las malformaciones genitourinarias, los cálculos, la disfunción miccional o la vejiga neurogénica en pacientes con lesión medular que hacen que haya pacientes más propensos a sufrir infecciones urinarias a repetición.

Los síntomas de las infecciones urinarias son los siguientes:

• Dificultad para orinar
• Ardor al orinar
• Sensación de tener que ir de forma muy frecuente al baño
• Orinar, pero quedar con la sensación de que no se ha vaciado por completo la vejiga 
• Sangre en la orina.
• Orina fétida

Los tipos de infecciones urinarias

Explica la doctora Henao que las infecciones urinarias se dividen en dos tipos: alta y baja. Las primeras comprometen los riñones y las segundas las vías urinarias inferiores, como la vejiga y la uretra.

Las más frecuentes son las bajas y se conocen como la cistitis; en este caso existe una inflamación de la vejiga y se manifiesta con un ardor y un aumento en la frecuencia al orinar, que obliga a ir al baño de forma repetida.

En cuanto a las altas, que afectan en mayor medida a los riñones, también conocidas como pielonefritis, un tipo de infección que se manifiesta con dolor en los costados y la espalda, acompañado de fiebre y malestar general, decaimiento, y mayor compromiso del estado general que la infección urinaria baja.

¿Qué manejo darles?

La recomendación de la uróloga es que, al detectar alguno de los síntomas mencionados, las personas no se automediquen y, en cambio, consulten con los especialistas para que les tomen un cultivo de orina y les practiquen un examen para determinar el tipo de infección que las está afectando.

En caso de ser una infección baja, el manejo por lo general procede mediante el uso de antibióticos, cuya fórmula será particular dependiendo de la condición de cada paciente; si es una infección alta, el manejo también es con antibióticos, pero en muchas ocasiones se requieren de forma intravenosa y se necesitarán otras pruebas de laboratorio adicionales para determinar si hay un compromiso general más profundo.

En cuanto al manejo ya preventivo o dirigido de las infecciones urinarias a repetición, existen conductas como la identificación de factores de riesgo que favorezcan la aparición de las infecciones y corregirlos, el cambio de los hábitos incluido el aumento de consumo de líquidos y orinar con frecuencia; la profilaxis antibiótica, que consiste en el suministro de dosis pequeñas de antibiótico, bien sea todos los días en una (1) sola toma o después de las relaciones sexuales si la infección está relacionada con esta causa.

Las infecciones urinarias a repetición tienen diferentes causas y factores de riesgo, pueden afectar de forma significativa la calidad de vida de un gran número de mujeres, señala la Dra. Henao, quien además resalta que “como Urólogos, recomendamos consultar cuando se padecen, para así poder realizar un manejo integral, identificar las causas y de esta forma tratar el problema desde la raíz y ayudarlas a recuperar la calidad de vida”.


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