Hay dos maneras de hacerlo, dice el doctor. Una es mediante un tacto rectal, que se efectúa de forma manual, y la otra con una medición en prueba de sangre, con una toma de antígeno prostático específico o PSA.
En años recientes se disminuyó la toma de esta última prueba, ya que una guía publicada en EE.UU. indicó que no se debía hacer de forma rutinaria, pero en otro estudio hecho como contraparte, para determinar cuál era el desenlace de no revisar el antígeno de próstata, se detectó un aumento de los casos avanzados no curables, por lo cual en Colombia se hace el tamizaje manual más la medición del PSA, dice Santa.
Lo recomendable es hacerse la detección una vez cada año si no hay síntomas, pero si estos aparecen, hay que acudir al especialista de forma oportuna para evaluar y descartar o confirmar la presencia de un cáncer.
Si bien la sugerencia es hacer esta visita después de los 40 años, ha habido algunos casos esporádicos en que el cáncer de próstata afecta a personas menores, pero esto es algo exótico con un porcentaje alto de improbabilidad.
Para determinar el manejo de la enfermedad, es básico determinar el estado en que esta se encuentre. Por eso es clave la detección temprana.
Cuando el cáncer se conoce a tiempo y su estado no es avanzado, se puede operar.
Por el contrario, si el cáncer está avanzado pero aún en etapa curable, se puede hacer radioterapia localizada con el complemento de unos medicamentos hormonas que ayudarán a frenar el crecimiento del tumor al bloquear la acción de la testosterona y a aumentar su expectativa de vida. Estos se inyectan de manera intravenosa o subcutánea.
En algunos escenarios, el tratamiento requiere quimioterapia o radiaciones en los órganos y tejidos donde ha aparecido el cáncer y le ha causado dolor al paciente.
El manejo de la enfermedad, dice el doctor Santa, debe darse de manera global y holística, en el que intervengan los urólogos y oncólogos como médicos de cabecera, según el estado clínico del paciente.
Los primeros intervienen cuando el cáncer se detecta a tiempo y la persona es candidata a cirugía, pero si la enfermedad está avanzada y el paciente es candidato a quimioterapia y manejo hormonal, el seguimiento lo debe hacer el oncólogo.
Al equipo se suman especialistas en el manejo de rehabilitación oncológica, cuidados paliativos y radioterapia, según el escenario de la enfermedad.
“Los pacientes con cáncer en estado avanzado e incurable, pueden tener largos periodos de sobrevida entre tres y diez años, dependiendo de qué tan sensibles sean a los tratamientos que reciban y al riesgo que tenga su enfermedad”, concluye el especialista.