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Una fractura de cadera es una lesión grave, con complicaciones que pueden poner en riesgo la vida. La incapacidad para caminar o levantarte tras una caída acompañado por un dolor intenso en la cadera o la ingle son algunos de sus síntomas comunes.





Aunque un traumatismo importante -como los que suceden en algunos accidentes de tráfico- puede ocurrir en personas de cualquier edad, la fractura de cadera suele producirse cuando la persona anciana, la materia de veces con osteoporosis, se tropieza y cae.

A menudo, estas caídas tienen lugar dentro de casa, cuando se realizan gestos o acciones tan habituales como girarse en la cama, levantarse de una silla o en un desplazamiento en el baño, incluso, simplemente, caerse estando de pie. Determinadas lesiones o tipos de cáncer pueden provocar también una rotura de cadera.

Según detalla el doctor Carlos Rodríguez, ortopedista de la Clínica Medellín, las fracturas de cadera se clasifican en dos tipos: intracapsulares y extracapsulares.

“Las fracturas intracapsulares ocurren dentro de la cápsula articular, mientras que las fracturas extracapsulares ocurren fuera de la cápsula articular. Las fracturas intracapsulares tienen una alta probabilidad de necrosis de la cabeza femoral, mientras que en las extracapsulares casi nunca se presenta esta posibilidad. Si la fractura es extracapsular, se coloca un clavo para soportar la fractura y permitir que el paciente camine al día siguiente. Cuando la fractura es intracapsular, el tratamiento es diferente, por lo regular se usa una prótesis de cabeza femoral”, puntualiza nuestro invitado.

Normalmente, se fractura la parte estrecha del fémur, llamada cuello, que se encuentra justo debajo del extremo superior redondeado, que es la cabeza de dicho hueso. Otras veces, la fractura es en la zona justo por debajo del cuello del fémur, entre unas protuberancias óseas llamadas trocánteres. En cambio, es menos habitual- aunque también puede darse- que sucedan otras fracturas como, por ejemplo, las de la cabeza del fémur.

Sintomatología

Según explica el doctor Rodríguez, en ambos tipos de fractura de cadera, la rotura del hueso causa un fuerte dolor en la cadera y/o la ingle, además de daños en el músculo adyacente, derrames de sangre (que producen un hematoma de mayor o menor tamaño, lo que hace que el paciente se pueda sentir mareado o débil), inflamación de la zona, rigidez y entumecimiento de la pierna. A veces, el dolor puede parecer originarse en la rodilla, debido a que esta y la cadera tienen las mismas vías nerviosas.

Lógicamente, explica el especialista, tras la fractura, la persona tendrá problemas para mover o rotar la cadera y soportar peso en ella, por lo que no podrá caminar y, a veces, tampoco estar en pie. Si la fractura se desplaza (se separan los bordes del hueso roto), una pierna puede verse más corta que la otra y/o quedar girada hacia fuera. Si los fragmentos del hueso quedan impactados y la fractura no es muy grande, la pierna puede tener un aspecto normal, el paciente presentará un dolor leve y podrá caminar.

Si la rotura se ha producido en el cuello del fémur, se puede interrumpir, además, la irrigación sanguínea hasta la cabeza del hueso, por lo que, a menudo, las dos partes no pueden volver a unirse y el tejido óseo destruye poco a poco (lo que se llama osteonecrosis). También pueden aparecer complicaciones como la falta de unión de la fractura o desarrollarse una grave artritis, muy dolorosa.

Tratamiento

Como ya lo mencionó el ortopedista de Clínica Medellín, el tratamiento de fractura de cadera casi siempre será quirúrgico. En algunos casos, el hueso roto puede repararse fijándolo mediante tornillos y placas metálicos (reducción abierta con fijación interna). En muchos otros, será necesario sustituirlo por una prótesis, sobre todo si se ha interrumpido el riego sanguíneo a la cabeza del fémur o si la fractura es grave.

Este reemplazo puede ser total (artroplastia total de cadera) o parcial (hemiartroplastia). Aunque está demostrado que el primer procedimiento suele ser el más indicado, según la literatura médica el segundo puede ser más adecuado para ancianos que ya sufrían antes algún daño cognitivo previo o que eran dependientes.

En cuanto al pronóstico del paciente que se ve afectado por una fractura de cadera y es intervenido quirúrgicamente, el doctor Rodríguez apunta que la recuperación de la cirugía tanto en la fijación de tornillos como en prótesis de cadera es muy buena “El paciente puede caminar al día siguiente y generalmente tienen buen pronóstico si se opera rápido. No operar a los pacientes con fractura de cadera les trae muchas complicaciones. Por ejemplo, estar mucho tiempo acostado puede causar escaras en la piel, infecciones, neumonía y problemas intestinales”, agrega.

En cuanto al tiempo de recuperación, Rodríguez apunta que el mismo varía según el paciente. “Algunos pacientes se recuperan muy rápido, mientras que otros necesitan más tiempo. La recuperación también depende del estado físico del paciente al momento de presentarse la fractura”, puntualiza.

Recomendaciones

Para concluir, el doctor Carlos Rodríguez subraya que es importante tomar medidas para prevenir las caídas sobre todo en los adultos mayores.

“Se debe tener cuidado con las caídas en edades avanzadas, ya que por lo regular en esta etapa de la vida la movilidad es más restringida. Por eso es recomendable consultar al médico para realizar estudios de fragilidad ósea y osteoporosis. Igualmente, es importante una buena alimentación, rica en calcio y proteínas, y la supervisión de un nutricionista y un geriatra”, concluye.



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