El “dedo en gatillo”: doloroso y molesto, pero prevenible

Esta afección se presenta en los dedos de las manos y tiene su origen en microtraumatismos provenientes de actividades frecuentes y repetitivas.
Dolor, rigidez y sensación de atascamiento. Estos son los síntomas con los cuales se manifiesta la afección conocida como “dedo en gatillo”, una limitación media o profunda de la flexión de los dedos de las manos.

Explica Carlos Enrique Villamil, ortopedista de la Clínica Medellín, que la manera en la que se le conoce describe la posición en la cual queda el dedo cuando la afección se origina. El bloqueo se produce por unos microtraumatismos que surgen luego de algunas actividades frecuentes y repetitivas que las personas realizan con sus manos, que requieren la flexión repetida de las falanges, y además por el apoyo de objetos pesados sobre la zona distal de la palma.

“Esto hace que se vaya formando un engrosamiento de la vaina flexora de los dedos, lo cual desemboca en su engarramiento. La persona lo puede notar porque al intentar cerrar el puño le cuesta más doblar el dedo, a lo cual le sigue un dolor intenso y un calambre que evoluciona hasta el bloqueo total y se ubica en forma de gatillo”, dice Villamil.

El “dedo en gatillo” puede también ser una consecuencia de algunas patologías como la artritis reumatoide y en enfermedades del sistema inmune como la sinovitis, que provocan una inflamación crónica de la mano y el engrosamiento de la vaina flexora, que entra en conflicto con las poleas de los dedos.

El manejo ortopédico que requiere esta afección comienza con ejercicios de fisioterapia y algunas recomendaciones para evitar el apoyo sobre la zona más distal de la palma, es decir, la más cercana al lugar donde empiezan los dedos, y, en cambio, hacerlo sobre el centro de esta, con el fin de evitar el roce repetitivo con las estructuras de los dedos. Lo anterior se complementa con el suministro de analgésicos en sus fases iniciales

En segunda instancia se procede con una infiltración con anestesia local y un antiinflamatorio corticoide para disminuir el engrosamiento de la vaina flexora. Y como tercera alternativa, en caso de no haber mejoría, es una cirugía ambulatoria poco invasiva, en la cual se realiza una apertura de la polea palmar para corregir la estructura que comprime el flexor y que causa el “dedo en gatillo”.

Con el sobreuso de artículos tecnológicos en la actualidad, surge la inquietud de su este hábito incide en el surgimiento de esta afección. Dice el doctor Carlos Enrique Villamil que no se ha demostrado que estas prácticas se asocien con ella, por más que se presente una flexión repetida de los dedos pulgar e índice.

Otra cosa sucede cuando el dispositivo se apoya con fuerza sobre el inicio de la polea de los dedos. En ese caso conviene revisar los movimientos que se estén haciendo para prevenir esta situación.

Villamil también recomienda, como fórmula para disminuir el riesgo de que surja un “dedo en gatillo”, abrir y cerrar el puño por unos minutos, extendiendo los dedos, y acompañar ese movimiento de un masaje en el nódulo donde estos inician. Sugiere, además, evitar cargar objetos muy pesados si hay dolores previos.

Esta afección es más común en adultos entre los 60 y 75 años, y en trabajadores que requieran cargas de objetos muy pesados con sus manos.