El aumento de la temperatura corporal por encima de los niveles normales es la señal de que el cuerpo está combatiendo una infección o una enfermedad en la mayoría de los casos hay que tener en cuenta que la etiología de fiebre no siempre corresponde a infección ya que esta puede ser provocada por neoplasias, medicamentos o golpe de calor.
Cuando la fiebre aparece, surgen los temores y las inquietudes. Esta variación repentina en la temperatura corporal activa las alertas respecto a nuestra condición de salud y es conveniente prestarle la debida atención para determinar qué nos quiere revelar.
El doctor Sebastián Parra, médico general de la Clínica Medellín, sugiere siempre tener a la mano un termómetro, ya que es necesario que la fiebre sea cuantificada para determinar su gravedad. Las alertas deben activarse si la temperatura corporal supera los 37,7º o 38º. Por lo general el cuerpo regula para que no suba más de ese rango.
Si la temperatura es superior a ese nivel y la fiebre viene acompañada de malestar, debilidad o dolores musculares, es menester consultar a los servicios médicos, aunque no es necesario que sea en Urgencias. “La fiebre siempre hay que investigarla”, acota Parra.
Los síntomas de la fiebre
• Los escalofríos es un mecanismo que utiliza el sistema nervioso central por medio de los músculos para la elevación de la temperatura.
• La sudoración, por su parte, es el método que el cerebro y el cuerpo utilizan para bajar
• la temperatura corporal después del pico de fiebre.
• Malestar general.
• Dolores musculares y articulares.
• Inapetencia.
• Nauseas.
• Cefalea.
• Algunas ocasiones alteración del estado conciencia T mayor a 40 grados.
• Convulsiones febriles (sobre todo niños y es independiente del grado de fiebre).
Sin embargo, en los niños y adultos las causas más comunes son las infecciones, y en el caso de las personas en edades más avanzadas es recomendable investigar ya que en este pico de edad son frecuentes las neoplasias.