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Este es el conjunto de cuatro enfermedades que comprometen la aorta, y cuya mortalidad supera el 50 % de los casos. Los hábitos de vida saludable, la mejor prevención.



El síndrome aórtico agudo –SAA– es un conjunto de cuatro enfermedades que conforman la aneurisma de aorta rota, la úlcera aórtica penetrada sintomática, el hematoma intramural aórtico y la disección aguda de la aorta. Todas patologías que comprometen la aorta, sea la torácica o la abdominal.

“Es una urgencia que hace correr a cualquiera”, advierte la doctora Carolina Salinas, cirujana vascular y endovascular de la Clínica Medellín, pues si no es atendida a tiempo, es muy peligrosa. Hay estudios que señalan que el 20 % de los pacientes afectados por esta patología fallece antes de llegar al hospital, el 30 % durante la hospitalización y el 20 % en los 10 años posteriores al evento.

Puede presentarse cuando hay un hematoma o cúmulo de sangre que rodea la aorta, el cual termina por romperla; una úlcera, sobre todo en pacientes fumadores, que provoca una enfermedad arteriosclerótica en todo el cuerpo, haciendo que las placas que conforman las grasas, el colesterol o el calcio se ulceren y penetren o perforen la arteria; o el aneurisma de aorta rota, que es el estado más grave de todos ya que la cantidad de sangre por segundo que se pierde tiene consecuencias fatales.

El SAA afecta en su mayoría a pacientes mayores de 50 años, o que tienen otros factores de riesgo asociados como las enfermedades cardiovasculares (hipertensión), la diabetes, el hábito de fumar, entre otros, que agravan el diagnóstico.

“Por su alta mortalidad, es importante que desde urgencias se realice una sospecha precoz y temprana de la enfermedad, y se le dé un manejo adecuado, ya que de ello dependerá la sobrevivencia del paciente”, enfatiza Salinas.


El tratamiento

Este tiene que ser inmediato. No da espera. La intervención dependerá de cómo se encuentre el paciente, pero variará entre endovascular o abierta, de acuerdo con lo que revele la tomografía. También se tiene en cuenta su edad, que influye en el tipo de tratamiento que se le deba dar, y las características de la aorta.

El manejo endovascular es una opción muy recurrente en los tiempos recientes, dado que es menos invasivo que una cirugía abierta y representa menos riesgos asociados.
“Las terapias endovasculares constan de punciones inguinales o en los brazos, por las cuales se introducen catéteres, y a través de ellas se hacen las correcciones de la aorta con una endoprótesis. Es menos riesgoso, pero no todos los pacientes las aceptan, porque la aorta debe cumplir con ciertos diámetros y longitudes para poder instalar los dispositivos”, precisa la doctora Salinas.

La otra opción es la cirugía abierta, que se realiza mediante una herida en el abdomen, que requiere además una intubación de paciente, por tanto, la mortalidad se incrementa.


Una enfermedad acumulativa

El síndrome aórtico agudo es una enfermedad que va acumulando años de malos hábitos de vida: dietas altas en grasas, tabaquismo (incluso sin ser un fumador excesivo), y no tener un control de las enfermedades de base, como la diabetes o la hipertensión.

“Los diabéticos que no controlan el azúcar con insulina, que no tienen un glucómetro en casa, el paciente hipertenso que no se toma los medicamentos o que no va donde el médico a que se los ajuste, hacen que la enfermedad evolucione. Es un cúmulo de mala vida que en algún momento tiene que reventar”, explica la cirujana vascular y endovascular.

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Fecha: jueves 11 y viernes 12 de junio de 2020
Hora: 9:00 a.m. a 12:00 m
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