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Esta es una de las ayudas diagnósticas que ofrece mayor precisión en el pronóstico de los pacientes.


Las ayudas diagnósticas son uno de los recursos más importantes con los que ha contado en su historia la medicina para obtener un pronóstico más oportuno y preciso de la condición de salud de las personas. Algunas de sus modalidades son los exámenes de laboratorio, los estudios eléctricos y la radiología, que se encarga de suministrar las imágenes mediante las cuales es posible visualizar el cuerpo humano desde distintas perspectivas, en lo anatómico y lo fisiológico.

El doctor Diego Alberto Herrera, médico radiólogo y neuroradiólogo de Cedimed, afirma que este recurso es una técnica no invasiva en la mayoría de los casos en que se practica. Con esta es posible efectuar un muestreo de cualquier parte del organismo y definir si hay presencia de una patología inflamatoria, vascular, tumoral u otra.

“En segundo lugar, conociendo la causa de la enfermedad, se pueden planificar procedimientos adicionales, es decir, si se requiere una biopsia o iniciar inmediatamente un tratamiento y si este es curativo o paliativo, de acuerdo con el estado del paciente”, dice Herrera.

Las imágenes, agrega el especialista, sirven como recurso para hacerle seguimiento al tratamiento y el impacto que este está teniendo en la enfermedad a combatir. De este modo se determinará si es necesario un complemento y realizar ajustes al abordaje que se está efectuando.

Ventajas y condiciones de la resonancia magnética

Entre las modalidades que integran el abanico de técnicas de la radiología está la resonancia magnética, la cual, a diferencia de otras como los rayos X, no recurre a la radiación ionizante, por tanto, no tiene genera ningún efecto adverso sobre los tejidos del organismo del paciente.

Si fuese necesario hacer una resonancia magnética todos los días, no habría inconvenientes, lo cual, en todo caso, no significa que no existan precauciones o indicaciones a seguir.

Estas son algunas de esas condiciones, en palabras del doctor Diego Alberto Herrera:

• La resonancia magnética debe ser solicitada por un médico tratante, quien debe determinar para qué la requiere y cuál tipo de técnica necesita. Se puede hacer una resonancia de cualquier parte del cuerpo: cerebro, abdomen, tórax, articulaciones, pero para cada una se requiere de un estudio muy enfocado de acuerdo con la patología que se quiera confirmar o descartar.
• Teniendo en cuenta lo anterior, se determinará si el paciente necesita un estudio contrastado o simple, que ayudará a detectar si existe algún factor de riesgo y si la resonancia es aplicable o no. En el caso del primer ejercicio se aplica un medicamento llamado medio de contraste basado en gadolinio, que presenta precauciones, pero ayuda a identificar posibles reacciones durante la intervención.

Por ejemplo, el paciente debe notificar si registra antecedentes de una enfermedad renal, si presenta alguna alergia a medicamentos o si tiene instalado algún objeto o dispositivo en su organismo –elementos metálicos como implantes cocleares, los clips de aneurismas implantados hace más de veinte años, marcapasos antiguos (los más recientes son compatibles con esta técnica), entre otros–, los cuales pueden alterar los resultados del examen o distorsionar la imagen, limitando el diagnóstico.

• Este método es seguro. Siempre un médico estará supervisando la realización de los estudios. Es probable que el paciente presente algunas reacciones alérgicas leves, que se manejan con la administración de antihistamínicos. Es muy poco frecuente la ocasión en la que existan complicaciones, el porcentaje de probabilidades es inferior al 1 %.

¿Cómo se realiza la resonancia magnética?

Este es un examen que puede durar entre veinte minutos y una hora, dependiendo del objetivo con el que se realice y de las imágenes que se requieran capturar.

El paciente es introducido en un tubo cuya amplitud es considerable. Sin embargo, dado que algunas personas son susceptibles de sentir claustrofobia o temor al encierro –o no tener la capacidad de quedarse inmóviles durante tanto tiempo, como los niños–, se puede notificar tal condición al personal médico, que podrá recurrir a la sedación, con la supervisión de un anestesiólogo, ya que el estudio requiere una estricta quietud para garantizar la precisión de la imagen.

El tiempo que demoran en salir los resultados del estudio dependerán de la gravedad del paciente, pues hay resonancias magnéticas que se efectúan en personas hospitalizadas, cuya atención es urgente y se requiere celeridad y prioridad en su diagnóstico. En otras condiciones, las pruebas pueden ser entregadas en dos o tres días.

Un método avanzado y preciso para obtener diagnósticos más certeros y oportunos.


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