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Todos los procedimientos e intervenciones que reciba en la clínica el paciente que padece un cáncer no tendrán el efecto esperado si en casa no se siguen con juicio las recomendaciones que se le brinden desde que sale de la unidad de oncología y el control permanente a través de la línea telefónica o las consultas de control.

Para que esto ocurra, la Clínica Medellín pone a su disposición todo su personal médico y de enfermería, también la planta administrativa, para que la persona cuente con los recursos, los medicamentos y la asistencia necesaria, en el momento que así lo requiera, pero la mayor responsabilidad recae sobre el paciente, pues la idea es que este, con el seguimiento de las recomendaciones, no tenga que acudir a urgencias o a la unidad de oncología, una buena noticia para su salud pero también para el sistema, que podrá descongestionar sus servicios y atender oportunamente a quienes tengan una condición más apremiante.


Así es el proceso de seguimiento:

Juan Camilo Trujillo, jefe de Enfermería de la Unidad de Oncología de la Clínica Medellín, advierte que la idea es “no dejar solo al paciente”. No se trata de que este salga de una quimioterapia y se vaya para la casa “a ver cómo se defiende”.

Todo lo contrario, el seguimiento que se efectúa una vez la persona sale de la sala de oncología es permanente, de modo que su condición de salud esté monitoreada.

Con este procedimiento “se evidencia si hay efectos secundarios, que son esperados, pero el objetivo es que no se alcance un grado de toxicidad 3 y 4 que obliguen al paciente a acudir a urgencias y posiblemente sea hospitalizado”.

En este proceso la educación es clave. Al paciente hay que concientizarlo de que cualquier cosa que le ocurra después que se le hace la quimioterapia puede estar relacionada con la enfermedad o con el tratamiento. Con las estrategias dirigidas desde la clínica, se le brindará una orientación para darle manejo en casa o, si es necesario, en la misma institución.


El Teletriage, un contacto permanente

A través del teléfono, los especialistas de la Unidad de Oncología están en contacto frecuente con el paciente, con llamadas cada semana y la posibilidad de que la persona se pueda comunicar cuando lo desee si tiene alguna sospecha o duda.

“Nos suelen preguntar sobre los efectos después de la quimioterapia, y según nuestro programa y las directrices les damos la indicación de qué deben hacer en cada caso”, sostiene Juan Camilo Trujillo.

El vínculo con la familia

En el autocuidado, los allegados más cercanos, la mayoría de los casos familiares, son claves porque en ocasiones son quienes más pendientes están de las recomendaciones, y de paciente mismo.

Antes de las quimioterapias, cuando el médico oncólogo entrega su diagnóstico, explica el jefe de Enfermería, se realiza una reunión de una hora a la que es invitado el núcleo familiar, para informarles no solo de su situación de salud sino de los controles y el seguimiento que se le debe brindar durante el tratamiento.


Hay satisfacción

Encuestas internas hechas por la Unidad de Oncología de la Clínica Medellín dan cuenta que el 100% de quienes son susceptibles del seguimiento en el autocuidado están conformes con la atención recibida, y el 98% dicen seguir con juicio las indicaciones.

“Confiamos en que la gente acate estas sugerencias, no creemos que necesiten tener un policía al lado para cumplirlas”, exclama Trujillo.


Los mitos

Al cierre, el enfermero desmiente algunos mitos que han surgido sobre el autocuidado y la prevención del cáncer:
• “Comer gallinazo”
• “Tomar hígado licuado con jugo”
• “No comer carne”
• “No tomar leche”
• “No comer dulces”

“Este tipo de cosas son las que tratamos de que el paciente no atienda, pues no son ciertas, no hay evidencia ni estudios que así lo demuestren”, concluye Juan Camilo Trujillo.


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