Deny, la mano derecha de todos en la Clínica Medellín

La actual secretaria de Gerencia lleva 23 años apoyando la labor de los altos mandos directivos de la institución.

Si hay una persona dentro de la Clínica Medellín que conoce al detalle lo que ocurre dentro de ella, esa es Deny Patricia Machado, quien acumula más de dos décadas de servicio siempre al lado de los altos mandos directivos de la institución.

Hoy es la secretaria de Gerencia, pero también ha apoyado a la Dirección Médica y en algunas ocasiones a la Dirección Administrativa y Financiera, acompañando a las personas que durante estos años han asumido estos importantes cargos dentro de la estructura administrativa y asistencial de la Clínica.

Deny hizo un tránsito rápido del colegio al trabajo. Se graduó como bachiller comercial del colegio de las Hermanas Dominicas de La Presentación y a sus 17 años llegó a una inmobiliaria a realizar un reemplazo de vacaciones de una de las secretarias.

El final del reemplazo coincidió con una vacante como auxiliar de ventas de un proyecto de vivienda, a la cual accedió. Ya en ese tiempo mostraba inquietud y curiosidad por aprender, lo cual vieron sus superiores y compañeros, que valoraron su actitud.

Y aunque le gustaban las ventas, ya mostraba aptitudes administrativas que ampliaban sus virtudes laborales.

A mediados de los noventa, cuando hubo una crisis en el sector de la construcción, la empresa en la que laboraba tuvo que hacer recortes de personal para atender la urgencia económica, y Deny aceptó quedarse como secretaria.

Allí estuvo hasta 1999, cuando la empresa cerró, pero gracias a la recomendación de uno de sus jefes supo que en la Clínica Medellín estaban en búsqueda de una secretaria de Gerencia. En efecto, la entrevistó Luis Ignacio Mejía, gerente en aquella época de la institución. Él le preguntó: “¿qué sabe de la Clínica Medellín?”. y ella le respondió: “muy poco, aparte de que curan a la gente”.

Mejía, entonces, le contestó: “Este es otro cuento. Trabajar con el dolor humano sensibiliza y eso te vuelve una persona distinta”.

Eso la convenció aún más de que quería estar en la Clínica.

De lo bueno y lo malo

Deny ingresó a la institución el 1 de julio de 1999, y desde entonces ha vivido experiencias de todo tipo, de las buenas y las no tan buenas.

Recuerda épocas anteriores en las que veía sufrir a sus jefes porque no había lo suficiente para pagar las nóminas, pero también celebra los tiempos actuales en los que la Clínica, bajo la administración de Quirónsalud, cumple con cada uno de sus compromisos.

Y ella, que está siempre al lado de quienes toman las decisiones, ve en ellos el reflejo de esa tranquilidad de estar en una institución sólida y confiable, que, además, como se lo dijo Luis Ignacio Mejía en esa entrevista, es sensible frente al dolor humano.

Uno de sus lemas es que no puede ser inferior a sus superiores y estar a la altura de la exigencia que a ellos les demanda su cargo.

Por eso la prudencia, la discreción, la puntualidad y la claridad hacen parte de su forma de trabajar, porque sabe que sus jefes confían en ella y no le queda más que ser leal a ese compromiso y a esas expectativas.

Como secretaria de Gerencia recibe a diario múltiples solicitudes y peticiones para suministrar información o para transmitírselas a sus superiores, y con el mismo trato diligente y servicial atiende a cada persona, consciente de que nadie puede recibir una respuesta indebida pues ella, en muchas ocasiones, representa la imagen de la Clínica ante personas externas a la misma.

Recuerda con aprecio a algunos de sus jefes, como Luis Ignacio Mejía, Daniel Villegas, David Duque, Carlos Mario Mejía y Jorge Henao, en la gerencia; y a Rodrigo Botero, Beatriz Ramírez, Alba Lucía Palacio, María Elena Cano, Marco González y Álvaro Puerta en los otros cargos que ha apoyado.

Hasta su hija Carolina le ha heredado el amor por la Clínica; ella, su esposo Jairo Cuartas y su mascota Mía, una border collie, son su apoyo y su gran motivación para seguir brindándole a sus jefes, compañeros, clientes, pacientes y proveedores una atención cálida y humana.