La conexión entre la sexualidad y la salud cardiovascular es más profunda de lo que parece. Enfermedades como la hipertensión, diabetes, dislipidemia y obesidad afectan el corazón, pero también pueden influir en la función sexual, manifestándose como disfunción eréctil en hombres o disminución de excitación y lubricación en mujeres.
Según nos explica el doctor Juan Carlos Orozco Henao, médico especialista en sexología de la Clínica Medellín, la salud cardiovascular y la sexualidad están profundamente entrelazadas, aunque a menudo este vínculo recibe menos atención de la que merece. Comprender cómo las enfermedades cardiovasculares afectan el bienestar sexual no solo ayuda a los pacientes a mejorar su calidad de vida, sino que también proporciona una oportunidad para detectar, prevenir y tratar factores predictores de riesgo cardiovascular. Este artículo, precisamente, busca examinar la compleja relación entre el sexo y el riesgo cardiovascular desde una perspectiva médica preventiva.
Enfermedades cardiovasculares: Su impacto en la sexualidad
El doctor Orozco señala que las principales enfermedades de alto riesgo cardiovascular, como la hipertensión, la diabetes mellitus, la dislipidemia (alteraciones del colesterol y los triglicéridos), la obesidad y otras enfermedades metabólicas, generan un impacto significativo en la función sexual. En los hombres, estas condiciones suelen manifestarse como disfunción eréctil, mientras que en las mujeres pueden conducir a una disminución en la excitación sexual y problemas de lubricación vaginal.
Igualmente destaca que estas disfunciones tienen su origen en la alteración del flujo sanguíneo, un problema común que afecta tanto al corazón como a los órganos sexuales. Los vasos sanguíneos del pene y la vagina pueden verse comprometidos por la acumulación de colesterol, hipertensión no controlada o daños vasculares previos, lo que provoca dificultades sexuales.
El miedo y su impacto psicológico
El doctor Orozco asevera además que más allá de los factores fisiológicos, los pacientes con enfermedades cardiovasculares de base enfrentan un desafío psicológico significativo: el temor de que la actividad sexual pueda desencadenar un infarto o un accidente cerebrovascular. Este miedo afecta tanto al paciente como a su pareja, lo que puede agravar las tensiones emocionales y reducir la calidad de vida. “Brindar apoyo psicológico es clave para mitigar estos temores y permitir una vida sexual más plena”, destaca nuestro invitado.
La disfunción eréctil: Un potente indicador de riesgo cardiovascular
Nuestro profesional experto en sexología invitado recalca que un aspecto revelador que une el riesgo cardiovascular y la sexualidad es el papel de la disfunción eréctil como predictor de problemas cardíacos. “En hombres entre 40 y 60 años, el inicio de esta condición puede ser un marcador temprano de enfermedades cardiovasculares. De hecho, la evidencia muestra que los hombres con disfunción eréctil tienen una mayor probabilidad de sufrir un infarto en los próximos 2 a 5 años. Esto se debe a que las arterias que irrigan el pene son más pequeñas que las coronarias, lo que las hace más propensas a obstruirse primero”, explica el doctor Orozco.
Las recomendaciones médicas subrayan la importancia de realizar evaluaciones integrales en estos casos, incluyendo la medición de presión arterial, colesterol y glucosa, y en algunos casos, exámenes avanzados como la tomografía de arterias coronarias.
Medicamentos cardiovasculares y su efecto en la función sexual
Muchos medicamentos utilizados para tratar enfermedades cardiovasculares pueden influir en la salud sexual de los pacientes. Por ejemplo, ciertos antihipertensivos, como los betabloqueadores y los diuréticos, pueden originar, contribuir o agravar problemas sexuales. Sin embargo, el manejo adecuado de estas condiciones médicas es fundamental y no debe ser interrumpido.
Es importante destacar que, especialistas en sexología, trabajando en colaboración con cardiólogos e internistas, pueden ajustar los tratamientos para minimizar estos efectos secundarios. A veces, cambiar a medicamentos menos agresivos para la función sexual o usar dosis más bajas puede marcar una gran diferencia en el bienestar general del paciente.
Prevención y recomendaciones para una vida equilibrada
Nuestro invitado de Clínica Medellín exalta que prevenir y manejar las enfermedades de riesgo cardiovascular no solo mejora la salud cardíaca, sino que también fomenta una vida sexual más saludable.
Estas son algunas recomendaciones que destaca el doctor Orozco como claves:
* Actividad física regular: El ejercicio aeróbico combinado con ejercicios de fuerza al menos tres veces por semana es esencial.
* Dieta equilibrada: Alimentos saludables y dietas ricas en frutas, vegetales y bajos en grasas y azúcares ayudan a mantener la salud cardiovascular.
* Eliminación de hábitos nocivos: Dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol tiene un impacto positivo tanto en la salud del corazón como en la función sexual.
* Motivación personalizada: Explicar a los pacientes que estos cambios no solo benefician su corazón, sino también su vida sexual, puede ser una herramienta poderosa de persuasión.
Salud sexual y cardiovascular como aliados
A manera de conclusión el doctor Juan Carlos Orozco H. pondera que la relación entre la sexualidad y la salud cardiovascular no debe ignorarse. Igualmente destaca que promover un abordaje preventivo e integral puede mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes. “Como profesionales de la salud, es nuestro deber no solo tratar las enfermedades, sino también considerar el bienestar total de quienes atendemos y la sexualidad grata hace parte de este”, puntualiza.