La migraña es una de las patologías con mayor prevalencia en el contexto mundial, según la Organización Mundial de la Salud, el 12% de las personas la padecen en el mundo y, en América Latina, la cifra es cercana al 15%. Conozca los detalles más relevantes de esta enfermedad en este artículo.
La doctora Carolina Monsalve Muñoz, neuróloga de la Clínica Medellín, nos explica en el marco del podcast SaludEs que la migraña es una enfermedad neurológica en la cual existen múltiples manifestaciones clínicas, pero la principal o una de las principales es el dolor o cefalea que es como se denomina a cualquier tipo de dolor localizado en la cabeza.
“Las personas pueden presentar distintos síntomas y no saben que también están asociados a la migraña. La crisis de migraña suele tener varias fases, está la fase premonitoria, que puede ocurrir horas o días antes de tener la crisis de dolor. Durante esta los pacientes pueden tener, por ejemplo, irritabilidad, alteraciones cognitivas, inatención, incluso, hay pacientes que tienen bostezadora, aumentó en la frecuencia miccional, náuseas y todo es parte de la migraña”, puntualiza nuestra experta.
De igual manera, la neuróloga de Clínica Medellín subraya que hay algunos pacientes que también presentan un síntoma que se denominan auras, que puede ser de diferentes tipos, las más comunes son las auras visuales en las que los pacientes indican, por ejemplo, ver parches o luces a manera de rayos en los ojos los cuales aparecen generalmente entre cinco minutos y una hora antes de presentarse el dolor de cabeza. Son como una alerta o un aviso de que el dolor de cabeza ya viene
Igualmente, la doctora Monsalve nos detalla que también hay otros tipos de auras, relacionadas con las alteraciones de la sensibilidad o entumecimiento de un lado de la cara o un lado del cuerpo. Incluso, algunas más raras, como las alteraciones del habla o para moverse previo al dolor de cabeza.
Nuestra invitada acota que esta enfermedad de orden neurológico normalmente es recurrente en los pacientes y con niveles de intensidad moderada a grave, que suelen durar horas o algunos días teniendo un alto impacto en la calidad de vida de la persona, limitando su actividad a nivel familiar, laboral y social.
Proceso diagnóstico
La doctora Carolina Monsalve explica que en la actualidad no se dispone de una prueba específica de laboratorio o de imágenes que permita diagnosticar si una persona tiene o no tiene migraña. El diagnóstico de la migraña es clínico y se basa en la realización de una historia clínica y una exploración general y neurológica del paciente.
Entre los criterios de análisis para su diagnóstico se encuentran: el número de episodios, la duración de la cefalea, su localización, intensidad y calidad pulsátil, así como la presencia de otros síntomas como náuseas, vómitos, fotofobia y auras, entre otros.
“Si se tiene un dolor de cabeza recurrente es importante consultar al médico, si puede acceder a un especialista, idealmente especialista en neurología, o sino al médico general para que se le interrogue, se le haga un examen físico completo y tratar de determinar qué tipo de dolor de cabeza tienen, si es una migraña, si es una cefalea tipo tensión o si es una cefalea secundaria por alguna otra cosa, pero la consulta médica se hace necesaria para determinar la causa y el posible tratamiento”, puntualiza la especialista de Clínica Medellín.
Desencadenantes de la migraña
La migraña puede tener diferentes factores desencadenantes de las crisis y también diferentes factores de cronificación, es decir, que hace que la migraña sea más difícil.
Hay una serie de factores que desencadenan la migraña, como los siguientes:
• Cambios hormonales en las mujeres. Las fluctuaciones en el estrógeno, que se producen antes o durante los períodos menstruales, el embarazo y la menopausia, parecen desencadenar dolores de cabeza en muchas mujeres.
• Los medicamentos hormonales, como los anticonceptivos orales, también pueden empeorar las migrañas. Sin embargo, algunas mujeres notan que sus migrañas ocurren con menos frecuencia cuando toman estos medicamentos.
• Bebidas. Entre ellas se incluyen las bebidas alcohólicas, especialmente el vino, y las bebidas con demasiada cafeína, como el café.
• Estrés. El estrés en el trabajo o en casa puede causar migrañas.
• Estímulos sensitivos. Las luces brillantes o parpadeantes, al igual que los sonidos fuertes, pueden provocar migrañas. Los olores fuertes, provenientes de perfumes, disolventes de pintura, el tabaquismo pasivo y otros, desencadenan migrañas en algunas personas.
• Cambios en el sueño. La falta o el exceso de sueño pueden desencadenar migrañas en algunas personas.
• Distensión física. El esfuerzo físico intenso, incluida la actividad sexual, podría provocar migrañas.
• Cambios climáticos. Un cambio de clima o de presión barométrica puede provocar migraña.
• Medicamentos. Los anticonceptivos orales y los vasodilatadores, como la nitroglicerina, pueden agravar las migrañas.
• Alimentos. Los quesos maduros, al igual que los alimentos salados y procesados, pueden desencadenar migrañas. Saltarse comidas también puede ser un factor desencadenante.
• Aditivos alimentarios. Entre ellos se incluyen el edulcorante aspartamo y el conservante glutamato monosódico, que se encuentra en muchos alimentos.
Tratamiento
La doctora Monsalve señala que existen muchos tratamientos y la idea con ellos es mejorar la calidad de la de vida del paciente, disminuir el ausentismo laboral y que el paciente pueda hacer sus actividades normales.
De manera general, puntualiza nuestra invitada, se pueden dividir los tratamientos en dos:
• Analgésicos. También conocidos como "tratamiento abortivo", estos tipos de medicamentos se toman durante los ataques de migraña y están diseñados para detener los síntomas.
“El tratamiento que nosotros llamamos abortivo o analgésico, que como su nombre lo dice, aborta la crisis, que son los analgésicos u otros medicamentos que usamos para cuando el paciente tiene el dolor, es decir, yo tengo en este momento un dolor de cabeza fuerte y me tomo algo para que se me quite el dolor. Lo importante en este es, primero, que sea el tratamiento adecuado y, segundo, que no se abuse de los analgésicos porque puede llevar a efectos adversos”.
• Medicamentos preventivos. Estos tipos de medicamentos se toman regularmente, a menudo todos los días, para reducir la intensidad o la frecuencia de las migrañas.
“El objetivo es disminuir la frecuencia, es decir, si yo tengo 20 episodios de dolor en el mes lo ideal sería pasar a tener tres o cuatro episodios de dolor y que cada uno de estos sea menos intenso. Generalmente iniciamos con tratamientos orales que son individualizados en cada paciente y ya, si no responden a estos tratamientos orales, y después de darles una dosis adecuada por un tiempo adecuado, entonces se inician otro tipo de tratamientos inyectados, como por ejemplo la toxina botulínica, los bloqueos pericraneales u otro tipo de tratamiento”, concluye la neuróloga de nuestra institución.