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Las estadísticas señalan que una de cada 3.000 mujeres embarazadas tendrá esta enfermedad. Del diagnóstico, los tiempos y el tratamiento dependen las implicaciones que esta pueda tener en la gestante.



Si bien el cáncer de seno tiene mayor prevalencia en pacientes mayores de 50 años, el hecho de que muchas mujeres decidan retrasar su decisión de embarazarse –por priorizar sus estudios, su proyección profesional u otros factores personales– y lo hagan después de los 30 o 35 años ha aumentado la frecuencia con la que esta enfermedad se cruce con el periodo de gestación, antes, durante o después del parto.

El doctor Carlos Restrepo, ginecólogo mastólogo de la Unidad de Oncología de la Clínica Medellín, calcula que una de cada 3.000 mujeres embarazadas en el mundo es diagnosticada con cáncer de seno, que, si bien no es una cifra muy alta, genera muchas implicaciones cuando se presenta tanto para la paciente como para su bebé.

“La mujer en ese estado no está pensando en su enfermedad sino en los planes que tiene con su bebé, y de repente se le pone enfrente un diagnóstico que puede atentar contra su vida”, expresa el doctor Restrepo.

El manejo de la enfermedad y del embarazo dependerá de cuándo se presente: antes de tener el cáncer de seno, durante el tratamiento o cuando este haya finalizado.

El cáncer antes el embarazo

En el caso de la mujer que tuvo cáncer de seno antes de estar en embarazo, lo ideal es que haya terminado todo su tratamiento oncológico si desea tener un bebé. En caso de que ello no haya ocurrido, lo recomendado, según estudios que cita el doctor Restrepo, es que lo haga dos o tres años después del tratamiento.

“Si la paciente queda en embarazo mientras está recibiendo un tratamiento hormonal, este debe ser interrumpido y retomarlo luego del parto. No se han documentado alteraciones en su pronóstico ni recaídas”, explica el especialista.

Otro aspecto para considerar es que el 60 % de las mujeres menores de 40 años que reciben tratamiento con quimioterapia por cáncer de seno entran en amenorrea o ausencia de menstruación, que puede dificultar el embarazo posterior a la enfermedad.

Para estos casos en que la fertilidad de la paciente se ve alterada y esta desea embarazarse, Restrepo cuenta que hay alternativas como la congelación de los óvulos o criopreservación de ovocitos maduros, la hiperestimulación ovárica o la fertilización in vitro.

El cáncer de seno durante el embarazo

Para las pacientes que durante su estado de gestación les es diagnosticado el cáncer de seno, el tratamiento dependerá tanto del estado en que se encuentre el tumor como de las semanas que tengan de embarazo.

Algunas consideraciones que plantea el doctor Restrepo son:
• La quimioterapia no se debe hacer durante el primer trimestre del embarazo, ya que esta afecta el desarrollo del bebé.
• En todo el embarazo está contraindicada la radioterapia. Teniendo en cuenta lo anterior, si durante el embarazo se requiere el manejo quirúrgico del cáncer mamario, este debe ser radical (es decir, mastectomía), toda vez que la otra alternativa, que es el manejo conservador (cuadrantectomía), siempre debe ir acompañada de la radioterapia.
• Algunos medicamentos que se utilizan para extirpar el tumor están contraindicados mientras el estado de gestación ya que afectan la parte renal del bebé.
• El pronóstico de la paciente oncológica no se afecta con el embarazo; su incidencia se refleja básicamente en los tiempos del tratamiento, que los puede retrasar.

¿Se debe terminar el embarazo por cáncer de seno?

Hay pacientes que, en estado de embarazo y con diagnóstico de cáncer de seno, deciden interrumpirlo para someterse al tratamiento. Esta es una decisión de la paciente amparada por la ley si su vida se encuentra en peligro, pero que es analizada en el comité ético de la institución respectiva para darles todas las alternativas disponibles para manejar la enfermedad sin afectar al bebé, pero esto depende de según cómo avance cada situación en particular.

¿El cáncer de seno afecta al bebé?

No hay evidencias disponibles de que el cáncer de seno afecte a los bebés y de que estos reciban las células tumorales.

Los riesgos principales para el bebé los ofrecen los tratamientos oncológicos que reciba su madre, o ya en edades adultas si existe alguna transmisión de la mutación genética.
Otro riesgo ya advertido es la interrupción del embarazo durante el tratamiento oncológico, según el estado de la enfermedad.


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Gladys Elena Rodríguez Zapata
Muchas gracias por compartirnos temas tan demasiado importantes; por súper preocuparse por el bienestar de sus usuarios, felicitaciones por ser una clínica con carisma, con buenos profesionales en salud, y por su buena atención, Siempre la he elegido,; nuevamente muchas gracias
19 Ene 21
3 años 10 meses 18 días 11 horas 2 minutos

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