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El consumo adecuado de productos ricos en calcio y vitamina D desde edades tempranas es una de las maneras más inteligentes de preparar al cuerpo para la vejez.



Tener una alimentación saludable y equilibrada es un mantra que todos los seres humanos deberíamos repetir en cualquier etapa de nuestras vidas para ayudar al cuerpo a ser más fuerte y resistente, pensando tanto en el presente como en el futuro.

Consumir todos los grupos de alimentos en porciones de acuerdo a nuestro peso, la estatura y las actividades que realizamos es la mejor forma de comenzar, sugiere Isabel Cristina Osorio, nutricionista dietista de la Clínica Medellín, ya que no es lo mismo el gasto energético de un adulto mayor que el de un deportista activo en la medianía de su vida.

La alimentación saludable y equilibrada, combinada con una adecuada actividad física, le brinda al cuerpo fuerza muscular, flexibilidad, equilibrio y resistencia, y lo prepara para evitar o superar enfermedades que puedan afectar la calidad de los huesos, como por ejemplo la osteoporosis.

El calcio y la vitamina D son claves

La nutricionista Osorio resalta la importancia que en este aspecto tienen los productos que son ricos en calcio y vitamina D, ya que estos le brindan fuerza y soporte a esta estructura.
Algunos de los productos ricos en calcio son:
• Yogures.
• Leche.
• Quesos.
• Espinacas.
• Acelgas.
• En general todas las verduras tienen hojas verdes.

Productos que son fuente de vitamina D:
• Los pescados grasos, como la trucha, el salmón o el atún.
• Huevos.
• Quesos.
• Lácteos y derivados.

El endocrinólogo Nicolás Coronel, de la Clínica Medellín, recomienda que el aporte diario de calcio se debe garantizar de la dieta idealmente según el grupo etario de la siguiente manera:
• 500 miligramos (mg) de calcio entre uno y tres años.
• 800 mg entre cuatro y ocho años.
• 1.300 mg en escolares y adolescentes de nueve a 18 años.
• 1000 mg entre 19 y 50 años.
• 1.200mg para adultos mayores de 50 años.
• Las mujeres embarazadas deben consumir 1.300 mg al día de calcio.

Estudios poblacionales que cita el doctor Coronel indican que el consumo de calcio proveniente de la dieta es en promedio de alrededor de 600 mg al día, e incluso hay personas que consumen solo 170 mg al día. En Colombia, agrega, se estima que la ingesta de calcio es de alrededor de 300 mg a 600 mg al día.

En cuanto a la vitamina D, se debe garantizar un consumo de mínimo 800 a 1.000 UI (unidades internacionales) para mantener niveles alrededor de 20 – 30ng/mL.

Un buen consumo de estos alimentos ayuda a que la masa muscular se mantenga fuerte, ayudando a que la estructura ósea tenga una buena calidad garantizando estabilidad y soporte. Esto es de vital importancia sobre todo en los adultos mayores, que en ocasiones no tienen la oportunidad de prepararse sus propios alimentos y por ende están en un riesgo mayor de tener déficit nutricional que prevenga el riesgo de posibles fracturas por debilitamiento de los huesos.

Así mismo, el componente nutricional es clave en el proceso de recuperación de un paciente que ha sufrido lesiones de este tipo, ya que si ha habido vacíos en su alimentación durante los años previos al evento puede tener mayor riesgo de infección, de estar más tiempo hospitalizado o de presentar úlceras por presión debido a que sus heridas no cicatrizan más pronto, afectando su calidad de vida.

En estos casos los especialistas pueden revisar si el paciente requiere el uso de suplementos nutricionales que complementen su alimentación, de acuerdo a sus necesidades por posibles comorbilidades como diabetes, enfermedad renal, hipertensión, Epoc, entre otras, que pueden complicar su diagnóstico según el grado de su lesión o su edad.

Cuidado con los suplementos

La recomendación es que los productos con calcio y vitamina D se obtengan de fuentes naturales y no de suplementos. Estos últimos estarán solo indicados si el aporte diario nutricional no es el esperado para su edad y comorbilidades. En principio se prefiere las fuentes dietarías de calcio sobre la suplementación, no solo porque es mejor su absorción sino por los aportes nutricionales adicionales.

Existen muchos productos alimentarios que contienen calcio, pero es la leche y los derivados lácteos, los de mayor contenido cálcico, además son una fuente importante de proteínas, magnesio, potasio, zinc y fósforo por caloría, más que cualquier otro alimento.

La ingesta sola de vitamina D sin un adecuado aporte de calcio no es efectiva en prevención de fracturas, mientas que su asociación con calcio pareciera que sí lo es. Normalmente la Vitamina D se sintetiza en la piel a través de la exposición solar, es por esto por lo que una pequeña exposición de 10 a 15 minutos del torso y los brazos en la mañana puede ser una forma segura y barata de garantizar buenos niveles séricos.

Es importante aclarar que a no todo el mundo de manera sistemática se le deben de medir niveles de vitamina D en sangre, la suplementación por vía oral de forma indiscriminada no ha mostrado mayores beneficios, inclusive se ha reportado mayor riesgo de caídas y fracturas asociadas; los niveles de Vitamina D deberían de monitorizarse, solo en casos especiales indicados por el médico e idealmente en mujeres con diagnóstico de osteoporosis


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