Nuevo Noticia
Aunque muchas personas asocian el VPH (virus del papiloma humano) con el contacto íntimo, existen otras vías menos conocidas, como las uñas y las yemas de los dedos. Estas áreas pueden ser portadoras silenciosas del virus, facilitando su transmisión en actividades cotidianas.
 

Cuando pensamos en el virus del papiloma humano o VPH, solemos asociarlo con las relaciones sexuales. Ciertamente el sexo con penetración es la vía de contagio más frecuente y la que más peso tiene en el desarrollo del cáncer de cérvix en las mujeres. Sin embargo, existen otros factores que pueden aumentar el riesgo de transmisión. ¿Sabías que también puedes contagiarte a través de las manos, uñas y yemas de los dedos?
 
En este artículo, exploramos todas las formas de contagio del papiloma humano y cómo prevenirlas.
 
Cáncer de cuello uterino e infección por VPH

Este cáncer, que también se conoce como cáncer cervical o de cérvix, está causado por la infección activa y prolongada de uno o varios tipos oncogénicos del virus del papiloma humano o VPH, o inglés HPV, como los genotipos 16 y 18. Sin embargo, no todas las infecciones conllevan el desarrollo de esta enfermedad oncológica.
 
La doctora Raquel Vázquez González, especialista en Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud San José y del Hospital Quirónsalud Valle del Henares (En España), afirma que "la mayoría de las infecciones por VPH desaparecerán espontáneamente, por lo que, al principio, generalmente, solo haremos un seguimiento, con una serie de recomendaciones que son fundamentales: no fumar, usar preservativo y vacunarse frente al VPH si no lo estás".
 
Si la infección no desaparece, es posible que se requieran otras técnicas, más allá de la observación médica. Según explica nuestra doctora invitada, "pasado un tiempo, usualmente de dos años, si el virus persiste activo, puede empezar a producir lesiones en el cuello del útero, que llevan una progresión", entre las que se encuentran:

* CIN 1. Lesión leve, de bajo grado, y reversible.
* CIN 2-CIN 3. Lesiones de alto grado o precancerosas, que, con el tiempo, en algunos casos sí que pueden progresar al cáncer de cérvix.
 
Cabe añadir que el virus del papiloma humano también está asociado a la aparición de otros tumores de ano, vulva, vagina, pene u orofaríngeo, aunque en menor medida que el cérvix, y para los cuales, en la actualidad, no se dispone de cribado preventivo.
 
Cáncer de cérvix y su impacto en la salud femenina

Lamentablemente, este cáncer ocupa el segundo lugar de los más comunes entre las mujeres, a nivel mundial. 
 
Frente a este cáncer, es muy importante continuar con la prevención a través de la vacuna específica contra el papiloma humano y las revisiones ginecológicas. La razón de ello es que estos chequeos periódicos permiten el diagnóstico y el tratamiento de lesiones de manera precoz, en estadios pre-neoplásicos, que están lejanas al cáncer invasor.
 
¿Cómo se contagia el VPH?

Las principales vías de transmisión del papiloma humano son:
 
1. Contacto sexual. Es la vía de contagio más destacada, sobre todo a través del coito. También es posible mediante el sexo oral, transmisión mano-genital, y con juguetes sexuales, pero es un porcentaje desdeñable. Gran parte de la población sexualmente activa (se calcula que un 80% de las personas, hombres y mujeres) contraerá la infección en algún momento, que, en general, suele ocurrir cerca del inicio de la vida sexual. Asimismo, algunas personas pueden presentar infecciones repetidas.
2. Contacto piel con piel en la zona genital. Aunque el coito es la vía de contagio más frecuente, no es necesario que se produzca una penetración vaginal o anal para transmitir del virus, sino que puede ocurrir con el contacto directo, piel con piel, de los genitales y de la zona contigua a estos.
3. Transmisión genodigital: uñas y yemas de los dedos. Nuestra ginecóloga nos explica que "otra vía descubierta recientemente de transmisión del VPH sería la genodigital, de forma que las uñas y las yemas de los dedos de la mano constituyen un reservorio del virus que provocaría contagio por esta vía".
 
Por todo ello, es importante recordar que el uso del preservativo no protege toda el área expuesta en una relación sexual, y que el VPH no está solo en el cérvix, sino que se encuentra también en la piel, la vulva o la vagina. Pero el grueso de la transmisión al cuello del útero, que es la zona de aparición de lesiones precancerosas, es el coito, y eso sí que disminuye mucho con el uso del preservativo.
 
Factores de riesgo del cáncer cervical

Además de la infección por VPH, otros aspectos que aumentan el riesgo de desarrollar esta enfermedad son:

* Sistema inmunitario de la mujer.
Estado inmunitario del cuello uterino.
Coinfección con herpes simple, clamidia, gonococo u otros microorganismos de transmisión sexual.
Tabaquismo.
No estar vacunada frente al VPH.
No usar preservativo.
 
Vacuna contra el VPH: clave para prevenir el cáncer cervical

Es una excelente medida preventiva, por lo que es altamente recomendable incluirla en el calendario de vacunación de las niñas y de los niños. 
 
La doctora nos informa de que "se trata de una vacuna que no evita la infección, sino que refuerza el sistema inmunitario para disminuir la posibilidad de desarrollar un cáncer provocado por el VPH".
 
Por otra parte, se recomienda vacunarse entre los 9 y los 14 años, antes del inicio de la vida sexual, que es cuando más eficacia ha demostrado, pero sigue siendo igual de efectiva a cualquier edad, y en ambos sexos. "Sobre todo, si ya estás infectada con el virus, precisamente para evitar que se desarrollen las lesiones", puntualiza la doctora.
 
Citología, test de VPH y revisiones para detectar la infección

Aunque la mujer esté vacunada contra el papiloma humano, sigue siendo recomendable que continúe con las revisiones ginecológicas, puesto que en ellas se realizan pruebas, como la citología, que analiza las células del cuello uterino, que descubren la presencia de cualquier anomalía.
 
El cribado frente al VPH se inicia a los 25 años, o antes si existen síntomas de alarma, como puede ser el sangrado con las relaciones, u otros síntomas ginecológicos. Como recomendaciones generales:

Entre los 25 y los 30 años. Citología cada 3 años, como mínimo, que consiste en la toma de una muestra superficial del cérvix, para descartar lesiones producidas por el virus.
A partir de los 30. Citología y test de HPV, con un intervalo mínimo de 5 años, hasta los 65. El test del HPV es una prueba PCR de ADN del virus que nos informa directamente si esa mujer tiene la infección o no, algo que la citología no puede detectar, y qué cepa del virus es.
Si se detectan anomalías. Es recomendable realizar pruebas adicionales como la colposcopia para determinar el tratamiento necesario.
 
Qué significan los resultados de las pruebas

Si se observan células anormales en la citología o se comprueba la presencia del virus en el test, se procede a realizar un seguimiento de estas pacientes. De esta forma, es posible detectar lesiones de tamaño milimétrico en una prueba llamada colposcopia, sobre las que se realiza una biopsia, de manera ambulatoria, en la misma consulta.
 
En más detalle, la especialista nos explica que "los resultados de las biopsias cervicales nos dirán si las células son normales, incluso con el virus activo pueden presentar este resultado, o presentan alguna alteración por el virus".
 
Dependiendo de su clasificación, se puede indicar el tratamiento más adecuado. Para las alteraciones de categoría de bajo grado CIN 1 se controlan cada cierto tiempo, puesto que existe una alta tasa de curación espontánea.
 
En cambio, en las lesiones de alto grado (CIN 2-3) se aconseja extirparlas antes de que se desarrolle el cáncer. En este sentido, nuestra especialista invitada añade que "debe procederse a su exéresis, o extirpación, con una pequeña cirugía ambulatoria, llamada conización, con el fin de evitar el desarrollo del cáncer de cuello uterino". Además, si en la citología o biopsia se encuentran células cancerígenas, "aplicamos el protocolo de tratamiento de este tumor, según el grado de invasión del mismo".
 
El VPH también un riesgo en los varones

Este virus puede producir lesiones o cáncer en el pene o el ano. Pero el porcentaje es tan pequeño que no es factible un cribado universal. De hecho, en el caso de los hombres, hoy día, no existe ninguna prueba que esté validada ni tienen ningún programa de prevención.
 
Igualmente, el sistema inmunitario masculino es mucho más eficaz para mantener la infección a raya o eliminar el virus, en comparación con las mujeres. En cualquier caso, sí que se benefician de la vacunación y del uso del preservativo, al igual que ellas.
 
En definitiva, la mejor forma de protegerte contra el VPH es informarte, vacunarte y, si eres mujer, acudir a tus chequeos ginecológicos. ¡La prevención es fundamental!


Artículos sugeridos

Ver más

Calificación:
Nombre:
Email:



Nuevo Mi documento