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Con la aparición de la COVID-19, la humanidad y en especial el personal de salud se vienen enfrentando a una nueva y desconocida situación. En medio de todo esto, los cuidados paliativos surgen como una alternativa importante.


Es relevante comenzar por destacar que el objetivo de los cuidados paliativos es ayudar a las personas con una enfermedad grave a sentirse mejor. Estos previenen o tratan los síntomas y efectos secundarios de la enfermedad y los tratamientos, generando una mejor calidad de vida en el paciente.

Según indica la doctora Melina González, especialista en dolor y cuidado paliativo de la Clínica Medellín, es precisamente en ese último ítem, en el mejoramiento de la calidad de vida del paciente a través de la mitigación de los síntomas y el dolor, donde radica primordialmente la importancia de los cuidados paliativos, perspectiva que toma aún más vigencia en medio de una pandemia como la que vivimos por estos días de cuenta de la COVID-19.

La doctora González también explica que, en condiciones estereotipadas, es decir, antes de que surgiera todo el caos que existe actualmente a raíz del coronavirus COVID-19, “los cuidados paliativos se brindan al mismo tiempo que los tratamientos destinados para curar o tratar la enfermedad. Éstos se pueden dar cuando se diagnostica la enfermedad, durante todo el tratamiento, durante el seguimiento y al final de la vida”.

Hoy, a causa de la pandemia, los sistemas de salud y en específico los centros hospitalarios viven días especialmente tensos bajo la sombra de COVID-19, por la amenaza de que la capacidad instalada (especialmente en sus UCI) se desborde y no pueda cubrir la demanda de pacientes infectados por el virus que requieran un ventilador.

Frente a esta situación, la especialista en dolor y cuidado paliativo de la Clínica Medellín enfatiza que “no quiere decir que, si yo no accedo a un ventilado o a una unidad de cuidados intensivos, no tengo derecho a recibir el tratamiento médico que me corresponde, es decir, no podemos permitir que nuestros pacientes se mueran ahogados, agitados, con dolor o desorientados a causa de la COVID-19. Tenemos el deber como médicos de controlar estos síntomas y garantizar que los pacientes no sufran”.

Es en este escenario entonces donde quizá toma aún más pertinencia y se vuelve especialmente vital proporcionar cuidados paliativos seguros y efectivos a los pacientes infectados, incluida la atención al final de la vida, si es el caso, o durante su paso por el servicio de hospitalización.

Aunque aún la dimensión de la pandemia en Colombia no ha tomado los tintes de países europeos como España o Italia o situaciones extremas más cercanas como la de Nueva York, en Estados Unidos, o el caso de Ecuador, es posible que, en algún momento, ciertos médicos, con pocos recursos y un número mayor de casos, tengan que decidir quién puede recibir atención en UCI y quién no.

Para los pacientes que no puedan acceder o posiblemente no sobrevivirán, se debe proporcionar al menos cuidados paliativos de alta calidad. Pero la COVID-19 hace esto más difícil. El tiempo es corto cuando los pacientes se deterioran rápidamente, los profesionales de la salud están sobrecargados de trabajo, el aislamiento es obligatorio y se aconseja a las familias no tener contacto y menos estar en la misma habitación que sus seres queridos.

Según plantea la Organización Mundial de la Salud, este escenario posiblemente se pueda evidenciar más en los países de bajos y medianos recursos donde la escasez de servicios de cuidados intensivos y paliativos es mayor.

La Clínica Medellín viene implementando este tipo de tratamientos a muchos de sus pacientes con resultados realmente notorios y, con la aparición de la pandemia, trabaja de la mano de su equipo médico y asistencial en la implementación de protocolos de cuidados paliativos enfocados en los pacientes que así lo requieran.


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