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Si sospechas que puedes tener esta enfermedad pulmonar, conoce los pasos para su diagnóstico y en qué consiste el tratamiento.


En torno al 75% de las personas afectadas por la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, más conocida por sus siglas EPOC, no están diagnosticadas. Como consecuencia de ello, no están recibiendo los tratamientos ni los cuidados necesarios y, por tanto, su calidad de vida se puede ver afectada.

La EPOC ocasiona problemas respiratorios de manera crónica y su principal origen es el tabaquismo. Por eso, se debe sospechar de esta enfermedad en fumadores o exfumadores con más de 40 años que presentan frecuentemente tos, expectoración, sensación de falta de aire y catarros. Sin embargo, la doctora Lorena Comeche Casanova, jefa asociada en Neumología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid (en España), nos advierte que "el propio tabaquismo puede producir síntomas respiratorios crónicos, y muchos médicos y pacientes pueden pensar que los síntomas son debidos solo al tabaquismo. Esto se debe evitar haciendo siempre una espirometría en todos estos casos".

Conoce todo el proceso para diagnosticar la EPOC, qué prueba se utiliza para detectar la enfermedad y qué tratamientos están disponibles.

Diagnóstico de la EPOC y su gravedad

Para saber si sufres EPOC, y si esta es leve o grave, es necesario valorar toda la información recogida en el proceso de diagnóstico, que suele incluir:

Historia clínica. Recoge los datos más importantes del historial médico a través de una entrevista entre especialista y paciente. Esto ayuda a valorar la gravedad de la EPOC, ya que se pregunta acerca de casos anteriores de asma, crisis que han requerido hospitalización, etcétera.
Exploración física completa.
Análisis sanguíneo, en el que se valoran los parámetros significativos para esta patología.
Espirometría. Esta prueba es la más importante en el diagnóstico de la enfermedad pulmonar obstructiva.

Con toda la información recopilada, el equipo médico puede valorar si se trata de un caso leve o grave, e indicar la terapia más adecuada. "Simplemente con la combinación de la información derivada de lo anterior podemos establecer el tipo de EPOC, lo que ahora se llamaría fenotipo de la EPOC, y su gravedad", apostilla la doctora Comeche.

Espirometría para diagnosticar la EPOC

Aunque la tos, la falta de aire y la expectoración son síntomas comunes de la EPOC, también pueden ser indicio de otras enfermedades respiratorias. Por eso, ante cualquier sospecha, es recomendable realizar una espirometría, que es la principal prueba para descartar la enfermedad.

La espirometría es una prueba muy sencilla, que no causa molestias, y se lleva a cabo en la Unidad de Neumología. Según nos describe nuestra especialista, "para realizar una espirometría, se nos pedirá que llenemos los pulmones de la máxima cantidad de aire posible y que lo expulsemos hasta el final tan rápido como podamos".

Cuando la prueba muestra una obstrucción de los bronquios, se administra un broncodilatador de rápida acción en el paciente y se espera 15 minutos para volver a realizarla. "Si se mantiene la obstrucción, en un contexto adecuado como es el de un fumador, podremos concluir que tiene una EPOC", apunta nuestra doctora invitada.

Eso sí, hay que tener en cuenta que, si bien la prueba de espirometría sirve para diagnosticar la EPOC, no detecta otros daños en el pulmón, como cáncer o enfisema.

Otras pruebas complementarias

Existen casos en los que se pueden recomendar otras pruebas adicionales, entre las que se encuentran:

Radiografía de tórax. Esta técnica diagnóstica se suele recomendar en todos los casos porque permite obtener una imagen de los pulmones. De esta manera, se puede comprobar que no existen otras enfermedades que se manifiestan con síntomas similares a la EPOC.
Pulsioximetría. También se aconseja en todos los pacientes. Su uso ayuda a estimar la oxigenación, simplemente colocando un aparato en el dedo.
Tomografía computarizada de tórax. Esta técnica se realiza sobre todo en casos graves, y proporciona imágenes de los pulmones, bronquios y el tórax con un mayor detalle.
Gasometría arterial. Esta prueba ofrece información sobre la oxigenación y de los niveles de carbónico, y se realiza en casos severos que precisan tratamiento de oxígeno en casa.
Poligrafía respiratoria y polisomnografía nocturna. Estas pruebas se recomiendan cuando se sospecha que existe otro trastorno respiratorio del sueño, como la apnea. "Alrededor de un 25-30% del tiempo del día lo pasamos durmiendo, y durante el sueño la respiración sufre modificaciones importantes que se magnifican en presencia de una enfermedad respiratoria como la EPOC", apunta la doctora.
Otras pruebas complementarias en determinados casos. Por ejemplo, la pletismografía y difusión pulmonar arrojan más información sobre la función respiratoria; y el cultivo de esputo se utiliza cuando se sospecha de una posible infección de bronquios o del pulmón.

Cómo se trata esta enfermedad pulmonar

Lamentablemente, esta enfermedad no tiene un tratamiento definitivo para curarla. Sin embargo, existen terapias, como la oxigenoterapia y los broncodilatadores, cuyos efectos resultan muy beneficiosos. Además, se complementan con una serie de pautas que permiten vivir mejor con la EPOC.

Broncodilatadores: qué son

Este tratamiento se administra fácilmente a través de inhaladores. La experta añade que "algunos de ellos solo se indican en situaciones ocasionales, para aliviar de forma puntual algún síntoma, son los llamados de rescate. Y otros se deben emplear a diario".

Por eso, es fundamental seguir las indicaciones médicas para hacer un buen uso del inhalador, ya que, de lo contrario, pierde su eficacia. Así lo advierte nuestra neumóloga: "Si no se realizan adecuadamente las maniobras de inhalación o manejo de los inhaladores, el medicamento puede no estar llegando correctamente a la vía aérea, y esto influye directamente en la eficacia y en el control de los síntomas".

Oxigenoterapia en casa: cuándo se aconseja

Este sistema aporta a nuestro organismo el oxígeno necesario que nuestros pulmones son incapaces de proporcionar. La oxigenoterapia se lleva a cabo en el domicilio del paciente, siguiendo las indicaciones del equipo médico. La doctora Comeche resalta que "para que el oxígeno sea eficaz es necesario usarlo un número mínimo de horas, 16 incluyendo el periodo nocturno; cuantas más horas se use mejor".

Normalmente, este tratamiento está indicado para personas con un nivel de oxígeno por debajo de los valores límite. Para comprobarlo, se realiza la gasometría arterial, que es un análisis de sangre más específico.


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