En los últimos años se ha observado un incremento en la supervivencia de los pacientes con cáncer gracias a los avances tecnológicos y farmacológicos. Sin embargo, también se ha observado una probabilidad de coexistencia de
enfermedad cardiovascular y cáncer en estos pacientes.
Algunos medicamentos para el tratamiento del cáncer pueden tener efectos cardiovasculares, lo cual se conoce como cardiotoxicidad. Los efectos pueden ser diversos, como disminución de la fuerza de contracción del corazón (falla cardiaca),
hipertensión arterial, infarto, arritmias cardiacas (fibrilación auricular), enlentecimiento en la frecuencia cardiaca (bradicardia), trombosis arteriales o venosas, entre otras.
Por tal motivo, es importante que los
oncólogos y los
cardiólogos trabajen conjuntamente para la prevención y manejo de las posibles complicaciones cardiovasculares de las terapias oncológicas.
Los pacientes que padecen cáncer pueden tener de base unos factores de riesgo, que, al ser expuestos a los medicamentos oncológicos, pueden aumentar la probabilidad de cardiotoxicidad.
Entre estos factores se encuentran:
• El género femenino
• Las edades extremas (menores de 15 años o mayores de 65 años)
• Tratamiento previo de cáncer (incluyendo radioterapia del tórax)
• Hipertensión arterial,
diabetes, obesidad, sedentarismo, tabaquismo y colesterol alto.
Es de gran importancia detectar los factores de riesgo y el tipo de medicamentos que se utilizarán para el tratamiento del cáncer para poder modificar lo que sea posible y vigilar que no aparezca la toxicidad cardiovascular.
La comunidad médica es cada vez más consciente de los posibles problemas cardiovasculares en los pacientes con cáncer y los que han sobrevivido a él. Sin embargo, existen grandes diferencias en la práctica clínica entre los cardiólogos y los oncólogos en el diagnóstico,
tratamiento y seguimiento de los pacientes oncológicos con riesgo de complicaciones cardiovasculares.
Un abordaje multidisciplinario que integre el conocimiento y experiencia de cardiología y oncología es fundamental para la evolución clínica de los pacientes en riesgo.
La cardiooncología se está convirtiendo en una subespecialidad médica orientada a prestar una asistencia cardiovascular integral a los pacientes con cáncer desde su diagnóstico hasta su supervivencia posterior.
Entre las medidas preventivas se recomienda un adecuado control de la presión arterial y un control estricto de los niveles de colesterol y azúcar en la sangre (glicemia). Se recomenda suspender el consumo de cigarrillo, disminuir de peso si hay obesidad y realizar ejercicio rutinario (al menos 2,5 horas por semana de un ejercicio moderado a intenso).
En la Clínica Medellín estamos trabajando para que nuestros pacientes con cáncer encuentren la atención integral necesaria para obtener los mejores resultados de su tratamiento, con el menor riesgo cardiovascular posible.
Por Carlos Arturo Gómez Echeverri, cardiólogo electrofisiólogo y director científico de la
Unidad de Cardiología de la Clínica Medellín.